Capitulo 1

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El gimnasio de la escuela de hechicería era un lugar que conocía de memoria. El eco de los golpes resonando en las paredes, el olor a sudor y esfuerzo, y esa sensación de tensión en el aire que siempre me llenaba de adrenalina. Hoy, sin embargo, había algo diferente. Porque hoy, iba a enfrentarme a Suguru Geto en un entrenamiento de lucha cuerpo a cuerpo. Sin técnicas, sin trucos. Solo fuerza y habilidad.

Desde que me había encontrado con él, nuestras rivalidades se habían vuelto casi un ritual. A medida que pasaban las semanas, había aprendido a respetar su forma de pelear, aunque nunca lo admitiría en voz alta. Geto tenía una manera de moverse que combinaba fuerza y gracia de una forma que no había visto en nadie más. Pero bueno, yo también tenía lo mío.

Nos pusimos frente a frente en el tatami, los dos con una expresión seria, concentrados. El silencio en la sala era absoluto, excepto por nuestras respiraciones controladas. Sabía que este enfrentamiento iba a ser diferente. No era solo un entrenamiento. Era una especie de desafío no hablado, una prueba de quién podía dominar al otro.

—¿Listo para perder, Gojo? —me soltó Geto, con una sonrisa tranquila que no dejaba ver si hablaba en serio o solo quería picarme.

—¿Perder? Ni en tus mejores sueños, Geto —le respondí, alzando una ceja. La competitividad entre nosotros era tan natural como respirar.

El combate comenzó con una rapidez que apenas me dio tiempo para pensar. Me lanzó un golpe rápido al torso, que esquivé por los pelos, y contraataqué con un puñetazo directo hacia su mandíbula. Geto lo desvió con el antebrazo, y antes de que me diera cuenta, me tenía en el suelo, con su rodilla presionando contra mi estómago.

—Eres más lento de lo que pensaba —dijo, con ese tono de superioridad que tanto me jodía.

—¿Lento? Solo estoy calentando —respondí, usando toda mi fuerza para sacarlo de encima y ponerme de pie de un salto.

Volvimos a enzarzarnos, intercambiando golpes y llaves, cada uno midiendo al otro. Geto tenía un estilo que parecía adaptarse a cada movimiento que hacía, como si estuviera un paso adelante de mí. Pero yo no era alguien fácil de vencer. Mis reflejos eran rápidos, y mi instinto, afilado.

Hubo un momento en que casi logré atraparlo en una llave, pero él se deslizó como agua entre mis dedos y terminó girando mi cuerpo, inmovilizándome con un brazo alrededor de mi cuello. Sentí su aliento cerca de mi oído, y por un segundo, todo se volvió extrañamente... íntimo. Algo que no debería haber pasado en medio de un combate.

—¿Rendirse ya? —me susurró, su voz baja y desafiante.

—¿Rendirme? —solté una carcajada, aunque estaba jodidamente agotado—. Ni en un millón de años.

Con un movimiento brusco, logré zafarme, dándole un empujón que lo hizo tambalearse. Pero en cuanto él perdió el equilibrio, yo también lo hice, y los dos caímos al suelo, rodando hasta quedar uno sobre el otro, ambos jadeando y cubiertos de sudor.

Nos quedamos quietos por un momento, ambos respirando con dificultad, mirándonos a los ojos. Había algo en la forma en que me miraba que me puso nervioso, aunque no entendía por qué.

Finalmente, Geto se echó hacia atrás, sentándose y pasándose una mano por el cabello mojado.

—Eres bueno, Gojo. Muy bueno —dijo, con una seriedad que no había mostrado antes. No era un cumplido vacío, lo sabía. Era un reconocimiento real de mi habilidad.

Y eso... eso me golpeó como un puñetazo en el estómago. Porque por alguna razón, esas palabras de él significaban más de lo que deberían. Sentí un calor subiendo por mi cuello hasta mis mejillas, y maldita sea, estaba seguro de que me estaba sonrojando.

Stay with me I /Satosugu (completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora