Después de buscar entre mis cosas, decidí llamar a Holden para preguntarle sobre los documentos que me faltaban. Me dijo que los tenía él y que los había guardado. Le dije que iría a su programa esta noche a buscarlos, pero me sugirió que fuera a su apartamento en su lugar.
"Prefiero que no te expongas en el programa", me dijo. "Ve a mi apartamento y te daré los documentos".
Me pasó la dirección y me fui. Al llegar, toqué el timbre y me abrió una hermosa mujer. Me preguntó qué necesitaba y le dije que hablar con Holden. Ella me respondió que estaba ocupado.
Justo cuando me iba a dar la vuelta para irme, Holden salió sin camisa. Me sorprendí un poco y me sentí incómoda. La mujer que me había abierto la puerta parecía ser alguien cercano a él, y no sabía qué pensar.
La situación era incómoda, pero intenté mantener la calma. Cuando Holden salió sin camisa, y yo no pude evitar notar su torso musculoso. Me sentí un poco avergonzada, pero traté de enfocarme en el motivo de mi visita.
"Lo siento, Rebeca. No esperaba que vinieras tan pronto. Mi hermana... Paula... eh... se está quedando unos días y... uh... se fue a comprar algo", dijo Holden, intentando explicar la presencia de la mujer.
Sonreí y dije: "No te preocupes, Holden. Entiendo. Mejor me voy y vuelvo después, no quiero interrumpir".
Pero Holden insistió: "No, no te vayas. Los documentos están aquí. Te los doy y luego... uh... podemos hablar un rato".
Dudé por un momento, pero luego decidí entrar. "Está bien, dame los documentos. Pero solo por un minuto, no quiero interrumpir tu... uh... reunión familiar".
Mientras Holden entraba a buscar los documentos, no pude evitar mirar su espalda musculosa. Me sentí un poco incómoda, pero intenté mantener la compostura.
Cuando regresó con los documentos, nos sentamos en el salón. La tensión era palpable, pero intentamos hablar de manera normal.
"Gracias por los documentos, Holden. Lo aprecio", dije, intentando sonar casual.
Holden sonrió y dijo: "De nada, Rebeca. Me alegra haber podido ayudarte".
Nos quedamos en silencio por un momento, y luego Holden rompió el silencio.
"Rebeca, ¿quieres quedarte un rato más? Podemos hablar de... uh... algo".
Me miró con esos ojos color miel y sonrió. Me sentí un poco débil, pero intenté mantener el control.
Cuando La mujer regresó dije. "Bueno me marchó no quiero interrumpir este momento de hermanos".
"¿Cómo que hermanos?"pregunto paula.
La mujer se acercó a Holden y lo besó profundamente. Cuando se separaron, dijo: "Él es muy juguetón, siempre le gusta llamarme hermana".
Me di cuenta de que era su novia, no su hermana. Me sentí furiosa y decepcionada. ¿Por qué me había mentido?
Mientras la novia de Holden lo abrazaba y lo besaba, me aclaré la garganta para anunciar mi presencia. Me di la vuelta para salir del apartamento, intentando no mostrar mi malestar.
Holden se dio cuenta de que me estaba yendo y trató de detenerme. "Rebeca, espera...", dijo.
Pero ya había salido del apartamento y me dirigía hacia el ascensor. No quería escuchar sus excusas ni justificaciones. Me sentí utilizada y engañada.
El ascensor llegó y me subí, sintiendo una mezcla de emociones. ¿Cómo podía haberme dejado engañar por él? Me prometí a mí misma que no volvería a caer en sus mentiras.
---
El día siguiente fui a trabajar a la empresa donde hago mis pasantias, estaba tratando de concentrarme en mi trabajo, cuando Erick llegó con una sonrisa en su rostro.
"Hey, Rebeca, ¿quieres cenar conmigo esta noche?", me preguntó.
Acepté con gusto, necesitaba algo para distraerme del drama con Holden. Mientras salíamos de la oficina, me sentí aliviada de dejar atrás el estrés y disfrutar de una velada relajada con alguien nuevo.
Erick era amable y divertido, y pronto me encontré riendo y disfrutando de su compañía. Durante la cena, hablamos sobre todo, desde el trabajo hasta nuestros intereses personales. Me sentí cómoda y relajada en su presencia.
Me di cuenta de que Erick era todo lo contrario a Holden. Era honesto, amable y genuino. No había juegos ni mentiras, solo una conexión auténtica.
Mientras cenábamos, Erick me preguntó sobre mis intereses y pasatiempos. Me gustó que se interesara en conocerme mejor.
"Me encanta leer y viajar", le dije. "Y tú, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?"
Erick sonrió. "Me gusta hacer deporte y tocar la guitarra. Me relaja".
Me reí. "Eso es genial. Deberías tocar para mí alguna vez".
Erick se rió. "Claro, con gusto".
La velada pasó volando, y me di cuenta de que había disfrutado mucho de la compañía de Erick.
---
Después de la deliciosa cena, Erick me acompañó a casa. La noche era agradable, y caminamos en silencio, disfrutando del fresco aire nocturno. Al llegar a mi puerta, Erick se detuvo y me dijo: "Me gustó mucho esta noche, Rebeca. Me divertí mucho contigo".
Nos despedimos con un suave beso en la mejilla, y entré en el edificio. Pero, para mi sorpresa, me encontré a Holden esperando en el lobby.
Mi corazón se aceleró. ¿Qué hacía él aquí? ¿No había tenido suficiente con mentirme y engañarme?
Holden se levantó del sofá y se acercó a mí. "Rebeca, necesito hablar contigo", dijo, con una expresión seria.
Me crucé de brazos, preparada para enfrentarlo. "¿Qué quieres, Holden?".
Holden suspiró. "debes escucharme. Hay algo que debes saber".
Me miró con una intensidad que me hizo dudar. ¿Qué podría decirme que fuera tan importante?
"¿Qué es lo que debo saber?", le pregunté, manteniendo una distancia prudencial.
Holden se acercó un poco más, su voz baja y urgente. "Mi relación con Paula... no es lo que parece. Hay cosas que no te dije, Rebeca. Cosas importantes".
Me sorprendió su sinceridad repentina. ¿Por qué me contaba esto ahora?
"¿Qué quieres decir?", le pregunté, mi curiosidad piquada.
Holden respiró hondo antes de continuar. "Paula y yo... estamos separados. Hace meses que no estamos juntos. Pero... hay complicaciones. Problemas legales y financieros".
Me quedé atónita. ¿Separados? ¿Por qué me había mentido entonces?
"¿Por qué me mentiste?", le pregunté, mi voz firme.
Holden bajó la mirada, avergonzado. "Lo siento, Rebeca. Me sentí atrapado. No sabía cómo salir de esa situación".
Me miró, sus ojos suplicantes. "Por favor, Rebeca. Dame una oportunidad para explicarme. Para hacer las cosas bien".
¿Debería creerle? ¿Debería darle otra oportunidad?
ESTÁS LEYENDO
LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO
Roman d'amourEn el momento en que sus ojos se encontraron, supieron que nada sería igual jamás.La vida les había llevado por caminos diferentes, pero el destino tenía otros planes.Un encuentro casual, un amor eterno. Donde la pasión y el destino se unen, comienz...