"Sos un estúpido, ¿No te podes controlar? ¿Estas tan urgido qué no aguantas cinco minutos sin pija?" Y sí, dioses, sí; Él acababa con todo su auto-control, su fachada de heterosexualito, no se equivocaba al decir que era un urgido, una puta desesperada o, bueno, recientemente sí que lo era.
Para ser precisos todo empezo cuando el más bajito empezó el régimen de dietas y ejercicio requeridos para La Velada. Iván se negaba a acompañarle en un principio por una única y exclusiva razón: Se ponía caliente.
Y es que, sonando todo lo virgen, precoz y urgido que se pueda, sí, se calentaba viendo a Rodrigo bañado en sudor, gotas resbalando por su torso en una invitación a ser su lengua quien siguiera ese largo camino por su duro abdomen. Queria ver las venas remarcadas y músculos tensionados pero sobre si, manos firmes sobre su cuello, a los lados de su cabeza mientras Rodrigo gruñia como cuando llegaba al fallo.
Dios, sí, verle haciendo ejercicio era pecaminoso y solo de recordarle se ponía duro, como ahora.
"O-oh, Rodri." Ronronea, solo eso puede hacer en su posición, podría correrse con solo la vaga fricción que le ofrece el muslo de Rodrigo, o con su aspecto de recién llegado de entrenar, tenia todo el cabello y camisa pegada a la piel, oliendo tan fuerte a testosterona, un olor almizclado mezclado con loción de hombre.
"Si no vas a responder como es, cállate y tómalo como una perra." Iván solo se dejo hacer, ya desnudo y expuesto con tan solo el pensamiento de sumisión.
Rodrigo gruñe y empieza a trabajar, tirando a Iván en el sofá y arrodillandose, tomándole sus caderas dejandole futuras marcas. Lame todo el borde de su entrada, y sonríe cuando Iván gime todo agudo y lascivo, tomandole de el cabello fuertemente. "Déjame escucharte, más alto para mi, cariño."
Rodrigo tan solo mete su lengua y ya lo tiene montandole, de arriba a abajo, con lágrimas tras sus pestañas, el agarre de su cabello cada vez más débil con cada movimiento de la lengua dentro suyo.
"Tranquilo, tranquilo." Dice separándose para burlarse por el temblor de Iván. "Rodri, sigue, por favor." Y Rodrigo se sumerge de nuevo, Iván chilla cuando siente ese calor húmedo llenarle nuevamente, sus caderas moviéndose en un descontrolado frenesí.
Y Rodrigo lo siente más de lo que lo ve cuando Iván se corre: la forma en que su pequeña entrada húmeda se ondula y se tensa alrededor de su lengua, la forma en que su cuerpo se tensa como un arco, y cuando se arriesga a mirar hacia el cielo, la vista con la que es bendecido es incluso mejor: Iván con la boca abierta, gritando el nombre de Rodrigo a los dioses, cubierto y goteando con su propia semilla, cegadoramente blanca y pegajosa mientras gotea por su mandíbula tensa, su vientre apretado, una salpicadura incluso aterrizando en la mejilla de Rodrigo que está tan duro que duele, lo que de alguna manera es incluso más patético que el tipo que está empapado por haberle visto hacer ejercicio.
Iván gime al ver a Rodrigo empalmado, duro y listo para el, gimiendo más fuerte cuando este escupe acariciandose lentamente.
"Dios, Rodri, por lo que más quieras, follame, por favor." Gime dejando su ya inexistente dignidad, necesita ser llenado tan urgentemente. "¿Sí, cariño? ¿Qué tan mal lo quieres?" Responde perezosamente, a pesar de estar igual o peor de ansioso qué Iván.
"Estaré bien, ¡Por favor! Cogeme, solo necesito sentirte dentro, tan maaal Rodri." Corre a responder Iván, en sollozos, intentando hundirse en toda la longitud de Rodrigo, fallando.
"¿Sí?" Rodrigo esta en un orgasmo auditivo por los sonidos pornográficos de Iván, metiendo solo la punta en esa succión abrazadora.
"Por favor, Rodri." Dice lloriqueando y luchando contra el agarre en sus caderas, lo quiere, le añora tanto, lo necesita. Necesita la pija de Iván dentro de si, poder descargar todo lo que lleva aguantando al ver a Rodrigo en el gimnasio.
Rodrigo finalmente se hunde hasta la empuñadura. "Joder, Ivi, estas tan apretado, tan apretado para mi, que buen chico." Se queja, cerrando sus ojos para no correrse, presionando a Iván contra el mueble gruñendo. Iván se deleita al ver el esfuerzo que hace, sus sonidos, con la poca consciencia que tiene toma una de sus manos y la dirige a su cuello generando presión.
Sus manos recorrieron la espalda de Rodrigo, sus bíceps, sintiendo descaradamente sus músculos, su entrada calentando su polla tan bien que Rodrigo cree que podría correrse dentro de él así, llenarlo sin siquiera haberlo follado primero.
Rodrigo se lo va a folla hasta que no pueda respirar.
Hacer rebotar a Iván sobre su polla, como si fuera cogiendose a una muñeca sexual, empalmadole hasta ver el bulto sobre su abdomen, los ojos de Iván se quedan en la parte posterior de su cabeza, apretá su cuello y ni siquiera puede decir si se siente bien para él, solo se concentra en usarlo como un juguete.
"Ya estás cerca." Dice Rodrigo, neutral, solo genuinamente asombrado por la observación. Está mirando la polla aplastada entre ellos, dura y goteando, sacudiéndose con cada embestida. "Ni siquiera te he follado durante un minuto, y ya estás..."
"Cállate." Dice Iván, que esta sonrojado desde su cara hasta su pecho. "No, no estoy tan, tan, ¡Oh Dios!" Rodrigo se ríe y le embiste rápidamente. "¿Enserio?"
Los ojos de Iván se cruzan mientras Rodrigo embiste suavemente, reduce el ritmo y se sumerge en él hasta que puede sentir cada pulgada, cada centímetro cuadrado de piel, todo lo que está siendo enterrado dentro de él, y la mejor parte es que parece que lo está disfrutando, siendo follado todo lento y romántico.
Iván solo quiere devolverle el favor a Rodrigo, besándolo y besándolo hasta que ya no saben qué lengua pertenece a qué boca, hasta que cada línea está tan borrosa que todo lo que pueden ver es el uno al otro.
"¿Bueno si es rápido, bueno si es lento? No importa, ¿mientras estés lleno? Maldita puta." Iván gime, y Rodrigo se da cuenta de que ya no puede soportarlo más. Le han quitado toda esa energía y ahora lo único que queda es la puta que se abalanzó sobre él en primer lugar, ansiosa por ser follada hasta el olvido, llena hasta el borde de la codicia. Iván solloza mientras se introduce en él una y otra vez, dando los toques finales a su obra maestra.
Demasiado enamorado de él como para importarle una mierda mientras aumenta el ritmo y lo acerca al paraíso, observándolo mientras echa la cabeza hacia atrás con un maullido. Rodrigo no puede recordar cuándo sus manos terminaron en su cuello y ahora escucha su lucha por respirar, pero luego Iván gime su nombre.
"Rodri, si, si, si, te amo, Dios, te amo Rodri." Solloza, llorando mientras es follado hasta el clímax, besando a Rodrigo por toda la mandíbula, la punta de su nariz, abrazándolo como si fuera su último día con vida.
Rodrigo empuja sus caderas hacia adelante, gruñendo el nombre de Iván, en un gruñido territorial mientras se rinde por fin, alcanza su propio máximo y folla su grueso pene más y más profundo en las entrañas de Iván con cada embestida, marcando esas entrañas con el desastre que ha hecho de ellas, atiborrando a Iván hasta que su barriga está toda hinchada con él, hasta que el semen de Rodrigo se filtra de su entrada usada.
Termina Rodrigo por él, no muy lejos de él, empujándose una última vez, viendo las pupilas de Iván dilatarse hasta un negro sin fondo, desesperanzador, viéndolo asentir todo entrecortado y con los ojos llorosos, la forma en que solo se frota contra Rodrigo con más vigor. Dios, no puede contenerse más. No puedo soportarlo, apenas, piensa mientras se envaina en el oasis, inclinándose hacia adelante hasta que Iván está doblado por la mitad a la altura de la cintura y chillando, gruñendo mientras detona justo dentro de él, haciéndole tomar hasta la última gota.
Lentamente, dio un paso hacia él y, con una suavidad sorprendente, acarició su mejilla. Iván cerró los ojos al contacto, dejando que su cabeza cayera contra la mano que lo sostenía.
q onda gente, dejo esto pq no gaste mis neuronas para nada. Se les quiere, chau<333