-¿Minho? -preguntó el pelinegro cuando cierto chico abrió la puerta del coche.
-Si. Buenas tardes -saludó mientras se subía al vehículo.
-Bienvenido, ¿gusta agua? ¿el clima está bien? ¿alguna estación de música en especial? -Minho sonrió.
-Todo bien, gracias -el viaje comenzó.
Entonces Minho se tomó la molestia de observar a su chofer, guapo, mamado, sexy, todo perfecto para su gusto, no estaría de más decir que le prendía un poco ver sus grandes brazos y que se marcaran las venas, podía notarse que pasaba horas en el gimnasio, mordió su labio para luego mirar la ventana, tenía que borrar todo pensamiento sucio de su mente, o tendría un grave problema que arreglar.
Por otro lado, Chan se divertía al ver por el retrovisor las expresiones faciales de dicho chico con aspecto de conejo, el como miraba sus brazos y luego se mordía el labio o simplemente sonreía, debía decir que aquel chico castaño es demasiado lindo, se podía notar la ternura y picardía a kilómetros, desafortunadamente este viaje era muy cercano y llegaron al destino rápido.
-El viaje se paga con tarjeta -indicó Minho- Te agradezco por hacerme llegar pronto... -le sonrió antes de bajar del auto.
-Que tengas un día excelente, Minho -Chan le guiñó el ojo y siguió con el siguiente viaje.
Fue entonces donde se propuso a seguir por el área para ver si podía tomar su viaje de vuelta a casa, cosa que no sucedió, pero no perdería la esperanza.
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Yo dije que iba a publicar esto ayer y se me olvidó JAJAJAJA.
Bienvenidxs sean a esta historia, que más que algo bonito, es algo puercote y groserote, no es con el fin de ofender a nadie.
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