CAPÍTULO 2: Reglas y consecuencias

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Escuela La Naranja
(Colegio de Celina)

"Una semana y un día después"

Gato observa fuera de la escuela a Celina, asegurándose de que todo esté bien, aunque no sabe a ciencia cierta si es por eso, o porque Ana ya sabe dónde deambula y es probable que eso, tenga consecuencias...

Hablando del diablo, la chica se acerca por detrás del felino.

A- Vaya, ¿debería estar celosa o asustada? -Preguntó con burla y una pequeña sonrisa traviesa mirando de reojo a Gato.

G- No entiendo a qué te refieres. -Dice mientras sigue mirando a Celina.

A- Yo creo que sí... -Hace una pausa mientras mira a esa niña de pelo azul y se sienta al lado del felino. "¿Sabes? No quisiera tener que decírtelo, pero Ponoro te envía un ultimátum... O consigues ese mapa en menos de tres semanas... O se cargará a la niña." Susurró a Gato inclinándose hacia él.

No se mueve, pero escuchó todo lo que Ana le dijo.

A- Mira, yo intenté convencerle de que no lo haga, pero ya sabes como es mi padre, para él sólo es correcta su forma de hacer las cosas. -Continuó inclinándose aún más cerca de Gato apoyada en su hombro mirándolo con pena.

El felino susurró algo en un tono tan bajo que sólo él escuchó mirando fijamente a Celina.

A- ¿Gato? -Preguntó confusa reincorporándose a una posición más natural.

G- *Suspiro* Me voy a arrepentir de esto... Haga lo que haga... Me voy a arrepentir. -Se levanta y asiente mirando a Ana, quien le guía hasta "El Reparador".

Están todos en sus asientos haciendo los deberes que la profesora Margareth les acaba de mandar. Celina mira por la ventana justo cuando Gato se fue.

Alumno 1- Psst... Psst... ¡Celina! -Susurró sonoramente a la chica que se sienta justo frente a él.

C- ¿Qué quieres ahora? -Respondió con un susurro que no ocultaba la ira y el resentimiento que sentía hacia ellos.

Alumno 1- Toma, como disculpas por lo que pasó ayer... Susurró con un ciempiés en la mano colocándolo en el hombro de Celina.

La chica al ver al ciempiés de un tamaño considerable, no puede evitar reír.

C- ¿En serio? Yo pensé que iba a ser algo más aterrador. -Comentó entre risas ignorando que estaba en clases.

Profesora- ¡Celina! -Gritó con determinación.

C- Perdone maestra. -Respondió recuperando la postura poniendo sus manos encima de la mesa.

Profesora- Ya llevamos una semana de clases Celina. -Informó colocándose frente al escritorio de la chica.

C- ¿Y? -Preguntó confundida sin saber a qué se refiere su maestra.

Profesora- Tu peinado no me parece apropiado. -Sentenció inclinándose a unos pocos centímetros de la cara de Celina.

C- ¿Mi peinado? ¿A qué se refiere? -Dijo sin entender absolutamente nada llevando sus manos a su pelo mirando hacia arriba.

Profesora- Al color Celina, me refiero al color de su pelo. -Afirmó la maestra con un rostro algo frustrado. "Según las normas de la escuela, los alumnos no podrán llevar tintes en el pelo, pendientes ni gorras en el centro." Añadió con firmeza mirando seriamente a los ojos de la alumna.

C- ¿Y qué quiere que haga? No voy a cortarme todo el pelo. -Respondió inclinándose hacia atrás mirando algo asustada a la profesora con sus manos en un mechón de su cabello.

La Tumba de TramisKan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora