Sí, tengo que seducir a Damen porque no creo que haya otra manera de conseguir que me deje ver a Pallina, pero tengo que pensar en qué le diré porque no es fácil. Y si le digo: ''Bueno, en el fondo te encuentro atractivo. '' No, eso no. No se lo va a creer, ya que aunque me moleste admitirlo es listo.
Se oye un crujido en la puerta y sé que es Damen. Empiezo a maldecirme por no tener tiempo de hacerme un guión mental para poder empezar la conversación.
— Oye, tengo que decirte algo. —Digo con un intento de confianza fallido, ya que a mitad de frase se me quiebra la voz. Estoy traicionando mis propios sentimientos. Estoy traicionando lo que sea que Ian siente por mí y eso, hace que el corazón se me rompa en pedacitos pequeños. Pero eso no hace detenerme.— Verás, aunque te odio de eso no hay duda ¿No? Hay algo en tí que me atrae y hace que la piel se me erice, sé que es una tontería pero quiero que lo sepas.
— Um, así que te sientes atraída por mi, es lo que has dicho, no te contradigas después ¿Eh? Debo admitir, que tu también me atraes, pero no sentimalmente, sólo sexualmente. Así que ¿Por qué no me besas ya?
— Que esté atraída por tí, no significa que te vaya a besar sin algo a cambio. No soy tan idiota, querido.
— A ver, ¿Qué quieres?
— Que me dejes ver a Pallina. Ahora. Y que me dejes a solas con ella. Después te besaré.
— ¿Sólo eso? Pf, pensé que me hibas a pedir que viniera Ian o algo así, bueno ¿Vamos?
Salgo por la puerta antes de que se arrepienta, con Damen nunca se sabe. Decido mirarlo bien, porque ya que lo voy a besar voy a intentar agarrarme a algo que me guste de él. Es alto y degaldo y lleva una camiseta ajustada donde se le marcan los abdominales. Sus pómulos son definidos y los labios finos. Sus ojos turquesa son un mar que me pueden tragar entera. Ya lo puedo definir. Psicópata sexy.
Atravesamos un pasillo blanco puro y giramos unas tres veces a la izquierda y otra a la derecha y entramos en una habitación y después en otra.
— Ahí está. Entra.
— No me estás mintiendo ¿No?
— No, tranquila no dejaría que cambiaras de idea con lo de besarme —Dice con una voz extremadamente seductora, pero que a mí solo me causa asco.
Entro en la habitación y veo a Pallina tumabada en la cama, ella levanta la cabeza lentamente y cuando me ve hace un intento de levantarse pero se le doblan rodillas.
— ¡Pallina! Dios mio ¿Ese neandertal te ha echo esto?
— Tranquila, yo... yo estoy bien.
— ¿CÓMO QUÉ ESTÁS BIEN? Estás pálida. Te voy a sacar de aquí.
Recuerdo que llevo mi móvil encima y llamo a Sadla
— Sadla, soy yo. Es la hora de que rescates a Pallina.
— ¿Y TÚ QUÉ?
— Yo, bueno, no puedo escapar aún. No sé si voy a salir viva de todas maneras así, olvidate de mi.
— No puedo olvidar de tí ¿Sabes? — Es la voz de Ian. Mi corazón empieza a latir tan rápido que creo que se va a salir del pecho.
— Ian, devuelvele el teléfono a Sadla. Yo... estoy bien ¿Vale?
— Verás, el caso es que Sadla me dijo que me querías y que se lo habías dicho tú y no tuve oportunidad de decirle nada.
— ¡IAN! Pásale el maldito teléfono a Sadla, Pallina está en peligro.
ESTÁS LEYENDO
Se lo que piensas. [Parada temporalmente]
Mystery / Thriller¿En quién creer? ¿En quien confiar? Chloe, una chica de 16 años que tiene una vida perfecta hasta que un mensaje la destruye, literalmente la deja K.O. Debe decidir si confiar en una persona que acaba de conoce y que sabe todo sobre ella. Debe deci...