Matrimonio de la Mafia - Cuando el Amor Florece en Contra de la Ley

Capítulo 1

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Propuesta de Alianza

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Roma, Italia.

Mansión Sforza.

Lucca Sforza se encontraba en su estudio, revisando todo lo que se había recaudado con el último negocio. Las cifras eran impresionantes. Los estupefacientes se estaban vendiendo cual vino de la más alta calidad.

Aunque Lucca sabía que todo el basto imperio que había heredado de su padre y de todos sus antepasados era ilegal, no podía negar que estaba consiguiendo amasar una fortuna que dentro de lo legal llevaría años. Aún no entraba a sus cincuenta años y estaba dándole a su familia los lujos que le habría tomado una eternidad conseguir.

Tras acabar con el desglose de gastos y pagos que debía realizar según lo planeado con sus empleados, Lucca miró un cuadro que tenía sobre su escritorio. En aquella foto, estaban las tres mujeres de su vida. Su esposa, Arabelle, de quien se comenzó a enamorar poco después de su matrimonio; sus gemelas, Gianna y Sabrina, su mayor tesoro en la vida. Por ellas, no se alejaba del mundo de la mafia siendo reconocido como el mayor traficante de estupefacientes de Italia.

Su amigo de toda la vida, Alessandro D'Angelo, se encontraba en su misma postura. Su amigo se encargaba del negocio de tráfico de armas, manteniendo a muchas familias bien abastecidas. Incluida la suya. Habían colaborado en más de una ocasión y siempre conseguían el éxito en sus trabajos en conjunto.

Al pensar en Alessandro, Lucca tubo una idea. Deseaba crear una alianza con su amigo para fortalecer ambas familias. Por años, habían comprobado que eran capaces de trabajar juntos y esos trabajos siempre resultaron ser beneficiosos para ambos lados.

La mejor manera de concretar esta alianza era arreglando un matrimonio entre sus hijos. Por su parte, sabía que podía contar con su hija mayor. Después de todo, Gianna había recibido la educación y la formación necesarias para aquel propósito; además de ser capaz de tomar su lugar como su heredera aunque no estuviese casada.

Con eso en mente, Lucca llamó a su viejo amigo.

−Alessandro, mio amico, ha pasado tiempo− dijo Lucca, cuando contestaron del otro lado de la línea.

−Es verdad, mio amico Lucca− concordó Alessandro con él−. ¿A qué debo tu llamada?

−Me gustaría que nos reuniéramos. Tengo una propuesta que hacerte, pero prefiero que sea en persona.

−Suena interesante. ¿Seremos sólo nosotros o nuestras esposas deberán estar presentes?

−No será necesario, de momento− respondió Lucca.

−De acuerdo− aceptó Alessandro−. Nos vemos en el restaurant al que solemos ir.

−No hay problema.

Dicho eso, ambos terminaron la llamada.

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Roma, Italia.

Mansión D'Angelo.

Alessandro D'Angelo, conocido como el Emperador de las Armas, no dejaba de darle vueltas a las palabras de su viejo amigo. Lucca le había dicho que tenía una propuesta que ofrecerle, pero no le dio más detalles.