Roto por ti (DRAMAtical Murder)

Roto por Ti

-¿Enserio? No hay problema, estaré feliz de asistir- Exclamo con una voz suave y dulce el chico de cabellos blancos mientras colgaba el teléfono, una sonrisa se remarcó en su rostro mientras pensativo caminaba a lo largo de su habitación. Tenía tanto en lo que pensar y en lo que preocuparse, últimamente su sistema actuaba de manera "extraña", había estado experimentando ciertos "fallos" que lo hacían sentir inseguro, no sabía qué hacer con dicha situación tenía miedo de hacerle algún tipo de daño a las personas que él amaba. Despejo su mente y decidió que sería mejor apresurarse, se dirigió a su armario donde saco algunas prendas de vestir que se puso automáticamente.

A pesar de que era verano una fuerte lluvia yacía fuera de su ventana, este no era un impedimento para ir a donde su "Master" lo había citado. Tomo un paraguas que se encontraba en una de las esquinas de su habitación, lo abrió y se prepuso a salir. Mientras caminaba por las calles de Midorijima no podía evitar pensar en lo "raro" que se sentía al estar cerca de Aoba, al ver esos ojos color ámbar sentía un ardor en sus mejillas, su temperatura subía radicalmente cuando el menor recibía alguna muestra de afecto por parte del mayor al tiempo que su corazón latía al mil por ciento, pensó que estos pequeños "fallos" eran ocasionados por el descuido que tenía pues constantemente se caía de grandes alturas o tropezaba cuando iba corriendo hacia algún lugar. Su mente se llenaba de miles de pensamientos y el, sin darse cuenta, llego al territorio de un grupo llamado "Bug Boom" que estaba formado por delincuentes cuyo objetivo era quitarle las pertenecías a personas que estuvieran vulnerables.

En cuestión de segundos el chico albino fue rodeado por dicho grupo, el menor observo a los delincuentes con una mirada de preocupación, no quería tener problemas. -Vaya... mira lo que tenemos aquí...- parlotearon los delincuentes mientras uno de ellos le daba una palmada en su hombro.

-H-hola, yo... bueno... si me lo permiten... tengo algo deprisa así que bue- alcanzo a pronunciar con la voz nerviosa antes de que fuera interrumpido

-Vamos, quédate con nosotros. Nos divertiremos mucho- dijo uno de ellos mientras el menor era arrinconado en aquel callejón

-N-no... Yo... e-enserio tengo que irme...

-De aquí no sales hasta que pagues por haberte metido aquí- Dos de los delincuentes tomaron al chico de los brazos dejándolo vulnerable mientras el luchaba por zafarse desesperadamente. Sin pensárselo dos veces el delincuente que al parecer era el jefe del grupo comenzó a desabrochar el botón del pantalón del chico, que, con los ojos llorosos suplicaba porque lo dejaran ir. Entre risas burlonas y bromas logro tirar de su pantalón dejándolo descubierto de la cintura hacia abajo.

El chico lloraba y gritaba porque lo dejaran ir sin tener éxito. Las manos del delincuente comenzaban a tocar poco a poco la piel del menor, de pronto por alguna razón se dejaron de escuchar las risas provocadas por estos, los ojos del albino se enfocaron hacia enfrente donde estaba posado un chico de cabello rubio y muchos piercings.

-Oye, ¿Que estas mirando?- grito el jefe del grupo mientras se dirigía al chico de los piercings

-No me hables de esa forma- se limitó a decir

-También quieres que te hagamos "esto" ¿verdad?- dijo al tiempo que soltó una carcajada. El chico rubio no respondió solo soltó un suspiro, traía unos vendajes en la parte de sus manos y las facciones de su rostro eran muy singulares haciendo que la atención del albino despertara. Sin dudarlo el chico lanzo el primer golpe al delincuente haciendo que este estrepitosamente cayera al suelo, molesto, se levantó arrojándose al chico de los piercings. Una vez que tiro al chico rubio lo comenzó a golpear brutalmente, a pesar de los golpes que recibía el chico no mostraba ningún signo de dolor, los delincuentes soltaron al joven para ayudar a su jefe, lo tomaron por los cabellos y entre todos le propinaban un golpe por turno. El chico de cabello blanco desde su lugar observo tal escena preguntándose por que aquella persona lo ayudaba hasta el punto de soportar los golpes de los delincuentes,