¡Hola mis corazones morados!
Esta es una nueva historia, espero que les guste, pero antes de comenzar, quisiera hacer algunas aclaraciones.
*Es una historia FICTICIA nada del contenido en los capitulos es real.
*Se utilizan los nombres de los chicos...
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MAYO, AÑO 2025...
El sonido de las sirenas no eran captadas por el agente Jung; estaba sumido en su dolor incado abrazando a su pequeño.
Solo se miraban las lágrimas rodar por su rostro, su mirada estaba fija en algún lugar.
-¿Agente Jung? ¿Puede levantarse? -preguntó uno de los policías.
El médico que antes había dicho que Jung había caído en un estado de shock se acercó, lentamente quitó los brazos del general haciendo que soltase el cuerpecito de su hijo.
Acto seguido tomó al policía de los codos y lo levantó, pero el hombre no reaccionaba, solo por segundos bajaba la mirada para ver a su hijo y luego a su esposa y padres.
-Vamos, levántese, usted puede hacerlo. -decía con voz suave el médico.
Hoseok lo miró y el médico dibujó media sonrisa, asintió. -Eso es, vamos, arriba.
-Mi...hijo, mi hijo...no quiero dejarlo...
-No se preocupe, vamos.
Dos ambulancias y varios autos de la policía llegaron en ese momento, así como personal forense.
La gente comenzó a esparsirse por ordenes de los policías, mientras que Hoseok subía con ayuda del médico desconocido a una de las ambulancias.
Los paramédicos lo ayudaron, lo recostaron en la camilla.
-¿Es usted familiar del señor? -preguntó uno de los camilleros.
-No. En realidad no lo conozco.
-Bien. Entonces lo llevaremos al hospital.
-Al parecer no está herido, solo está en estado de shock.
-Gracias. -respondió el paramédico.
El trayecto hacia el hospital fue menos de treinta minutos, durante el camino el general Jung no reaccionó solo estaba con su vista fija hacia el techo de la ambulancia, y las lágrimas no cesaban en ningún momento.
🔥🔥🔥
Por otro lado a varios kilómetros de ahí, una de las compañeras y amigas del general Jung escuchaba las noticias en la sala de su apartamento, llevó sus manos a su boca asombrada por lo que estaba escuchando, negaba con la cabeza y entonces soltó el llanto.
Su novio, que también era policía y amigo también del agente Jung la escuchó desde la cocina, soltó el trapo con el que secaba los platos lavados de la cena y corrió hacia su novia.
-¿Amor, qué pasa? -la chica se abrazó a él.
-¡¡No puede ser!! ¡No es cierto! -se lamentaba en medio de las lágrimas.
