Siempre suelo conducir por toda la ciudad, no me importa exactamente qué tan lejos esté de ciertos puntos, porque no hay alguien en especial que me espere, pero hoy en específico, si espero a alguien en especial, a Minho.
Aquel chico castaño que se subió aquella tarde, así que estoy dando vueltas por la zona en donde le recogí con la esperanza de tomar su viaje en algún momento, porque si ansió verle y tomar de nuevo fotos mentales de su reacción hacia mí, aunque bueno, puede que yo me haya hecho ideas, pero nadie mira de esa forma y menos a un conductor de Uber.
Que no es mi único trabajo, también tengo el hermoso trabajo de cuidar niños de vez en cuando, tampoco me va mal, pero ya basta de introducciones a mi persona, solo quiero toparme con aquel chico.
Mi celular comenzó a dar aviso a un próximo viaje.
-Academia de danza profesional de Seúl -susurre, creo que lo tengo.
Acepte el viaje y conduje hasta donde me marcaba para recoger a mi esperado pasajero, no pude evitar sonreír al ver de quién se trataba, había dado en el blanco, me detuve frente a él y me preparé, tenía que intentar mínimo una conversación pequeña.
-¿Minho? -sonreí una vez más mientras le miraba, él igual sonrió.
Note que ahora vestía todo de negro, lo cual lo hacía ver jodidamente cogible, seamos honestos, esos pans sueltos no le ayudan en nada.
-Otra vez tú -soltó, demasiado atrevido para un saludo, más por su tono de voz tan coqueto.
-Está es mi zona -mentí- ¿Listo? -lo vi asentir por el retrovisor- ¿Ya al trabajo?
Vaya pregunta de señor, pero mínimo tengo que hacer que me diga algo.
-Así es, hay que llevar dinero al hogar, los hijos no se mantienen solos -lo vi reír.
-¿Eres papá? -a decir verdad, me tomó por sorpresa.
-Si, de tres gatos -ahora todo cuadra- Soonie, Doongie y Dori, mis bebés.
-Sus nombres son lindos, yo tengo una cachorra, se llama Berry -le mire por el espejo, él me miraba igual.
Algo recorrió todo mi cuerpo, una sensación extraña entre querérmelo coger y hacerlo el hombre más feliz del mundo, no me juzguen, tengo meses sin sexo, aunque no creo que sea normal querer intimidar con un pasajero que apenas y conoces, es solo, que Minho me resulta muy sexy.
-Berry tiene un gran papá... cito -susurró lo último, claro que pude escucharlo, pero fingiré demencia.
-Bien, desgraciadamente hemos llegado, disfruta tu tarde, Min -solté antes de que saliera del auto.
-¿Cuál es tu nombre? -le mire, estaba con un pie en la calle y con otro viéndome, claro que sabía mi nombre, la aplicación te lo daba.
-Chris -mentiras no dije, pero me gusta que me digan así cuando quiero algo como sexo.
-Excelente, Chris. Buen día -y se fue.
Lo vi entrar a aquella academia, y yo dejé de trabajar algunas horas para hacerme cargo de un problema causado por cierto chico vestido de negro.
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Dios mío, amo mucho al Chan de esta historia, me recuerda a mi chico. 🫢
