No veía absolutamente nada. Sus zapatillas se hundían en la mullida moqueta del rellano. Sintió unas repentinas ganas de quitárselas para poder sentir aquella alfombra. Podía escuchar el ascensor cerrarse en busca de otro huésped de aquel edificio situado en el centro de Seúl.
Se había sentido como una estrella de cine caminando por aquel barrio. Las tiendas que había solo eran grandes marcas, los escaparates estaban perfectamente decorados siguiendo una estética que cautivara al cliente, todo era publicidad. La gente iba caminando con su ropa cara sacada de las boutiques. Los hombres con sus trajes, sus camisas recién sacadas de la tintorería y sus chaquetas a medida. Las mujeres con sus bolsos y sus tacones, aunque simplemente fueran a tomar un café. De pronto, al ver todo aquello, Yifei se sentía muy niña.
Acaba de terminar su segundo año de universidad y estaba en sus veinte. Sin embargo, al estar rodeada de gente que acababa de terminar la carrera, comenzaba a trabajar y se compraba su primera casa, se sentía algo intimidada. De lo único que podía presumir es de ser propietaria de un estupendo coche, del cual no se quejaba para nada. La independencia era algo de lo que tampoco se podía quejar. En la residencia solo compartía habitación con una chica, April, muy simpática, con la que además compartía clases.
Psicología era una carrera fascinante para Yifei, sus notas eran altas y sus trabajos sobresalientes. Le iba mucho mejor que en el instituto. La noche anterior había tenido su fiesta de fin de año, y aquella misma mañana partió hacia Seúl. Se había citado con su hermano en su nuevo piso. Yifei estaba impaciente por verlo, y a su hermano también.
Jackson la esperaba abajo, y sin dejarle preguntar nada, le dijo que se callara y que cerrase los ojos. Y así se mantuvo hasta que llegaron al rellano. Escuchó una llave meterse en una cerradura. La puerta se abrió. A su espalda una mano, empujó a Yifei para que atravesara la puerta. Pasó de los sigilosos pasos, y de la suave moqueta, al ruidoso sonido de sus zapatos en la deslizante tarima flotante.
—Espera un momento. —escuchó la voz de su hermano de pronto.
Sus pasos se alejaron, y ya no le sentía cerca.
—Vamos, Jackson. Quiero ver ya el dichoso ático para poder usar tu baño. —se quejó Yifei con los ojos cerrados, impaciente.
—Ya está. —dijo la voz de su hermano a distancia.
Los ojos de Yifei se abrieron pero su visión seguía estando en penumbras. De pronto, escuchó a su hermano al fondo pulsar un botón. Unas persianas eléctricas comenzaron a subir dejando entrar la luz del exterior, y apareciendo unas vistas espectaculares del centro de Seúl.
Y entonces pudo ver el apartamento por completo. Todo en él era negro, gris o blanco, de decoración minimalista. Moderno, sencillo, masculino y elegante. Si Yifei no hubiera sabido que aquel era el nuevo piso de Jackson, habría pensado que sería el perfecto para él.
Jackson al fondo, la mirada con una sonrisa de par en par orgullosa y pedante.
—¿Qué te parece? —preguntó el rubio.
—Guau. —dijo Yifei dando una vuelta sobre sí misma.
Jackson soltó una risita y se apartó de las ventanas, una enorme cristalera que llegaba del suelo al techo.
—Sí, lo sé. —contestó Jackson con una sobrada sonrisa metiéndose las manos en los bolsillos de sus vaqueros— ¿A qué es genial?
La mirada de Yifei viajaba por todo el piso. Cocina americana, muebles de diseño, decoración minimalista, todos los colores combinaban y todo estaba ordenado cuadriculadamente.
—Es genial. —admitió Yifei, observando cada detalle. —No puedo esperar a ver el piso que papá me comprará a mí.
Jackson frunció el ceño molesto por el comentario.
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Sólo tres deseos - 爱 // Markson
FanficTercer libro de la trilogía. → Sólo tres deseos - 爱 Jackson ha terminado la universidad, y se prepara para que su vida de un giro de 180 grados, y pueda cumplir al fin su sueño de ser jugador de la NFL. Junto a él, Mark también está cumpliendo cad...