el día en que nos conocimos

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Ahí estaba yo, sentado en una pequeña cabina de pasajeros en un vagón vacío, me dirigía a una playa a las afueras de mi ciudad, el campo se veía correr por la ventana, los árboles y las montañas hacían un paisaje hermoso, como si hubiera salido de una pintura.
El tren se detuvo en una estación que se encuentra en un pequeño pueblo, ahí los ví de reojo, solo abordaron el tren una pareja -que parecían recién casados- y dos chicos como de mi edad, un chico y la que parecía ser su hermana, "esos dos viajan solos" pensé, pues eran muy distintos a la pareja de recién casados.
*El tren siguió avanzando, seguí contemplando el hermoso paisaje de afuera, en eso, un golpe en el marco de la puerta llamó mi atención:

—oye, nos podemos sentar aquí?? Es que el resto del tren está lleno...—preguntó el chico mientras me miraba.

—por supuesto, no tengo problema.—respondí con un tono amable, en chico me sonrió y entro a la cabina junto con su hermana —soy Jonathan.—dijo el chico con un tono amable.

—soy Cory.—respondí con un tono igual de amable.

Ambos empezamos una conversación, noté un aura tranquila y hasta entusiasmada en Jonathan, me daba una extraña sensación de calidez y alegría, su hermana era un poco más tímida y callada, muy pocas veces se unió a la conversación, se veían muy unidos.

—y tu, tienes hermanos?—me preguntó Jonathan, el ambiente pasó de alegré a tenso en un segundo —si, tenía, se llamaba Carlos...—Jonathan notó que era un tema que me incomodaba —ah, yo, lo lamento, no quería hacerte sentir incómodo...—dijo con un tono empático, rápidamente cambio de tema...

El tiempo pasó y al atardecer llegamos a la costa, ahí ambos bajamos del tren, intercambiamos números y nos separamos.

•unos minutos después•

La cabaña era igual a la última vez que estuve aquí, estaba un poco polvorienta, pero nada que un poco de limpieza no arregle, entre y lo primero que ví fue la sala de estar, los muebles estaban cubiertos por polvorientas mantas, las cuales retiré cuidadosamente, los muebles estaban en buen estado, como si fueran recién comprados.
Seguí recorriendo la casa, todo se veía igual, los tablones de madera rechinaban con cada pasó que daba, y era de esperarse, la cabaña ya era bastante vieja y había estado fuera de uso por tres años, no podía estar en las mejores condiciones, pero era bastante funcional, los servicios de agua y luz aún servían, creo que mis padres los pagaron antes de que yo viniera.
Al llegar a la cocina, todo me trajo varios recuerdos, todo estaba igual, al mirar hacía la estufa, todos los recuerdos se aclararon.
Podía verme a mí y a mi hermano en la cocina, fue la primera vez que preparé galletas, el me estaba enseñando, las lágrimas inundaron mis ojos y mi vista se nublo.

Decidí salir de la cabaña e ir a comprar algo de comer, al llegar al supermercado empecé a pasar por los pasillos, sin saber exactamente que comprar, me decidí por unos fideos instantáneos y un refresco y fuí a pagar, al salir, una voz molesta se escuchó, me reí levemente al reconocer la voz:

—112 pesos por 6 tacos?! Eso es una estafa!!

—se-señorita, no se que decirle, yo no pongo los precios...—le respondió el taquero.

Me acerque y tome el brazo de la chica—disculpe señor, ella tiende a ser bastante enojona...

—Cory!! Viniste!!—dijo la chica antes de abrazarme fuertemente—pedazo de idiota, pensé que no volverías!!

—oye, no me llames idiota, ni que hubiera dejado de venir por siglos, solo fueron tres años...

—pues parecieron una eternidad...

Ambos nos pusimos a platicar y a ponernos al día mientras caminábamos a la cabaña:

—y, cuando llegaste??

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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