Voy hacer todo lo que tenga a mi alcance para no verte, sentirte, revivirme, oírte y golpeare mis sentimientos hacia vos para dejar que ellos respiren por ti. No es odio ni mucho menos reprimir la dopamina que me da mi cerebro cada vez que te veo. es un momento, un tiempo de dejar lo que proyecté, sueños, vidas, años, días, minutos, segundos y cada parte que conforma lo que conozco de ti y tu de mi. Así que prefiero sacarte y arrancarte de mi carne. Para no tenerte más fusionada más a mi cuerpo como la calle que le pertenece al espanto y el espanto a las cálidos de los estruendos qué pasan por la calle caicedo. Por la casa de doña marta. Como a los espantosos días con sol que se siente frío.