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Melifluo,

un sonido excesivamente dulce, suave o delicado.

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Sentado bajo un árbol de cerezos se encontraba un joven de cabellos azabaches, sus ojos cerrados disfrutando de las suaves brisas que meneaban mechones de su cabello

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Sentado bajo un árbol de cerezos se encontraba un joven de cabellos azabaches, sus ojos cerrados disfrutando de las suaves brisas que meneaban mechones de su cabello. Sus manos inquietas jugaban con el pequeño accesorio entre sus dedos, regalo de una vieja amiga. Tantas cosas habían pasado en tan corto tiempo, momentos que nunca pensó que viviría, situaciones tan irreales e inesperadas, perdiendo en el proceso a la persona que considero su alma gemela, el amor de su vida, su otra mitad. Una sensación de melancolía y tristeza inundaba su alma, ¿qué pasaría ahora? ¿el destino finalmente estaría a su favor? ¿Podrá llenar el gran vacío que Rika dejó en él? Quizás puede, pero tal vez no quiere. Tiene miedo de volver a enamorarse y que la historia se repita.

Los sentimientos son un tema extenso que el no está dispuesto, por el momento, a aprender. O quizás sí,pero ese temor de volver a amar y luego perder a esa persona lo persigue constantemente, es un trauma que él debe aprender a sobrellevar. Su pecho se estrujo tras tantos pensamientos, no se había dado cuenta del momento en el que sus ojos se habían llenado de lágrimas.

Una risa se escuchó detrás de él, tan suave y dulce, pero aun así se sobresaltó un poco. Sorprendido, volteo la cabeza tanto y de una manera excesivamente rápida que asustó un poco a la joven detrás de él.

– Cuidado, te vas a fracturar el cuello, idiota. – Comentó entre risas la chica.

– Cezha. – Dijo con un tono de alivio. – ¿Qué haces aquí? – Se puso de pie, para poder hablar con la chica correctamente. La vio desde su posición, desde la primera vez noto que ella era un poco más baja que el promedio, pero de alguna manera eso la hacía aún más ágil. No pudo evitar analizarla, miraba con atención su delicado rostro lleno de pecas que cubren su nariz y mejillas, sus largas pestañas que protegen sus hermosos ojos carmesí que brillan de una manera sobrenatural. Una chica hermosa sin dudas, y también la cual ha hecho que su corazón palpite de una manera única sin querer. Bueno, tal vez si podría darle otra oportunidad al amor, solo tal vez.

– Vine a invitarte a ir a un festival conmigo y los demás, es para que Airy despeje su mente después de fallar el año. – Ambos soltaron una carcajada ante las últimas palabras de la peli-azul.

– Pobre Airy, es tan linda pero tan.. tonta al mismo tiempo. – Dijo Yuuta aun entre risas. Se calmó un poco y con una sonrisa le contestó. – Me parece bien, estaré ahí.

– ¡Bien! Nos vemos hoy por la tarde. – La chica se despidió con un abrazo de él para luego ir por su propio camino hacia su habitación, donde Airy la esperaba.

Yuuta se quedó viendo por donde se fue la chica con sus mejillas tornándose de un color escarlata que con el paso de los segundos iba a aumentando su intensidad. – Carajo.. – Fue lo único que pudo decir, al mismo tiempo que cubría su rostro con su antebrazo algo avergonzado.

A lo lejos se escuchó un festejo por parte de dos personas. Eran panda haciendo poses raras e Inumaki con un cartel de letras rojas que decía: "Bien hecho hermano!", una escena algo divertida, pero que a Yuuta solo le causó más vergüenza. Oh, y también estaba Gojo mirándole con una sonrisa triunfante, estaba tan orgulloso de su retoño.

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Qiubo, bueno acá el primer capitulo. Vsos, ustedes sabrán donde.

エーテル的な  - Okkotsu YuutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora