Estaba dentro de un sueño lúcido, un mundo que había construido y moldeado a mi voluntad. Tenía la capacidad de hacer aparecer cosas, de crear mundos. En esta ocasión, me encontré deseando visitar a una chica. Con solo pensarlo, hice aparecer una moto para llegar más rápido, pero algo inesperado sucedió: el guía de la moto se rompió. No lo había previsto, y me vi obligado a buscar talleres de mecánica cerca para arreglarla.Mientras buscaba, mi deseo de visitar a la chica se desvaneció, y en su lugar, me encontré entrando a un bar extraño. A pesar de lo inusual del lugar, sentí una profunda conexión con él. Había muchas personas conocidas del mundo real, y la atmósfera era cálida, casi familiar. Estaba contento, rodeado de rostros amigables, y me sentía en casa.
Pero entonces ocurrió lo más desgarrador. Mientras disfrutaba de este ambiente, todo se volvió demasiado brillante, como si la luz misma estuviera intentando ahogar la alegría. Fue en ese momento cuando vi un insecto extraño, parecido a una abeja. Una sensación de mal presentimiento me invadió de inmediato. "Algo va a pasar", pensé, casi con la certeza de que mi tranquilidad estaba a punto de ser interrumpida.
Y así fue. De la nada, apareció un hombre vestido de azul, con un smoking impecable. Su presencia era imponente, y antes de que pudiera reaccionar, pronunció unas palabras que me helaron el alma: "Bienvenidos a mi mundo." En ese instante, el sueño se transformó en una pesadilla. Sentí un miedo profundo, tan real que me sacudió. En un intento desesperado por huir, me encontré de repente en un lugar extraño: un "limbo" blanco, vacío y desolado.
El silencio era ensordecedor, y la brillantez del entorno me cegaba. Sentí cómo el miedo se apoderaba de mí, un terror profundo que me hacía dudar si podría salir de allí. Me tiré a una esquina, pero todo seguía siendo blanco, brillante, interminable. Respiré, tratando de calmarme, pero la sensación de estar atrapado solo aumentaba.
Los minutos parecían horas, y la desesperación comenzó a tomar el control. "¿Quedaré atrapado aquí para siempre?", pensé, con un nudo en la garganta. El pánico se apoderó de mí mientras intentaba encontrar una salida, cualquier cosa que me devolviera a la realidad. Pero el limbo no me dejaba ir.
Finalmente, en un último esfuerzo, intenté despertar. Me concentré, luchando contra la parálisis del miedo, y de repente, como si una puerta invisible se abriera, sentí que volvía al mundo real. Desperté con el corazón desbocado, bañado en sudor, pero aliviado de estar de vuelta. Sin embargo, el recuerdo de ese limbo blanco, la angustia de estar atrapado, se quedó conmigo, como una sombra persistente que no se desvanece.
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El insecto y el hombre de azúl: Un sueño lucido aterrador.
Short StoryBasado en un sueño lucido de el autor.