La oscuridad se filtraba por las rendijas de la ventana, como si tratara de escapar de la luz del sol. En ese momento, un susurro resonaba en la habitación: ‘No te rindas, no te rindas’. Pero la voz era débil, casi inaudible. De repente, un golpe seco rompió el silencio y el susurro se desvaneció. La oscuridad volvió a reinar, pero algo había cambiado. Un cambio sutil, pero significativo. El comienzo de una nueva historia, una historia de amor y redención. La historia de Yoongi y el chico popular que cambió su destino.PRÓXIMAMENTE.