Capitulo 10

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Después del beso, la noche continuó en un aire de inquietante calma. Lali y Peter se separaron, apenas pudieron procesar lo que había pasado antes de que Bruno se quejara. Con un abrazo apresurado y una despedida rápida, Lali tomó a su hijo en brazos y se despidió de Peter.

En los días siguientes, Lali trató de encontrar normalidad en su rutina diaria, aunque el recuerdo del beso con Peter no dejaba de rondar su mente. Mientras se ocupaba de su trabajo y de sus hijos, pensaba en cómo manejar la situación con Peter sin causar más complicaciones en su vida ya complicada.

Mientras Lali ordenaba unos papeles de trabajo en la oficina de su casa, el timbre sonó inesperadamente. Al abrir la puerta, se encontró con Daniel de pie en el umbral.

-Daniel -dijo Lali, sorprendida-. ¿Qué haces acá?

Daniel, con una expresión mezcla de determinación y sorpresa, entró sin esperar una respuesta clara. -Lali, sé que esto puede parecer inesperado, pero necesitaba hablar con vos.

Lali lo miró con una mezcla de frustración y resignación. En el fondo, sabía que Daniel parecía tener un radar para aparecer en los momentos menos apropiados, justo cuando ella estaba empezando algo nuevo con otra persona, o así lo sentía ella.

-¿No podías aparecer en otro momento? -preguntó Lali, tratando de mantener la calma.

Daniel frunció el ceño, sin comprender del todo el comentario. -No es mi intención complicar las cosas, Lali. Solo quería hablar con vos, ver a mi hijo y ver cómo estás, te extraño.

Lali suspiró profundamente, sintiendo una mezcla de irritación y exasperación. -Está bien. Entra.

Lali lo observó, todavía insegura sobre cómo manejar la situación. La llegada de Daniel siempre tenía un efecto perturbador en su vida, y ahora que se estaba permitiendo sentir algo por otro hombre, realmente no estaba preparada para enfrentar sus complicaciones.

Daniel miró alrededor de la casa, buscando a Bruno con la mirada. -¿Dónde está Bruno?

Lali respondió, intentando mantener la calma. -Está con mi hermano, lo llevaron con Ursula a pasear.

Daniel asintió con un leve gesto de alivio. -Entonces, parece que tenemos un poco de tiempo a solas.

Lali lo miró con desconfianza, sabiendo que sus intenciones a menudo iban más allá de lo que decía. -Sí, tenemos tiempo. Pero quiero ser clara desde el principio: no estoy dispuesta a retroceder en mi vida, especialmente después de todo lo que ha pasado.

Daniel frunció el ceño, su mirada fija en Lali. -No estoy aquí para retroceder nada, pero tenemos que hablar...- Lali dejó de escucharlo cuando su teléfono vibró con un nuevo mensaje. Al verlo, no pudo evitar sonreír levemente, era Peter. Mientras trataba de ocultar la pantalla, Daniel notó el movimiento y preguntó con curiosidad. -¿Quién te escribió?

Lali, rápidamente escondió el teléfono en su mano y cambió de tema. -Es solo un mensaje del trabajo. No es importante.

Daniel la miró con una mezcla de curiosidad e incomodidad, pero decidió no insistir más en el tema. Continuó hablando, intentando abordar los temas que quería discutir, aunque la distracción del mensaje y la evasión de Lali parecían crear una tensión adicional en la conversación.

Lali se quedó pensativa, contemplando el complicado enredo en el que se encontraba. La situación con Daniel, la presencia de Peter, y cómo todo se entrelazaba complicaban aún más su vida, creando un panorama incierto y lleno de potenciales conflictos. Mientras Lali estaba sumida en sus pensamientos, sintió a Daniel acercarse para besarla. Con un movimiento firme, ella lo frenó y le dijo que no, recordándole las palabras que le había dirigido antes sobre cómo no quería complicaciones. Daniel, con un tono más suave, le dijo que la extrañaba, tratando de manipular la situación para que ella cediera a sus deseos. Sus palabras estaban cargadas de nostalgia y un toque de manipulación, intentando reavivar una chispa que Lali había intentado apagar.

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