Cross Odyssey parte 2: Hijo de Hombre

Capitulo 4: Hermanos del alma

La puerta se deslizó lentamente, dejando ver la sombra agotada y sudorosa de Crina, quien entraba despacio, mientras que Crocro caminaba tras ella sin preocupación.

—Creo que me debes un gracias por salvarte, jaja —dijo Crocro.

—Te agradezco.

—¿Ves que sí puedes ser amable? —dijo Crocro alegremente por la respuesta de Crina.

—Ahora podrías decirme, ¿¡QUÉ DIABLOS FUE LO QUE PASÓ AHÍ!? ¿¡CÓMO SABÍAS QUE ERAN LOS PODERES DE UNA LOCA!?

—Terbewus. Creaciones de la mente de las personas, con habilidades increíbles —respondió Crocro.

—Eso no tiene sentido. ¿Poderes que salen de nuestra cabeza? Ni siquiera hay libros ni conocimientos generales de eso, no tiene sentido.

—Los usuarios de Terbewu son muy tímidos en mostrar sus habilidades, parece más que les gusta estar escondidos del mundo —dijo Crocro.

—Entonces, ¿cómo tú sabes que existen?

—Eh, viajo por muchos lugares, Crina. Es natural que alguna vez haya tenido que pelear contra uno. Son muy problemáticos.

—Pero lo más preocupante es que alguien contrató a esa mujer para acabar con mi vida, ella misma lo dijo.

—No puede ser... Entonces hay algo detrás de ti.

—Pero yo no tengo enemigos.

—Te protegeré, no te preocupes. Pero ahora mismo mi prioridad es Niko. No quería decírtelo, pero tengo la leve idea de que él también tiene un Terbewu.

—¿En serio?

—Cuando nos dijo que lo que llamó "Stone Free" fue quien venció a esa cosa llamada Zhe'care, me sonó muy particular esa clase de nombres...

—¿No crees que entonces esto está relacionado?

El Crocrino, al escuchar esa suposición, se quedó callado. Miró a otro lado y caminó por la casa buscando a Niko, en el baño, los cuartos, en alguna sala, pero no estaba. Hasta que notó un pedazo de papel en la mesa de la cocina. Era la carta que Niko había dejado al salir.

—Crina, ¿cuando entramos la puerta estaba cerrada con algún seguro?

—No.

—¡AHHHH! —gritó el Crocrino con desesperación.

—¿Qué ocurre?

—¡VOY A SALIR, NO ME ESPERES! ¡ALLÍ VOY, BEBÉ! —gritó Crocro alejándose velozmente de la mirada de Crina.

—...

En un escenario distinto, Niko había logrado escapar exitosamente de sus enemigos, pero ahora estaba perdido. No sabía dónde debía ir para regresar con Crina o Crocro. Se sentía desesperanzado y asustado. Sus ojos miraban el vacío horizonte, pero algo se podía ver a lo lejos. Era una figura humana, parecía estar encorvada y usaba un bastón. Niko no sabía si acercarse para pedir ayuda; después de todo, le tendieron una trampa hace unos momentos.

El destino tomó esa decisión por él cuando aquella figura pudo verlo a él también. Lo miró con curiosidad, pero usó toda la fuerza de su débil voz para que el niño lo escuchara desde aquella distancia.

—¿Hola? ¿Eres un niño? —gritó el hombre.

Niko se exaltó, no sabía si responder era lo correcto. Estaba en la distancia correcta para irse sin más, pero dar vuelta atrás significaba peligro inminente, e ir a cualquier otra parte solo lo haría perderse más. Además, si esa persona a quien le hablaba era buena, podría pedir indicaciones.