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Lee Felix tenía una condición de vida que él mismo denominaba como "ciclo de celo", esto después de que su hermana menor le explicara algo sobre el omegaverse, él se sintió identificado con los omegas a tal punto que le llamaba "alfa" a todos los hombres que encajaban con su tipo ideal.
En todo caso, su ciclo de celo era caracterizado por una cosa en específico: necesitaba sexo.
En realidad, llamarlo ciclo era inadecuado, no era un ciclo, solo le llegaba de repente, sentía el ímpetu de acostarse con el primer hombre grande que encontrara.
Y tener un entrenador que encajara con esa imagen no era precisamente ideal.
— ¿Felix? ¿Sigues conmigo?
— ¿Perdón?
— Preguntaba si crees poder bajar un poco más o si aún es complicado a esa altura.
— Ah, sí, creo que puedo hacerlo más abajo.
Abrió un poco más sus piernas a la par que su cadera bajaba, debía tener cuidado de no despegarse de la pared.
— Creo que eso es todo lo que puedo.
— Está bien, está bien, aguanta cinco minutos en esa posición.
Llevaban unas tres semanas trabajando juntos, y su cuerpo de verdad sentía el progreso; Seo era bueno explicando, y era muy atento, siempre estaba al pendiente de los más mínimos detalles, cuidando que el ejercicio estuviera bien ejecutado y evitando lesiones. Además, al ser una atención personalizada en un espacio cerrado y de forma individual, tenía tiempo suficiente para consultar sus dudas, además de que el ambiente era agradable y cómodo.
Pero había resultado contraproducente.
Estaban solos, los dos, durante unas dos o tres horas, tres días a la semana, viendo sus cuerpos sudorosos y cansados en ropa apretada.
Traducción: Felix tenía que soportar ver a un hombre atractivo y sensual en ropa apretada todos los días, además de escucharlo hablar con su preciosa voz masculina y oler su varonil colonia.
Y, si había algo que le podía más que los hombres musculosos que vestían de negro, eran los hombres musculosos que vestían de negro y tenían personalidades amables y adorables. Eran como los osos, rudos y apapachables.
El conjunto de esos factores, y el hecho de que hacía más de dos meses que no tenía sexo, y la forma que tenía ChangBin de mover las cejas mientras hablaba, adelantaron su ciclo de celo de forma repentina - siempre era repentino -, necesitaba sexo, en ese momento, en ese lugar.
— Felix, ¿te sientes bien?
— No. ¡Digo! Sí, perdón, me distraje, ¿me hablabas?
— Sí, decía que ya pasaron los cinco minutos, puedes comenzar a deshacer la posición.