Capítulo 2: Descendiente

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    ⚠️: El siguiente capítulo es 🔞, NSFW. Habrá contenido explícito sexual, para que continúen a discreción o en privado (Porque asumo son mayores de edad 👀). Si quieren saltarse toda la escena sexual, pondré tres emojis del siguiente🔞 para el comienzo y el final de la escena con contenido explícito 🩶 ⚠️

    ~Cyno POV~

    🔞🔞🔞
    Cerré la puerta con seguros para que nadie molestara. Hacía mucho tiempo que no podía traer a Tighnari a casa y pasar tiempo a solas. No nos habíamos privado de tener intimidad en el baño del hospital, pero ahora sería diferente, porque por fin podíamos tener más espacio y comodidad.
    —Cyno, espera —pronunció Tighnari agitado.
    —Lo siento, Nari, pero no soporto más la emoción y felicidad de estar en nuestra casa juntos.
    Cargué a Tighnari hacia la recámara mientras nuestras lenguas jugueteaban y danzaban al ritmo del calor que producían nuestros cuerpos con el roce. Tighnari enredó sus piernas alrededor de mi cintura, reduciendo más nuestra distancia y produciendo una presión aún mayor sobre nuestros cuerpos ardientes con pasión.
    Podía sentir su miembro tan duro como una roca presionado sobre mi abdomen. Bajé un poco mi agarre, provocando que sus glúteos rozaran mi firme miembro. Soltó un gemido ante este acto. Besándome aún con más pasión, Tighnari comenzó a restregarse contra mí.
    Sus gemidos provocaban en mí una sensación que recorría mi espina dorsal de inicio a fin. Lo coloqué en la cama, sin tanto cuidado como quisiera, y comencé a arrancarle la ropa de su cuerpo, hasta que quedó completamente desnudo.
    —Cyno, tú también desnúdate, quiero ver tu cuerpo.
    —Nari, me encanta cuando te pones así.
    Me desvestí con la mayor rapidez que pude. Tener esta vista de Tighnari desde arriba me excitaba de una manera incontrolable. Quería hacerle tantas cosas ahora mismo, que sólo podía morderme los labios para resistir el impulso de ser rudo con él.
    Coloqué sus pantorrillas sobre mis hombros y bajé mi boca hasta su miembro. Lo introduje dentro de mi boca y comencé a moverme de arriba a abajo, con mi lengua haciendo su trabajo dentro de mi boca. Subía a la punta, movía en círculos la lengua y entonces bajaba con los labios. Tighnari gemía complacido, casi parecía disfrutarlo al punto de tener un colapso. Complacerlo me hacía sentir más excitado que lo que a mí podría hacerme correr.
    —¡Ah! Cyno, espera, me voy a correr, detente. —Tighnari intentó jalar mi cabeza hacia arriba—. ¡Cyno!
    Se corrió en mi boca, cubriéndose el rostro, avergonzado. Siempre me reclamaba que le avergonzaba venirse en mi boca, pero a mí no me importaba. Claro que el sabor no era agradable, pero me gustaba sentir que Tighnari lo disfrutaba tanto. Aunque le avergonzara, no me importaba.
    —Cyno... te dije que...
    Escupí su semen en mi mano para usarlo como lubricante. Él me veía agitado, sonrojado y completamente hermoso. Jamás me cansaría de esta vista.
    —Shh, ya sabes que amo hacerte sentir bien. —Introduje uno de mis dedos por su cavidad anal—. ¿Debería seguir o quieres detenerte?
    —Por favor, sigue —respondió, arqueando la espalda de placer.
    Introduje otro dedo más, haciendo la forma de una C en su punto sensible, en la próstata. Comencé a besar su cuello y mordisquear sus orejas mientras lo preparaba para recibirme. Sentía que estaba a punto de estallar, pero no quería lastimar a Tighnari al no prepararlo adecuadamente.
    —¡Ngh! Cyno, por favor, sólo detente y pon esto —tocó mi pene erecto—, dentro de mí.
    —Nari, no quiero lastimarte. Estoy haciendo un gran esfuerzo por controlarme, así que no me toques de esa manera, por favor.
    —Cyno, —se incorporó en la cama para poder acercar sus sensuales labios a mi oído—, por favor, mételo y vente dentro de mí.
    El aliento de Tighnari en mi lóbulo me hizo perder el poco control que tenía sobre mi cuerpo. Su cuerpo ya era lo suficientemente provocativo como para hacerme perder el control, pero sus palabras inmorales, su aliento rozando mi lóbulo y su mano rozando la punta de mi pene, me hicieron llegar al límite de la locura.
    Cargué a Tighnari, tomándolo de la cintura y atrayéndolo hacia mí. Me senté sobre la cama y coloqué a Tighnari sobre mí con un movimiento rápido. Con una fuerza que yo mismo desconocía en este momento, tomé a Tighnari por la cintura, elevándolo por encima de mi ingle. Él, con su mano izquierda, tomó mi miembro y lo alineó para que yo pudiera entrar. Entonces, con mis manos sobre sus caderas, presionando su piel como si quisiera crear una escultura, hice presión hacia abajo y me introduje dentro de él.
    Aún no comprendía de dónde habían salido las fuerzas en mis brazos para llevarlo a subir y bajar mientras yo estaba dentro de él. Lo tomaba con tanta fuerza que mis dedos parecían incrustarse en su piel. Yo también meneaba las caderas para poder llegar más profundo cuando lo bajaba con fuerza.
    —Cyno, espera —pronunció agitado—. Es muy profundo, estoy muy excitado. Se siente tan bien que siento que me correré ya.
    —No, Nari, aguanta conmigo, porque no pienso complacerte más hoy. —Coloqué mi dedo en su meato uretral—. Córrete conmigo, por favor.
    —Nhg, Cyno, no, por favor. —Sus ojos lagrimeaban con placer—. Entonces te complaceré a mi manera.
    Tighnari apartó mis manos y comenzó a hacer movimientos circulares de cadera mientras sus manos recorrían mi nuca con furia, acortando la distancia entre nuestros rostros, besándome de manera apasionada y feroz. Sus labios y su lengua jugueteaban en mi boca sin control. Sin embargo, su boca se apartó prontamente de mis labios y se fue hacia mi oreja.
    —Cyno, mi hombre. —Él sabía que mi debilidad era su voz agitada, susurrante y excitada—. Hazme tuyo, Cyno. Hazme gritar tu nombre hasta que todo Sumeru se entere a quién pertenezco.
    —Ahh, Nari.
    Pasé mis manos por su espalda, enterrando mis dedos en su espalda, bajando desde sus omoplatos hasta su cintura, provocando que arqueara su espalda nuevamente y soltara más gemidos. Estaba cerca. Sólo él tenía el poder de llevarme a rozar la locura con su voz y sus labios. Su cuerpo y el mío estaban adaptados para ser únicamente dueños el uno del otro. Él me llevaba al límite, al punto en el que mi mente se nublaba por el desbordante placer.
    —Córrete dentro de mí, Cyno. —Continuó su juego entre gemidos—. Déjame sentirte en lo más profundo de mí. Lléname hasta que dejes una huella imborrable. Y permíteme correrme, porque siento que estallaré. Por favor, amor.
    Solté su meato uretral en cuanto sentí que estaba en mi límite. Tighnari se corrió en cuanto lo liberé, y yo me corrí a los pocos segundos. Ambos seguimos besándonos y acariciándonos durante unos segundos, mientras nos cuerpos aún temblaban por el placer del orgasmo. Una vez que nuestra respiración se controló, salí de Tighnari y lo ayudé a limpiarse. Metí dos de mis dedos dentro de su cavidad anal para poder expandirla y que de esa manera saliera el semen con facilidad.
    —Amor, —dijo Tighnari mientras acariciaba mi mano—, para ser honesto, estoy un poco cansado, ¿te importa si sólo te hago sexo oral para acabar?
    —Mi Nari, —acaricié sus orejas y le di un beso corto en los labios—, no tienes por qué hacerlo. Estás cansado, y yo también lo estoy un poco. Ya habrá tiempo y más vigor para no hacerlo sólo una vez. Me importa más que tu bienestar y tu descanso. Además, yo también estoy cansado.
    🔞🔞🔞

El Colmillo en mi Hombro: La Página Extraviada || Haikaveh AU || Segunda Parte||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora