Despertar en familia

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Llantos, eso era lo único que se podía oír en la casa de los Aizawa, el bebé de 7 meses había despertado de mal humor.

No tendremos más hijos, definitivo. — Murmuró con pereza una mujer de cabellos castaños desordenado, con todo el sueño del mundo se levantó y caminó a la cuna del niño, para cargarlo y tratar de calmar su llanto.

Me alegra que yo no sea el único que piensa eso. — Habló de manera adormilada el azabache, mientras se levantaba de la cama. — Tienes saliva seca en la mejilla. — Comentó mientras caminaba a la puerta de la habitación, después de acariciar la cabeza de su hijo, quien no tenía intenciones de dejar de llorar.

Tu tienes cara de que te atropelló un camión. — Respondió su esposa, quién mecía al bebé buscando sesar su llanto.

Muy graciosa Nao. — Fué lo último que dijo antes de salir de la habitación, siendo seguido por la mujer, quién iba saltando para tratar de calmar al bebé.

Shōta se lavó la cara y manos en el lavaplatos para empezar a preparar el desayuno, con el hermoso llanto de Ryota, que ya era menos ruidoso, pero aún persistía.

Ryo, ya deja de llorar. — Le replicó Nao alzando al pequeño con el ceño fruncido, obvio él siguió llorando.

¿Por qué no le das pecho? — Se oyó la voz cansada de Shōta.

¿Ah? No se me había ocurrido. — Ambos soltaron un suspiro y ella le empezó a dar pecho al bebé, cosa que hizo que dejara de llorar.

Eres un caso perdido. — La regañó mientras le dejaba el desayuno frente a ella, mientras se sentaba a su lado para desayunar juntos como casi siempre.

Gracias. — Fué lo único que dijo para empezar a comer en silencio, mientras amamantaba a su bebé.

Una vez terminó de comer le sacó los gases a Ryo y Shōta se fué a arreglar, ella llevaría los platos luego, era una regla que tenían, si uno cocinaba el otro lavaba, les era cómodo ese método.

Cuando el niño estuvo bien se durmió, así que ella lo acostó y se fue a hacer sus cosas, Shōta se aseguraba de no olvidar nada antes de salir, se despidió de su esposa con un beso en la coronilla, diciendo que trataría de llegar temprano.

Nos vemos, no olvides comprar pañales cuando vengas por favor. — Le recordó a su esposo.

Hay que enseñarle a usar el baño, caga como si no hubiera un mañana. — Se quejó, haciendo reír a su esposa.

Deja de llorar, tu eras el que quería un bebé. — Se burló y solo obtuvo un bufido en respuesta.

Llámame si sucede algo, vendré enseguida. — Y se marchó a su trabajo, dejando la casa en un silencio que era raro presenciar desde la llegada del nuevo integrante.

Ese silencio solo significaba una cosa para ella, poder descansar, el bebé esa noche estuvo algo inquieto, así que no durmieron mucho, por lo cual aprovecharía esa paz momentánea para descansar.

Así era una mañana con la familia Aizawa, algunas veces eran más caóticas o más tranquilas, todo dependía de Ryota.



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Bueno caras de culo, eso fue lo que me salió del Anastasio, denme ideas y yo con gusto se las hago realidad a mi manera.

Besos en donde quieran, se me cuidan el de atrás, bye bye culos  🤺

•Familia Aizawa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora