Ciudad MendrigoTras 2 horas y media de viaje en un tren que apenas pasó los estándares mínimos de seguridad, llegan a Ciudad Mendrigo. Un lugar que desprende un edor a orina y a basura de hace décadas. Una ciudad llena de maleantes, asesinos seriales, doctores sin licencia, presos políticos... En fin, una ciudad corrupta y peligrosa como ninguna otra, donde la moneda no vale nada y todo se hace con trueques.
A- ¿Te vienen recuerdos? -Preguntó retóricamente con un tono dulce y unos ojos brillantes apoyándose sobre el felino.
G- Sí, pero no son recuerdos muy buenos que digamos. -Respondió mirando al frente con seriedad examinando el lugar.
A- No te preocupes dulzura, podemos acabar con esto rápido, sólo tenemos que encontrar a "El Reparador" pedirle que nos de el mapa y nos vamos. -Comentó Ana pasando con suavidad su mano sobre el pecho de Gato.
Ambos avanzan por las descuidadas y peligrosas calles de la ciudad hasta que se encuentran un viejo conocido.
¿?- ¡Has vuelto! ¡Ana has vuelto! -Exclamaba alegre mientras da saltos y agita los brazos corriendo hacia Ana.
A- ¡Marta! ¡¿Cómo estás pequeña?! -Preguntó alegre abrazando a la pequeña niña y dando vueltas con la niña en el aire.
(Marta es una pequeña e inocente niña que no supera los 7 años de edad, lleva malviviendo en esa ciudad de mala muerte toda su vida, es huérfana, no tiene a nadie más que a Ana o eso se cree... Es una pequeña liebre, que está sucia y tiene pequeños bultos en el costado del abdomen debido a su situación).
M- Cuidado Ana, ese gato lleva siguiéndote desde que volviste aquí... -Informó preocupada escondiéndose tras la chica.
Gato se sorprende, ¿cómo es posible que esa niña que acaba de conocer haya estado observándoles todo el rato sin que se diese cuenta? Pero no dice nada.
A- Tranquila, este gato es inofensivo, ¿verdad?
- Comentó colocándose frente al felino mirándolo a los ojos.El felino, aunque tenga una superficialidad de alerta y desconfianza hacia estas dos criaturas, en el fondo siente una punzada de sensibilidad al ver a la pobre liebre en una ciudad como esta. Inmediatamente, Gato se siente responsable de la inocente niña.
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La Tumba de TramisKan
FantasyLas calles dormidas guardaban secretos que pocos se atrevían a descubrir, y entre sombras, una figura solitaria avanzaba sin temor. Rayas, un felino de pelaje naranja y mirada afilada, se movía con la seguridad de quien conoce los peligros del mundo...