Capítulo 4: Compañeros

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"¡Atención todo el mundo! Los instructores no os dijimos nada para que dierais lo mejor de cada uno, pero lo cierto es que la prueba de verdad es mañana por la mañana, a la misma hora que hoy. Así pues, lo de hoy fue un mero entrenamiento, y los que no han clasificado tienen otra oportunidad para hacerlo. Mucha suerte a todos."

Esto fue lo que anunció el instructor Pedro antes de que nos pusiéramos a comer. Casi nadie le prestó demasiada atención ya que, si lo has dominado en el entrenamiento, no debería suponerte un problema. Pero los no clasificados comieron medio tranquilos, sabiendo que tenían otra oportunidad. Algo tonto, si me preguntan a mí, ya que es algo que no se puede entrenar demasiado, es cuestión de talento. Pero bueno, cierto es que Pol me ha abierto los ojos y me ha hecho ver que con esfuerzo puedes lograr hasta lo que parece imposible.


Mientras como y pienso en todo eso, Bruno me toca el hombro, y es en ese momento donde me doy cuenta de que estaba tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que Bruno no estaba a mi lado comiendo. Al sentir el toque, me giro y lo primero que veo es a Bruno con alguien más detrás de él. Resulta ser Marc, al que se le ve bastante nervioso de formar parte de la conversación. 


—¿¡Qué!? ¡Ni de broma! —expreso contundente. Algunas personas se voltean a mirarme cuando grito eso.

—No grites, por favor... —dice Marc, mirando alrededor, esperando que nadie lo haya oído.

—Vamos, Kora, por favor... Al fin y al cabo es nuestro compañero, debemos ayudarle —me intenta convencer Bruno.

Me quedo algo pensativa y escéptica, sopesando la situación.

—Además, nosotros no sabemos exactamente cómo ayudarle. —Tito se acerca por detrás de Marc y se une a la conversación, junto con Grex—. 

—Así es, como bien dijo el instructor, esta prueba es más talento que otra cosa.

—¿Pero no fuiste tú el que le salvó el culo a Pol? —digo, cruzándome de brazos y levantando una ceja.

—Jeje... —Se lleva una mano a la nuca y sonríe nervioso—. Sí, es cierto que le animé, pero es lo único que pude hacer por él, yo no le enseñé nada nuevo ni la "técnica definitiva". Es más, ya viste que cada uno tiene su estilo de equilibrio; pocas veces se repetía una misma pose. Él tiene que descubrir la suya —explica, ya con un tono más serio.

—Por eso lo dejamos en vuestras manos para ayudarle, seguro que encontráis a alguien que le pueda enseñar algo útil —dice Tito con un pulgar arriba y sonriendo.

—¿Y por qué no le ayudáis vosotros? —reprocho.

—Lo hemos intentado, pero con la mala fama del imbécil este la gente no está muy animada a ayudarnos, pero como a vosotros la gente os tiene en más estima confiamos en que lograréis ayudarle —comenta Tito.

—No es de extrañar, sois supervivientes del incidente de hace cinco años, además, estos dos de aquí —Grex pone un puño sobre la cabeza de Tito y otro sobre la de Marc— son unos idiotas de remate.

Tras una pausa de varios segundos, finalmente me decido.

—Está bien, te ayudaremos, pero tienes que dejar de meterte con el resto —digo a Marc, señalándolo.

—Bueno... —se resigna él.

—Muchas gracias, chicos, de verdad —dice Tito. Acto seguido, se van él y Grex a otra mesa.

Con lo tranquila que estaría yo descansando un poco... En fin, supongo que va a haber que ayudarle, aunque no sé hasta qué punto seremos una ayuda de verdad.

Attack on Titan - PanaversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora