Poppin' Love

21. Jaemin

La parte de chocolate de los croissants fue la parte fácil. Podría haberles hecho simplemente rodar algunas chispas de chocolate y aunque el potencial de desorden aumentaba de esa manera, habría funcionado bien. No, fue la masa del croissant la que requirió un minucioso proceso de girar, enrollar, doblar y refrigerar repetidamente para asegurarse de que el bloque se mantuviera muy frío durante todo el proceso. Se preguntó si tal vez debería mantener media docena de lotes de masa en varias etapas de preparación, para poder tener uno listo cada mañana.

Jungwoo lo había dejado y se había ido al cine con Doyoung. Era dulce que se encontraran para una cita nocturna y él estaba un poco celoso. Eso no tenía fundamento, ya que Jeno estaría en casa en unas pocas horas, cenarían y jugarían algún videojuego tonto y luego, con suerte, tendrían mucho más sexo. Mucho, mucho sexo. No pudo evitar sonreír ante eso. Siempre había pensado que si tenía relaciones sexuales, sería algo superficial, necesario para tratar de tener un bebé. Afortunadamente, nadie en el enclave se había interesado nunca en él. No importaba que la madre de Jeno hubiera sido una omega, todos en el enclave asociaban omega con debilidad, por lo que no querían tener la oportunidad de tener un bebé omega.

La puerta se abrió y le tomó un momento darse cuenta de que había sido la puerta trasera. Seunghan, entonces.Apenas se habían dicho dos palabras desde su llegada, y por desafortunado que fuera, no podía hacer que fuera importante para él. Seunghan estaba bien sin que fuera su amigo, y por su lado definitivamente era todo igual. Jaemin siguió extendiendo su masa mientras Seunghan entraba en la cocina, tomó un vaso del armario junto a la nevera y se sirvió un trago. Cuando el hombre habló, casi saltó de su piel a pesar de ser consciente de él.

—¿Qué estás haciendo?

— Um, croissants. De chocolate — estiró un poco los hombros y volvió a aplanar suavemente la masa.

— Has aprendido muchas cosas nuevas desde que dejaste el enclave — comentó Seunghan y algo sobre él mencionando el enclave hizo que se
estremeciera.

— Sí. Tengo un libro de recetas — decir eso hizo que sonara como nada cuando, en realidad, que Jeno le comprara un libro sobre cocina, sin que él se lo pidiera, había sido uno de los puntos más altos en su vida hasta el momento. Había sido la primera vez que alguien consideraba lo que le gustaba y le conseguía un regalo relacionado con ello.

Seunghan pasó junto a él, miró su masa y se acomodó en una silla delante suyo, con un vaso de agua en las manos. Extraño, pensó que lo escuchó servir algo de la nevera, como jugo o leche.

— ¿Cómo van las cosas con Jeno?

La pregunta lo hizo congelarse y mirar al otro hombre — ¿Qué?

— ¿Qué?

— Tú… tú quieres hablarme sobre mi relación con Jeno — Jaemin dejó a un lado su rodillo y miró fijamente al hombre.

Después de la conversación que había escuchado entre ellos, lo último que esperaba era que le preguntaran sobre eso. A menos, por supuesto, que fuera una trampa. En lugar de responder, agarró su vaso y bebió un largo trago. Ladeó la cabeza y lo miró mientras lo dejaba. Zumo de naranja. Eso estaba bien, pero él no se había servido jugo de naranja, se había servido agua.

—.¿Él te dice que te ama? — preguntó Seunghan. Su voz era más dura ahora, pero también más lejana — ¿Que eres toda su vida y que daría
cualquier cosa por ti?

Jaemin se volvió para mirarlo, sorprendido de descubrir que no se había movido, y su labio se curvó en una mueca. Con la mayor calma posible, miró al hombre — ¿Por qué? ¿Es eso lo que te dijo antes de que le dijeras que no valía la pena renunciar a nada por eso?

Seunghan golpeó su vaso de agua, pero... no, esa no era su agua, era la de Jaemin. Volvió a mirar a Seunghan, pero ahora eran dos. Y ambos estaban
sonriendo.

— No importa lo que creas que sucedió. Jeno no importa, el patético alfa fracasado que es — se puso de pie y rodeó el mostrador, Jaemin trató de
dar un paso atrás, de alejarse, pero sus pies no respondieron a la orden. Su mano se las arregló para soltarse y derribó el jugo de naranja, enviando el vaso y el jugo al piso de la cocina con un estruendo. Seunghan se acercó a él y Jaemin trató de apartar la cara, esperando que lo abofetearan. En cambio, lo que obtuvo fue la caricia más suave.

— Muy pronto, estarás de regreso en el enclave al que perteneces. Eras feliz allí antes de este pequeño viaje y estarás feliz de regresar a casa. Y Taecyeon finalmente me perdonará por la partida de Jeni. Verá que fue su culpa, no mía  — se inclinó, su aliento rozando la mejilla de Jaemin — No te preocupes, primo. Estoy aquí para cuidarte.

Jaemin finalmente hizo que su cuerpo girara a medias, pero sucedió lentamente, como algo de una de las películas de acción que la manada a
veces veía. Mientras se derrumbaba en el suelo, el último pensamiento que cruzó por su mente fue que nadie iba a volver para poner la masa en el refrigerador y se arruinaría. Maldita sea. Había estado trabajando en esa masa durante dos días.

𓆡𓆝𓆞𓆟𓆜𓆛
Empezó el drama, Seunghan, es un personaje que me dejó una sensación amarga la verdad.