«Puedes quedarte tanto como lo necesites Amy»
Esas fueron las palabras que mi padrastro dijo después del fallecimiento de mi madre, hace aproximadamente un año.
Entré en casa, me quité los zapatos y los dejé en el descansillo.-Ya estoy en casa-Anuncié a Kit, mi padrastro... O por lo menos el que solía ser mi padrastro. Las cosas se volvieron raras desde que mi madre perdió la vida en un accidente aéreo, de camino a las Maldivas para pasar unas vacaciones de lujo que ganó en un sorteo de supermercado. Literalmente.
Desde entonces he estado viviendo en casa de kit debido a que estudio en Boston y mis otros familiares de sangre provienen de México, Latinoamérica. Incluyendo mi padre biológico, que dejaba mucho que desear en cuanto a ser un buen padre. La opción más fácil simplemente fue quedarme con mi padrastro hasta terminar mis estudios, entonces volvería a México con mi familia.-Hola Amy, ¿que tal por ahí?-Se interesó kit mientras subía las escaleras apresuradamente para dejar las cosas en mi cuarto. Olía a deliciosa comida y se me hacía la boca agua tan solo con pensar en las ágiles manos de Kit, manipulando los alimentos con cuidado y el cariño natural que él poseía. Estaría mintiendo si dijera que no me gustaría sentir esas manos en mis partes íntimas, con esos movimientos exquisitos y esos dedos que parecían esculpidos por los mismísimos dioses entrando y saliendo de mí repetidamente...
Dios tenía que parar. No puedo evitar sentirme mal ante estos pensamientos que últimamente me perseguían respecto a Kit. ¡Es el marido de mi madre! Por el amor de Dios.Dejé mis cosas y bajé tras el olor de la comida recién hecha. Me pregunto que habría cocinado esta vez. Yo era buena para la cocina, incluso mejor que él aunque se negara a admitirlo, pero su comida era casi tan buena como la mía y además con el hambre que tengo, Joder me comería lo que sea que me pusieran. Aunque ahora mismo dudo si era realmente hambre o las dichosas mariposas que revoloteaban en mi interior cada vez que sentía su presencia.
-¡Que bien huele eso!-Comenté con una sonrisa y me la devolvió ante el cumplido.
-Es un risotto. He intentado hacer tu receta pero de momento no parece tan bueno como el tuyo-Dijo riéndose, centrado en la olla con la comida humeante.
-Ven, prueba a ver qué tal. Siento que le falta algo-me acerqué a él cuando cogió una cuchara y la hundió en el arroz cogiendo la cantidad justa para probar. Sopló, abrí la boca inconscientemente y metió la cuchara en ella. Saboreaba el arroz que ya casi estaba en su punto y pensé que ingrediente le faltaba. Sentí como me empezaba a sonrojar ante el gesto.
-El arroz junto con el sofrito está muy bueno pero en lo personal le añadiría más sal-solté y me miró confundido para luego asentir.
-¿Me estás diciendo que si le añado sal conseguiré un risotto tan bueno como el tuyo?
-Ningun risotto está a la altura del mío, es una realidad y va siendo hora de admitirlo-dije entre risas cuando me acerque aún más a él. Que bien olía. El olor cítrico y amaderado que siempre usaba me volvía loca.
-¿Y que es eso tan especial que lleva tu risotto?-Susurró y su voz se fusionó con el chapoteo de la comida en la olla. Me analizó el rostro y pasó su mano por mi cabello castaño, apartando un mechón de mi cara y poniéndolo detrás de la oreja.
Miré también su cabello casi negro y sus ojos azules desafiándolo con la mirada.-Te lo vas a tener que currar mucho si de verdad quieres saberlo-espeté a centímetros de su cara y en el momento en que me di cuenta de que estábamos demasiado pegados, me separé casi de golpe, generando un vacío entre nosotros semejante al de un agujero negro.
-En fin, creo que ya está listo-Dijo algo incómodo por mi brusco movimiento. Ambos sabíamos que estaba mal, muy mal la cercanía que había entre los dos. Pero a pesar de lo mal que estaba me sentía tan bien teniéndolo cerca de mi, que no me podría imaginar una vida sin él, sin tenerlo más cerca todavía.
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Fantasías Obscenas
RomanceRelatos de tus más oscuras y prohibidas fantasías. Aquí encontrarás desde historias para desfogarte, hasta tú deseo más profundo y secreto. ¿Deseas romper las reglas y sumergirte en estos relatos para sentir como tú sexualidad florece de nuevo? Si n...