Capítulo 44 [+18]

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El lunes, cuando volví a clases, le conté a Carolina todo lo que había pasado. Esta vez sí tuve muchas cosas que contar de mi mes libre.

No estaba en una sesión con ella precisamente, estábamos comiendo.

—Jamás creí que Cynthia fuera capaz de hacer eso —dijo, para luego morder el emparedado.

—¿Presentarse con mis padres?

Asintió por el bocado.

—Ella está acostumbrada a que le pidan, no a pedir.

Me reí.

—Igual tengo que presentarme con sus padres.

—Su mamá es muy relajada, solo que tiene las prioridades desordenadas —bebió del café—, su papá es el problema.

—¿Por qué? —fruncí el ceño.

—La de la idea de que se case no es su mamá, estaba tratando de ayudarla con todas esas citas, es su papá el que la quiere casar.

—Bueno, pero no la quiere casar específicamente con alguien.

Sería un problema si tuviera un prospecto en especial.

—Lo que quiere es asegurarse de que los abuelos les dejen todo y solo lo van a hacer si Cynthia tiene hijos.

Ya entendí.

—¿Cynthia necesita la herencia de sus abuelos?

Carolina negó.

—No tanto como su papá y no quiere todo para Cynthia, porque juro por mi vida que no le va a tocar nada, lo quiere para los hijos que tuvo fuera del matrimonio de los que el abuelo no tiene idea —murmuró.

—Pero Cynthia aceptaba esas citas, le alimentó la idea.

No trato de culparla, pero ella misma me dijo que le entretenían esas citas, es decir, de no haber querido prestarse, no lo habría hecho.

—Es que lo que sí necesita son los clientes que tiene el señor. Si se los quitan, muy difícilmente va a conseguir más, hoy día son pocos los que contratan asesores legales o administradores. Además, van con ella por recomendación del abuelo y, cuando ya no esté, su papá es capaz de olvidarse de ella.

El negocio en su familia es asesoría legal y administración de bienes. Cynthia recibe a algunos clientes por su abuelo, cuando estos quieren una opinión más... innovada.

—¿Conoces al señor, al papá de Cynthia?

Asintió, mirando a la nada, luego sacudió la cabeza.

—Me prohibió la entrada a su casa porque me conoció con novia.

Eso me dolió.

Ese señor no va a aceptarme.

Cuando acabaron las clases, fui a buscar a Cynthia en el edificio donde me dijo que iba estar.

Me acerqué al escritorio y ladeé la cabeza.

—¿Qué pasó? —pregunté por su expresión seria.

Volteó a verme.

—Me dieron una clase de bachillerato.

Tuve que hacer mucho por no reírme. En serio no le gustan los adolescentes.

Tomé su mano para hacerla a un lado, toqué su rodilla también y finalmente me senté en sus piernas.

—Siempre quise hacer esto —expliqué.

Por fin sonrió.

Moví su cabello para descubrirle el cuello.

—Lo que los mantiene molestos todo el tiempo es que los tratan como niños cuando muchos tienen ya problemas de adultos o quieren serlo. Trátalos como adultos y te van a responder —aseguré.

Vas a estar en mi corazón | EN PROCESO | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora