Robby había visto a Tori irse, y esa imagen se quedaba grabada en su mente como una cicatriz que no terminaba de sanar. Cuando el Daniel LaRusso le dijo a Tori que no podía pelear con el peso del dolor por la muerte de su madre, Robby supo que esas palabras resonarían en su mente durante mucho tiempo. Ver a Tori salir del dojo, con lágrimas que apenas podía contener, había sido una de las cosas más difíciles que había visto. Pero en ese momento, Robby no la siguió. No se atrevió. Estaba atrapado entre su "deber" y su corazón, y al final, eligió quedarse.
El dojo estaba en silencio después de que Tori se fue. Nadie se atrevía a romper la tensión que llenaba el aire. Robby miraba al lugar donde ella había estado parada, con el corazón apretado. Quería ir tras ella, pero sabía que no podía. Era uno de los capitán, y esa responsabilidad pesaba sobre él.
Se sentía culpable y desleal al no seguirla, pero simplemente no podía dejar atrás su responsabilidad con el equipo. Los siguientes días fueron un torbellino de emociones y confusión para él.
Sentía que estaba atrapado entre su lealtad hacia Tori y su ambición de ganar el torneo, que significaba todo para él.Pasaron semanas y el torneo estaba cada vez más cerca, pero el peso de la ausencia de Tori no disminuía. Robby había intentado llamarla varias veces, pero cada vez que su teléfono sonaba y la llamada se iba a correo de voz, sentía como si una parte de él se rompiera un poco más. Sabía que lo había hecho mal, que la había dejado sola en el momento en que más lo necesitaba. Las palabras se quedaban atrapadas en su garganta, y todo lo que podía hacer era mirar la pantalla de su teléfono, esperando que ella respondiera, sabiendo que probablemente nunca lo haría.
Intentaba enfocarse en sus entrenamientos, en ser el líder que su equipo necesitaba, pero no podía dejar de pensar en ella. Recordaba los momentos que pasaron juntos, desde su primera pelea hasta las noches en que se quedaban hablando de todo y de nada. Pero ahora, esos recuerdos se sentían lejanos, como si pertenecieran a otra vida. El dojo, que una vez había sido un lugar de crecimiento y descubrimiento, ahora le parecía vacío sin ella. A pesar de todo, Robby sabía que Tori era fuerte, que no se dejaría vencer por nada. Y eso, de alguna manera, le daba algo de consuelo.
Meses pasaron, y la distancia entre ellos solo creció. Robby trataba de convencerse de que había tomado la decisión correcta, de que quedarse en Miyagi-Do era lo mejor para él y para su futuro. Pero cada vez que recordaba la mirada de Tori cuando se fue, su firmeza se tambaleaba. La presión del torneo no hacía más que aumentar, y cada día sentía que la conexión que alguna vez tuvieron ya no existía. Fue entonces cuando decidió buscarla. No podía seguir adelante sin al menos intentar arreglar las cosas. Pero cuando llegó a su casa, todo fue como él había temido. Tori estaba distinta, más cerrada, más fría. Se había convertido en alguien que Robby apenas reconocía. Hablaron, pero fue más un intercambio de palabras vacías que una verdadera conversación. Sabían que era el final.
Cuando Robby salió de la casa de Tori ese día, sintió que algo dentro de él se había roto para siempre. El dojo, el torneo, nada de eso importaba ya. Todo lo que podía pensar era en el hecho de que había perdido a Tori, no solo como su novia, sino también como amiga. La culpa lo devoraba por dentro, pero sabía que no había vuelta atrás. Habían seguido caminos diferentes, y aunque la idea de verla de nuevo le hacía temblar el corazón, sabía que lo que una vez tuvieron ya no existía.
El día que vio a Tori nuevamente, casi un año después, en el torneo, Robby sintió que el tiempo se detenía. Estaba allí, en el dojo de Cobra Kai, con una mirada decidida y fría que le era desconocida. El corazón de Robby se aceleró al verla, pero también sintió un nudo en el estómago. Se había convertido en todo lo que él había temido, en alguien que no reconocía, y eso lo asustaba más que cualquier otra cosa.
Verla ahí, vestida con el uniforme de Cobra Kai, fue un golpe bajo. Supo en ese momento que las cosas entre ellos nunca volverían a ser lo mismo. La relación que habían tenido se había desmoronado, y no había nada que pudiera hacer para arreglarlo. Robby sabía que Tori era fuerte, más fuerte de lo que él jamás podría ser, pero verla allí, del lado opuesto, le hacía cuestionar todo. No sabía si podía enfrentarla, no en un combate, sino en la vida real. Pero sabía que tendría que hacerlo. El torneo estaba en marcha, y no había espacio para dudas o debilidades. Ambos estaban ahí por una razón, y aunque el peso de lo que habían perdido era grande, no podían permitirse detenerse.
(...)
Los primeros días del torneo pasaron como en un borrón para Robby. Aunque avanzaba sin ser eliminado, sentía que algo faltaba en cada combate. No estaba dando su máximo, y lo sabía. Las patadas que lanzaba carecían de la fuerza que normalmente tendría, y sus movimientos, aunque precisos, no tenían la pasión que solía poner en cada uno de ellos. Era como si cada golpe que daba estuviera incompleto, como si una parte de él no estuviera allí en el tatami.
Observaba cómo los demás competidores, incluidos sus antiguos compañeros de Miyagi-Do, luchaban con todo lo que tenían. Pero cada vez que miraba al otro lado de la sala y veía a Tori con Kwon, una chispa de celos se encendía en su interior.
No era solo celos, era una sensación de pérdida, de que algo importante se le estaba escapando. Apretaba los dientes, tratando de ignorar el nudo en su estómago, pero no podía evitarlo. Verlos juntos, entrenando codo a codo, lo corroía por dentro, lo dolia por dentro. Parecía que tenían una conexión más allá de lo normal. Sus golpes eran perfectos, sus cuerpos se sincronizaban de una manera que hacía que todo pareciera casi coreografiado, y sus miradas... Nunca había visto algo tan intenso. Recordó un comentario de Sam, parecían almas gemelas dijo, mientras que Miguel murmuró algo como "almas de combate". Aunque le doliera y disgustara, sabía que era cierto. Tori y ese chico, "Kwon", tenían algo único en el tatami, y parecía que también fuera de él. Eso le dolía profundamente.Durante los descansos, Robby intentaba acercarse a ella, pero cada vez que lo hacía, Kwon estaba allí, siempre cerca, protegiendo lo que él consideraba suyo. La tensión entre ellos crecía con cada día que pasaba. Robby se encontraba apretando los puños sin darse cuenta cada vez que los veía juntos, y su concentración seguía disminuyendo.
Las rondas eliminatorias se acercaban, y aunque Robby sabía que tenía que darlo todo, la imagen de Tori lo distraía. No podía dejar de pensar en ella, en la promesa que una vez compartieron, y en cómo todo eso parecía haberse desvanecido. El dolor de verla al lado de otro, sumado a los celos que sentía, estaba nublando su juicio. Pero en el fondo, sabía que tenía que encontrar una manera de superar esos sentimientos si quería ganar pero simplemente no podia. Entonces esa noche Jhonny lo llamo, estaban todos sus compañeros reunidos menos Daniel, les dijo que había tenido una idea, sabía cómo podía alejar a Nichols de los cobra Kai, sabían que no estaba bien lo que iban a hacer pero era lo correcto.
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Hola cómo están? Había dicho que iba a actualizar más seguido pero me me enferme bastante grave y bueno no puede, una disculpa sincera🤍
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𝔄𝔩𝔪𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔠𝔬𝔪𝔟𝔞𝔱𝔢-𝔉𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠
FanfictionSus caminos se encontraron, buscando la victoria... •Torneo Seikai TaiKai• Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor.