10: São paulo

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10: São Paulo

Pov's Fernanda:

Había algo mágico en São Paulo, una energía vibrante que te envolvía desde el primer momento. Mientras caminábamos por la Avenida Paulista, una de las calles más icónicas de la ciudad, sentí que estaba comenzando a entender lo que hacía de Brasil un lugar tan especial.

—Mira eso, Richard—dije, señalando un grupo de músicos callejeros que tocaban samba con una pasión que contagiaba a todos a su alrededor—. Nunca había visto nada igual.

Richard me sonrió, con una expresión de orgullo.

—La música es parte de la esencia de Brasil—dijo— Es imposible no dejarse llevar.

Nos detuvimos por un momento para disfrutar del espectáculo. La gente se había reunido alrededor, algunos aplaudiendo, otros simplemente dejándose llevar por el ritmo. Había algo increíblemente auténtico en la forma en que estos músicos se entregaban a su arte, sin preocuparse por nada más que por el momento.

—Es como si la música saliera de su alma—comenté, casi en un susurro.

Richard asintió.

—Es una parte fundamental de la cultura aquí. La samba, la bossa nova, todo eso tiene una historia profunda que refleja lo que es ser brasileño.

Mientras continuábamos nuestro paseo, me di cuenta de que Richard conocía mucho sobre Brasil, más de lo que había imaginado. Claro, él jugaba en Palmeiras y había pasado bastante tiempo aquí, pero había algo más en su conexión con el país.

—Parece que realmente amas este lugar—dije, intentando entender mejor sus sentimientos.

Richard se encogió de hombros, pero pude ver que mis palabras lo habían tocado.

—Es difícil no enamorarse de Brasil—admitió—. Tiene una energía diferente, algo que no he sentido en ningún otro lugar.

Seguimos caminando, explorando cada rincón de la ciudad. Richard me llevó a varios lugares emblemáticos, como el Mercado Municipal, donde los colores y aromas de frutas exóticas y especias llenaban el aire.

—Tienes que probar esto—dijo, entregándome un pedazo de fruta que nunca había visto antes.

—¿Qué es?—pregunté, un poco insegura.

—Pitaya—respondió con una sonrisa—. Es deliciosa.

Le di un mordisco y me sorprendí por su sabor dulce y refrescante.

—Wow, está increíble—dije, deleitándome con cada bocado.

Richard me observaba, y pude notar que le gustaba ver cómo disfrutaba de las cosas simples. Era como si estuviera redescubriendo Brasil a través de mis ojos.

Un contrato - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora