capítulo 30: Seguridad en el amor

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Minho y haneul llegaron a casa después de ir a ese restaurante, derrepente Minho agarró su teléfono y al parecer llamó a alguien

Minho colgó la llamada y se volvió hacia Haneul con una sonrisa.

Minho: Lo siento, tuve que atender esa llamada. Era el dueño del restaurante, un viejo amigo mío.

Haneul: ¿De verdad? ¿Qué pasó?

Minho: Resulta que la empleada que trató de meterse en nuestra relación... mi amigo va a despedirla.

Haneul: (sonriendo) Ah, qué alivio. Me estaba sintiendo un poco incómodo con la situación.

Minho: (sonriendo) Sí, yo también. Pero mi amigo está agradecido conmigo porque le ayudé a abrir el restaurante. Le di el dinero para que pudiera seguir su sueño.

Haneul: (impressionado) ¿De verdad? Eres muy generoso, Minho.

Minho: (encogiéndose de hombros) No fue nada, simplemente ayudé a un amigo en necesidad.

Haneul se acercó a Minho y lo abrazó.

Haneul: (susurrando) Me gusta saber que eres una persona buena, Minho. Me hace sentir seguro contigo.

Minho: (abrazándolo a su vez) Siempre estaré aquí para ti, Haneul. No tienes que preocuparte por nada.

Minho y Haneul fueron a la parte de la biblioteca de Minho, ya que la casa de Minho era como una mansión que tenía muchas cosas. Ambos fueron para allá y Minho buscó un libro, mientras Haneul se sentó en las piernas de Minho mientras él leía el libro. Ambos disfrutaban de la compañía del otro y del amor que se tenían.

Minho: Vamos a cocinar?

Haneul: Me parece buena idea, vamos.

Ambos fueron y se divertieron pasando tiempo juntos y de la compañía. Haneul estaba revolviendo la sopa cuando de repente Minho lo abrazó por la espalda inesperadamente. Se veía la diferencia de altura entre ellos, pero Haneul se sentía seguro en los brazos de Minho.

Minho: (susurrando en el oído de Haneul) ¿Te gusta cocinar?

Haneul: (sonriendo) Sí, me encanta. ¿Y a ti?

Minho: (abrazándolo más fuerte) Me gusta cuando lo haces tú.

Haneul se sintió un poco nervioso, pero la seguridad que sentía en los brazos de Minho lo calmó.

Haneul: (sonriendo) ¿Por qué?

Minho: (susurrando) Porque eres tú. Me gusta todo de ti.

Haneul se sintió conmovido por las palabras de Minho y se volvió para mirarlo a los ojos.

Haneul: (sonriendo) Me gusta todo de ti también, Minho.

Minho sonrió y le dio un beso suave en la mejilla.

Minho: (susurrando) Vamos a terminar de cocinar, que ya estoy hambriento.

Haneul se rió y se volvió a concentrar en la sopa, mientras Minho lo abrazaba por la espalda.

La diferencia de altura entre ellos era notable, pero Haneul se sentía seguro y protegido en los brazos de Minho.

Mientras tanto con jae-hyun:

En un bar en una sala VIP, Jae-hyun se encontraba hablando y bebiendo con un viejo amigo, llamado Tae-oh. Jae-hyun le contó acerca de su plan de separar de alguna manera a Minho y Haneul. Jae-hyun reía y sonreía orgulloso de lo que estaba por hacer.

Tae-oh escuchaba atentamente, con una expresión neutral en su rostro. No parecía sorprendido ni indignado por las palabras de Jae-hyun, solo escuchaba y asentía con la cabeza de vez en cuando.

Jae-hyun: (riendo) ¡Voy a hacer que Minho y haneul se separen de alguna o otra forma ! ¡Voy a hacer que se separen para siempre!

Tae-oh: (asintiendo) ¿Y cómo planeas hacer eso, Jae-hyun?

Jae-hyun: (sonriendo) Eso es mi secreto por ahora. Pero te prometo que será divertido ver cómo se desmoronan.

Tae-oh: (levantando una ceja) ¿No te preocupa que Minho se dé cuenta de tus planes y te castigue?

Jae-hyun: (desestimando la idea) No, no me preocupa. Minho es un hombre poderoso, pero yo soy más astuto. ¡Voy a hacer que se dé cuenta de que Haneul no es el hombre adecuado para él!

Tae-oh siguió escuchando, sin decir nada más.

Tae-ho se levantó de la silla y se dirigió hacia la salida del bar.

Tae-ho: (sonriendo) Lo siento, Jae-hyun, pero tengo que irme. Tengo una reunión importante mañana.

Jae-hyun: (asintiendo) ¿De acuerdo, Tae-ho? ¡Hasta luego!

Tae-ho salió del bar y se subió a su coche. Mientras conducía, se sumió en sus pensamientos. Recordó su infancia en una familia millonaria, donde su padre lo apoyaba en todo, pero su madre siempre lo criticaba.

Tae-ho había siempre querido ser reconocido en el deporte de natación, y se esforzó mucho para lograrlo. Jae-hyun era su amigo y compañero de entrenamiento, y siempre lo apoyaba y lo animaba.

Pero Tae-ho recordó también los momentos difíciles. Sus compañeros de escuela lo molestaban y lo burlaban por su pasión por la natación. Tae-ho solamente los ignoraba y seguía adelante, pero un día, algo cambió.

Recordó el día en que le arrojaron un balde de agua sucia, mezclada con los restos del piso trapeado por el conserje. Tae-ho solamente hizo como si no le importara, pero vio a Jae-hyun sonriendo detrás de la multitud, con el balde en la mano.

Tae-ho se sintió un golpe en el estómago al recordar ese momento. ¿Cómo podía haber olvidado eso? ¿Cómo podía haber confiado en Jae-hyun después de eso?

Tae-ho se detuvo en una luz roja y miró hacia el espejo retrovisor. Se vio a sí mismo, con una expresión seria y pensativa.

La luz se puso verde, y Tae-ho siguió conduciendo, pero su mente seguía revoloteando en el pasado.

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