Educada por su abuela y su padre Irene creció siendo una mujer independiente y con carácter fuerte. Nadie se atrevía a hacerle frente ni estar en su contra. Ya que era la heredera y dueña de toda una gran empresa.
A pesar de su carácter y de los rumores de que era imposible que algún hombre conquistará su corazón. Muchos intentaban acercarse aún así a ella.
Su hermoso rostro y cuerpo era tentación para cualquier hombre. Incluyendo a Belserion quien era su mano derecha y administraba sus citas y tiempo.
Belserion era hijo de un trabajador quien fue la mano derecha de su difunto padre. Era un joven obediente y sumiso quien seguía al pie de la letra las órdenes de Irene.
De cabellera castaña, ojos azules y de carácter suave, era el indicado para el trabajo que Irene le había impuesto.
Tenía apenas 1 año trabajando con Irene y estaba satisfecha con los resultados que el proporcionaba.
En un nuevo lanzamiento de joyería, Irene realizó una fiesta en grande para sus socios y algunos famosos que compraban de su excelente calidad de joyas.
El vino y el champagne no faltó, y por ende Irene bebió y bebió.
Llego el momento donde ella se sintió ya mareada de tanto tomar.
Belserion lo notó y sutilmente le sugirió que ya fuera a casa a descansar.
Ella asintió con la cabeza y le pidió ayuda para llegar a su hogar.
Belserion obedeció y junto con el chófer llevaron a Irene a su hogar.
No era la primera vez que estaba en aquella gran mansión, así que sabía dónde estaba el cuarto de Irene.
La ayudo a bajar del auto y coloco su mano en su cintura para ayudarla a caminar hasta la entrada de la casa y posteriormente a las escaleras para subir a la habitación.
Irene a pesar de estar mareada estaba consciente aún. El tacto de Belserion y la amabilidad con la que le ayudaba era nuevo para ella. Por lo que se sintió extrañamente cómoda.
Irene tenía poco tacto con los hombres, Belserion era el único con el que conversaba e interactuaba personalmente.
Al llegar a su habitación, logró acostarla en la gran cama.
Irene entonces supo que ese era un momento íntimo que quería con el.
Le pidió a susurros que le ayudara a quitar sus tacones.
El obedeció, se inclinó y delicadamente le quitó cada zapato.
Irene aún acostada le pidió otro favor.
-¿Podías bajar el cierre de mi vestido? -
El se sonrojo un poco y no sabía que decir pero ella parecía ser sincera y tenía los ojos cerrados. Supuso que era por el efecto del vino.
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* Dinastía Scarlet*
FanfictionDos bellas pelirrojas nacen en una acomodada familia adinerada, dónde su fuerte es la joyería. Cada una con personalidad similiar. Fuertes, Valientes, Sinceras pero sobretodo Bellas. Muchos hombres caían a sus pies. Pero al parecer a ellas no les in...