- Dolores, sólo por confirmar... No nos besamos en la visión ¿verdad?
Mi prima guardó silencio, un silencio que sumado a su expresión me hizo entender que sí, iba a besar a aquella princesa que no conozco de un reino que no sé dónde está. Las visiones de Bruno no siempre se cumplen ¿verdad?
- De hecho, mencionaron algo de que estáis casadas... - Dolores parecía temerosa por nuestra reacción, en el pueblo usualmente descargan su ira contra ella cuando lo que dice no les gusta, como hacían con el tío Bruno, pero yo sé que ni mi prima ni mi tío tienen la culpa, sólo esa canosa de Arrendamiento o como se llame.
- Necesito salir a tomar el aire - dijo Elsa mientras salía grácilmente de Casita, se nota que es de la realeza.
- Yo también, no quiero que la abuela empiece a gritarme - salí de Casita y me dirigí al bosque en dirección opuesta a la de Elsa, no necesito cruzarme con ella.
Vagué durante un rato pensando en lo que había pasado. Elsa llegó de algún modo desde un clima frío al otro lado del océano hasta aquí, cruzó las montañas que creíamos que nos protegerían ante cualquier intruso ¿y sólo quiere estudiar nuestra magia? La abuela pensó lo mismo y le pidió al tío Bruno que tuviera una visión para saber si es una amenaza.
No conozco los detalles y la visión probablemente está escondida a trozos, pero si estamos casadas y la abuela preguntó por el milagro, lo más probable es que vieran a "nuestro futuro hijo", agh, me da arcadas pensarlo, recibiendo su don.
Y lo peor de todo ¿Qué fue ese coqueteo en la mesa cuando Dolores les dijo a todos de la visión menos a nosotras? Me hacía gracia que las reacciones de mi familia fueran tan exageradas pero ahora que sé por qué me arrepiento. Incluso me dejé llevar por la broma y le pedí que me sacara de Latinoamérica ¿qué va a pensar de mí?Lo que más me molesta es que esa visión no me desagradó tanto como cuando vi la de Mariano.
- ¿Te molesta algo? - Una voz me sorprendió. Cuando miré arriba la vi, alta, erguida, con una preciosa nevada sobre ella y la piel roja por el sol, otra vez.
- ¿Qué te hace pensar eso? - dije sarcástica.
- Que llevo horas viéndote dejar cactus por donde vas - me di la vuelta y vi una larga hilera de todo tipo de cactus por todo el recorrido que había hecho.
- ¿Me creerías si te digo que me acabo de dar cuenta de eso?
- ¿Por qué te disgusta tanto casarte conmigo? ¿Tan fea soy?
Hice crecer una enredadera que le golpeó la cara, no sé si se está burlando de mí o esa es su pobre forma de ligar, pero no estoy de humor para eso.
- Auch - empezó a reírse. La miré confundida - Tus reacciones son incluso mejores que las de tu familia, me caes bien Isabela.
- Pues tú no. Llegas y de la nada me entero que alguien que no conozco me va cambiar de bando. Y lo peor es que no me disgusta demasiado la idea.
Elsa se acercó a mí y puso su mano en mi hombro.
- Tranquila, sé muy bien que el amor no se desarrolla en un día. Mi hermana casi muere por creer en el amor a primera vista.
- ¿Cómo te puedes morir por eso? - dije alarmada.
- Es una larga historia, que te la cuente Olaf. Te propongo una cosa, estaré aquí una semana, y sé que no nos vamos a enamorar en ese tiempo. Si después de esa semana queremos seguir en contacto, seremos amigas por correspondencia, y si no queremos, olvidamos la visión de Bruno y seguimos cada una por nuestro camino.
Creo que la juzgué mal, creía que querría burlarse de mí o apresurar las cosas y pedirme matrimonio en dos días. Extendí mi mano para estrechársela.
- Trato hecho, pero la visión la olvidamos desde ahora.
Elsa me estrechó la mano y luego se tocó la nariz, de la que salía una gota de sangre.
- Ya que esto está aclarado, me gustaría pedir otro bocado de esa comida curativa.
- Vamos, te hace falta.
Llegamos a Casita al atardecer. No vimos a nadie, todos debían estar en sus habitaciones o en el pueblo. Fuimos a la cocina y agarré una arepa y se la ofrecí a la canosa, siempre hay varias para emergencias por si mi madre no está disponible.
- ¿Puedo? - dijo Elsa - No quiero acapararlo ¿Y si alguien que está peor que yo lo necesita? - sonaba preocupada.
- No te preocupes, el don de mi madre es que todo lo que cocine cure cualquier mal, por eso cocina tanto que incluso sobra.
Elsa mordió la arepa y su piel volvió a su hermoso color de siempre y noté cómo su nariz se recolocaba levemente, creo que me pasé con ese golpe.
Seguimos hablando durante un rato mientras le enseñaba la casa y la habitación de invitados, donde dormiría.- Isabela, sobre el almuerzo.
- ¿Sí? - No quería hablar de ese vergonzoso momento.
- A ti también te gustó ver sus caras de incredulidad ¿te parece si delante de ellos nos ponemos coquetas? De broma, claro.
- No sé...
- Vamos, imagina la cara de tu abuela si nos ve compartir la comida en la cena.
- Después de todo lo que me hizo creo que me gustaría hacerla rabiar, estoy contigo.
Nos sentamos a cenar y la abuela dio su discurso diario.
- Familia, princesa de Arendelle, creo que todos estáis enterados de la visión de Bruno sobre Isabela y... la forastera, así que ahorrémonos los resúmenes. No apruebo vuestra pecaminosa relación - mis tíos y mi madre automáticamente le lanzaron una mirada asesina. No sé qué estuvieron hablando con ella toda la tarde pero tengo que agradecerles - Pero... Ya perdimos el milagro una vez y temo que podamos perderlo para siempre. Si el milagro es fuerte gracias a nuestra felicidad, me veo obligada a permitir que Isabela sea feliz... aunque sea con... una mujer... - La abuela terminó y se sentó. Todos estábamos sorprendidos de que los trillizos le hubieran dado órdenes a la abuela por una vez.
- ¡¿Escuchaste cariño?! - Elsa se acercó para abrazarme, pero puse la mano en su cara y la alejé.
- Cancela el plan, no quiero darle un infarto a mi abuela - susurré - al menos ahora no.
La cena continuó de forma más tranquila de lo que esperaba. Elsa informó que pasaría 7 noches en Encanto y la abuela accedió a que durmiera en la habitación de invitados en vez de obligarla a acampar en algún lado.
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Sí, he sustituido completamente un capítulo, creo que así está mejor.
Por cierto ¿Quién ve mis borradores? Que miedo.
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Clavel Antártico [Elsa x Isabela]
RomanceElsa llegó a Encanto sin saber qué encontrar, pero poco después descubrió que se casará con Isabela, fanática de los cactus, y que adora el comportamiento chismoso de los Madrigal. (En el capítulo 1 hay un resumen de los 2 prólogos, eran los dos pri...