Solía creer que éramos eternos, lo que todos queremos creer, que la eternidad de los amados debe ser infinita porque el tiempo es demasiado corto para estar a su lado, aunque sea un largo recorrido, no es suficiente, la verdad nunca lo será, lo más difícil de aceptar la partida es que no se trata solo de lo que se pierde, si no de lo que no se pierde, esas pequeñas cosas que nos recuerdan y mantienen viva la memoria que se cree perdida, aunque los que hemos perdido realmente sabemos la agonía y esperanza perdía en creer que no está pasando, ahora mismo está pasando y no podemos detenerlo.(OMNISCIENTE )
Eso pasaba por la cabeza de nuestra linda Oasis, ese nombre, solo eso le recordaba todo lo que estaba perdiendo hoy, parte del alma y de la piel sin descanso en noches sin dormir, no sabía si podía respirar ahora mismo, estaba consternada y un muerto podría ser su viva representación, irónicamente estaba en un cementerio y su estado no era diferente a la de un difunto, Oasis, el nombre dado en cuanto su Madre Aemma dio a luz, de la boca del hombre que se sería su padre
llegó la palabra.
- Oasis- Pronunció lentamente, casi podía ser un susurro y lo sintió en todo su ser, era pequeña, se pequeña y sus ojos iluminados, no creían que pudieran estar más iluminados que en ese momento, el mejor momento de su vida y que atesoraría hasta su muerte.Aunque no podía recordar cuando la tomo en brazos, sabía que su ánimo mejoró en cuanto su padre la abrazó y sintió su cálido abrazo, su madre se lo había dicho, en este momento deseo poder regresar al momento justo en que nació, en el que no tenía que preocuparse por qué su padre no estuviera porque él siempre estaba, y no temía a nada, ahora sin embargo teme, un temor triste y desolado, que buscaba consuelo y desesperadamente se aferra a la ausente vida que observa en un Frío ataúd de madera, rodeado de flores, algunos girasoles que su padre amaba, cada sábado regaba sus flores, las puso en un lindo jarrón color roble en su estudio y las atesoraba tanto que nunca olvidaba regarlas, ahora ella no lo olvidaría, no ahora que nadie más puede hacerlo.
(OASIS )
Observo a lo lejos las montañas y el frío tocó su cuerpo, se estremeció y se aferró a un suave abrigo negro que llevaba puesto, su madre se lo dio, no tenía ánimos ni para levantarse a comprar algo, sentía tan frío el comprar ropa para ir a un funeral, como puede comprar ropa en un día común si pocos días antes una de sus razones para levantarse se ausentaba, no sería un viaje o una corta despedida, para su pesar iría toda una vida, su vida, y tenía que prepararse para caminar en suelo frío sin una mano para tomar.
- Cariño, las personas se están marchándose , ¿quieres acercarte?- dijo su madre preocupada, pero su mirada parecía más vacía que nada, y como no podría ser así, el gran amor de su vida se fue, y su hija estaba sufriendo, nadie más que ella sabía que tanto.
- ¿Podemos irnos ?- Oasis rápidamente se negó, paralizada por la idea de observar a quien tanto amo y ama postrado en una caja de madera, no soportaría verlo, no así, era como si el lustre del oro se esfumará.
- Lo entiendo cariño, necesito que sepas que entiendo- Aemma pronuncia con pesar a la reacción tan abrupta de Oasis, no estaba lista ahora verlo y lo sabía, en su momento el observarlo la hizo pensar que su vida ahora se esfumará, su amor, sin embargo un fruto de los un alguna vez existió, la prueba de que su amor fue fuerte a su lado, su bella hija y tesoro.-Lo sé mamá, no puedo verlo entiendes, no así, como puede un ser lleno de vida desvanecerse de la nada, como puede ser tan repentino, como es que podré vivir con esto?, el dolor en mi pecho no se detiene, está matándome- Oasis dijo y las lágrimas que escurrían sobre su rostro estaban llenas de desconsuelo y pena, una pena que no podía ser detenida, no de la manera en la que querríamos ni tan pronto para pasar página, eran esas lágrimas que duraban para siempre, porque no se trataba de olvidarlo, si no el no olvidarlo, recordar cada risa y lamento, momentos y tesoros en su memoria, una vida hermosa y tan corta para ella, ojalá pudiéramos vivir más, ojalá los buenos y brillantes tuvieran la oportunidad de llenar al mundo de felicidad, pensó que tal vez eso era, el mundo era demasiado hermoso, arruinamos lo que cultivamos para sobrevivir pero esas personas, las personas como su padre vivían para siempre o así tendría que ser, sin embargo tal vez el cruel mundo se encarga de eso, se lleva a los buenos para que no sufran, no más , pero aún así no muere quien no es olvidado, y ella no olvidaría nunca.

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Flor Marchita
Spiritual"Nos decimos a nosotros mismos que debemos dejarlo en el pasado, volteamos y no ha cambiado, nuestro final depende de nosotros y de nuestra mano que será así, no me rendiré ni tú tampoco". Oasis, su nombre y el más grande deseo, todos necesitamos en...