Empezó a correr rumores y comentarios de una rural posada a las afueras de la ciudad que tenia una gran variedad de platos extravagantes, en concreto había un plato del menú que era sin igual de los demás, una sopa curiosa de buen sabor según la gente de la zona y algunos turistas que hospedaban en aquella vieja posada, una exquisita sopa que era mil veces mejor que cualquier otro platillo del menú. Todas estas aprobaciones llegaron a los oídos del señor winters, un chef critico de comida bastante conocido por la zona. Estaba cegado por la curiosidad de probar el supuesto platillo postulante a ganar una estrella Michelin.
Winters hizo un apartado en su agenda para poner las llaves en su hermoso mercedes Benz blanco y partir a las afueras de la ciudad con destino a la posada ¨tiempos viejos¨, fue un largo y frustrante viaje por caminos de tierra y algunos asfaltados con baches pero logro llegar al lúgubre lugar, una gran cabaña de madera de estilo alemán casi en medio de la nada le dio la bienvenida a winters, aparco afuera a creces cerca de un establo de caballos junto a la posada y puso pie al frente del portal de madera de roble musgoso. Toco la puerta y le sorprendió una anciana de unos 85 años aproximadamente dándole la bienvenida a winters.
-oh, querido. Pasa, ¿necesitas una habitación? –
-buenas, no. Solo vengo por unas recomendaciones de un platillo del menú de este lugar –
La señora echo una sonrisa seca apuntando a su cocina, le dijo a winters que esperase sentado, fue a la cocina a preparan su especialidad, se escucharon golpes y cortes, como si la anciana batallase con algo por crear una simple sopa de verduras y carne. Después de unos incesantes 40 minutos del viejo reloj de péndulo de la casa, la señora volvió con un tazón de un brebaje espeso y de tono grisáceo. Winters sorbio la sopa sin esperar mucho y se sorprendió mucho por el sabor de la misma, un fuerte sabor a carne y especias con picante.
- wow, es riquísima, que ingredientes lleva? –
- es un secreto hijo, obvio que no te diré jeje –
Winters echo una sonrisa tosca pues la actitud de la anciana no le daba buenos presentimientos, iba por la mitad de la sopa cuando sintió algo duro entre sus dientes, un hueso se había interpuesto en su boca y lo escupió, era una muela, winters se asustó y revolvió la sopa con la cuchara y empezaron a brotar dientes de entre el caldo.
-que mierda?, ¿señora, que lleva esta sopa? –
-porque no ves y lo averiguas? –Winters siguió desmenuzando la comida hasta ver sobresalir un ojo de entre las verduras, winters se echo la mano a la boca y se puso a vomitar, tiro de un manotazo la sopa a un lado tirando todos los jugos, su rostro proyectaba un absoluto horror, había comido lo que él creía ahora mismo. La señora echo a reír macabramente mirando a winters tirado en el suelo vomitando y jadeando.
-tu preferiste dudar y ahí está la respuesta –
-vieja de mierda, psicópata, enferma –
-yo no disfrute tanto como tu el sabor de la gente –
Winters salió corriendo de la posada aun con el sabor de la sopa impregnado en el paladar, encendió su auto y echo a andar sin rumbo aparente, solo quería largarse de ese infernal sitio.
Han pasado dos años desde este asqueroso suceso, winters volvía de terapia por lo acontecido en ese aberrante lugar, se dirigía a su casa a descansar y comer algo, estando dentro y revisando la alacena no encontraba algo de su agrado para hincar el diente, ya nada sabia tan bien como esa maldita sopa.
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La sopa
Short StoryEl señor Winters escucha rumores de boca en boca de una exquisita sopa que se sirve en una posada a las afueras de la ciudad, así que decide hacerse un espacio de tiempo para ir a probar la dichosa sopa de verduras.