Chapter Two

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El olor a viaje es una fragancia particular, al no tener la escencia de tu hogar o algo que te resulte familiar o conservador a tu entorno.

Cada centímetro de carretera se vuelve cada vez mas ajeno a algun pensamiento agradable, las hojas de los árboles se asemejan a la podredumbre asesinada.

Hay pocos pasajeros, a pesar de estar cercana la época de otoño, la mejor época para visitar el Hayedo, aunque esta temporada no reluce segun las expectativas de cualquier folleto turístico.

El autobús es pequeño, blanco y azul viejo, la luz es tan opaca que parece una mañana de invierno.

Apollo mi cabeza de la ventana, el vidrio esta helado, el sonido del motor es relajante, como un ruido blanco que ahoga el silencio.

Mi mirada esta ida entre los árboles y entre ellos, ida en la figura de un lobo que solo pude apreciar un segundo.

Siento saltarme una respiración en un espasmo asfixiante, apenas alcance a ver algo, apenas pude verlo, no me da miedo, me da terror y ansiedad.

Un trago seco, un amargo baja por mi garganta en una respiración ahogada, aparte mi vista del camino en un sentimiento abismante y enloquecedor.

Mi vista cae al suelo, uno sucio y azul oscuro tan grisáceo y muerto, venir aquí fue un error, porque ya mi mente quiere matarme...y ni siquiera el autobús a parado...

Bajé del autobús, apoyando mis pies en el basto suelo a las afueras del pueblo, el conductor baja mientras observo el paisaje tan vasto en tonos cálidos, todo parece mas retorcido a los ojos de un adolescente, uno que ya a visto la crueldad en el falso color de las flores, el resto de pasajeros bajan a buscar sus maletas, encerio que el olor a muerte es asfixiante...

Todos parecen encantados con el paisaje una vez alzan la mirada, tomando fotos, viendo todo en una perspectiva monumental y artística, el Hayedo es un lugar parecido a un paramo, en otras perspectivas es algo bonito.

El aire es frío debido al invierno, y la montañas están llenas de neblina espesa, la brisa es tan helada como el sentimiento envolvente de robles de madera oscura y noble.

Todos recogen sus maletas, yo también me acerqué mientras admiraba el terreno vasto, tomé la única que traje conmigo.

–Hola...–

Un chico saludo con animos, con todas las ganas de socializar, metí una de mis manos frías en el bolsillo del polo, mirándolo, solo es un turista...

–hola....– respondí sencillamente sin interés y algo incómodo.

Seguí, rodeandolo con la maleta, el sonido liviano de las pulseras de mi mano izquierda resonaban un poco al tocarse, era un tintineo dulce y bajo.

El me siguió, junto a una mochila, por no describir todo el equipaje que llevaba a cuestas, supongo pena quedarse mucho tiempo...

–Como te llamas?– sus pasos son tan firmes como alegres y sus palabras tienen un ligero acento español.

–...no guío turistas...– apresuré mis pasos.

En algún punto dejo de seguirme, fue lo que pensé hasta que apareció de nuevo a mi lado apresurado.

–Vas al mismo hotel?..– esta empeñado en andar conmigo y ya a estas alturas me fastidia.

–No...– solo hay un hotel aquí y pienso ir directamente a la casa de mi abuela, acabar con la visita de una vez por todas e irme al diablo.

–Entonces tienes un lugar donde quedarte! Así que conoces este lugar– se acercó a un punto de romper mi espacio personal, me fui alejando y el se iba acercando.

El camino al pueblo es corto pero ya siento que se empezará a hacer largo con esta tan "buena" compañía...

–Tu tienes familiares aqui? Como molaría tener aunque sea un amigo..eh eh– se me insinuaba chocando mi hombro con su codo.

–Guían turistas solo por 5$ sabes?...–

–Y para que si ya tengo un amigo?– porfavor...matenme..

–No soy tu amigo..– paso su brazos por mis hombros sonriendo, en un gesto "amistosito"

–Nunca dije que fueras tu bro, jajajajaja!– me soltó, adelantándose en caminar mientras reía...


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Lost RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora