20082024

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Todo empezó mal, pues apenas se levantó, se dió cuenta de que era tarde y que además, su celular tenía poca batería porque se había dormido sin ponerlo a cargar.

¿Qué más? Fue a prepararse rápidamente una leche con cereal, pero no tenía cereal. Ese día, no había agua así que se duchó con un pequeño chorro de agua, que además salía frío.

Luego, cuando perdió el autobús para ir a su clase, supo que todo iría horrible.

Debía entregar el trabajo que traía en su portafolios para eso de las dos de la tarde y vivía a una hora de su universidad.

A una hora en bus.

Y por lo que parecía, iba a llover.

Tenía entonces, dos horas de camino si iba a pie, pues no tenía dinero para un taxi y no poseía otro vehículo. ¿Cuál era el problema? Que sólo tenía una hora y diez minutos como máximo para llegar.

Lo bueno es que con sus ropas deportivas, podría correr si era necesario.

En realidad... Sí, fue necesario.

— Oh, mierda, mierda, mierda... —bufó.

Algunas gotas comenzaron a caer, así que apresuró el paso, y en poco tiempo pareció un loco corriendo a través de la ciudad, bajo una lluvia torrencial. Le rezaba a todos los santos tres veces por cuadra, para que su trabajo no se mojara.

— Tú puedes, Park... —se dijo a sí mismo, mientras seguía corriendo.

Corrió como nunca y aunque era vergonzoso llegar a la universidad escurriendo agua, allí estaba. Aún faltaban cinco minutos para que se cumpliera su horario.

— B-Buenas tardes... —dijo, entrando al salón.

Por suerte, eran sólo sus profesores quienes ya habían comenzado a ver los trabajos colgados.

— Park... ¿Qué le sucedió?

— Tuve unos inconvenientes... Pero llegué... —se limpió un poco el rostro.

— Bien, pega tu trabajo por ese lado... —indicó.

Jimin apoyó su portafolio sobre la mesa, rezando con todas sus fuerzas.

— Sí... —sonrió, su lámina estaba intacta.

Prontamente, pegó su trabajo y salió afuera del aula para poder esperar su nota. Aunque estaba incómodo y todo mojado, además de que su celular tenía nada más y nada menos que %5 de batería.

Oh... Allí estaba su tonto yo, con lágrimas asomando.

Jimin es dentro de todo, una persona tranquila que disfruta de la calma y la paz, sabe estar sólo. Cuando las cosas se ponen se salen de su control, suele terminar con sus ojitos hinchados y enrojecidos de tanto llorar.

La mañana fue intensa por demás. Y él solo quería pasar su cumpleaños merendando en su sillón, con la lluvia de fondo y las luces apagadas.

— Hey, ¿estás bien? —oyó una voz al lado suyo.

Era uno de sus compañeros, con el que menos palabras había intercambiado.

Qué vergüenza, pensó para sí mismo.

— Sí, Jungkook... —asintió, antes de volver a esconder su cabeza entre sus rodillas.

— Yo creo que no... —le sonrió.

— Crees bien... —un hipido se le escapó.

— ¿Quieres venir a cambiarte a mi casa? —ofreció— Vivo en las residencias de aquí, asi que podemos estar allí en cinco minutos.

— ¿De verdad? —sorbió su nariz.

— Sí. —asintió— Ven, vamos... Nos van a dar la nota en, seguramente, dos horas. —sonrió.

Jimin asintió, y decidió seguirle.

Esa tarde, el rubio recuerda que Jungkook le preparó un chocolate caliente y unas galletitas en lo que fueron, finalmente, las cuatro horas que se tardaron en dar las notas.

Le comentó que era su cumpleaños, y él, super considerado, le puso una velita a una de las galletas.

— Gracias por hoy... Realmente no la estaba pasando bien. —sonrió.

Eso fue lo que le dijo mientras esperaban las notas; realmente agradecido.

— No es nada... Eres agradable. —dijo— Deberías pasar más seguido. —sonrió.

— Lo haré.

Pensando en aquel día, Jimin sonríe.

Fue muchas veces más a la residencia de Jungkook e incluso quedándose a dormir.

No fue sorpresa cuando una de esas noches, Jimin terminó tomando la iniciativa y por fin besó los finos labios de su compañero.

— Desde esa tarde, la vida me sonríe un poco más. —admitió el rubio.

— Pues yo pensé que mis tejidos nunca tendrían musa. —sonrió— Realmente pensé que nadie apreciaría mis lanas. —dijo, acariciando las mejillas del rubio.

— ¿Y ahora? —preguntó, abrazado a su cintura.

— Eres dueño de todo, Mimi. —se rió, antes de volver a besarlo.

Ese mismo día se hicieron novios.

Y un año después de esa lluviosa tarde, en la que a pesar de todo, terminó aprobando su trabajo con un nueve, al igual que Jungkook, las cosas no habían cambiado mucho.

Excepto porque su cumpleaños aterrizó un domingo. Un lluvioso domingo.

— Feliz cumpleaños, mi amor. —fue lo que dijo cierto castaño, entrando a la habitación con el desayuno.

— Jungkookie... —sonrió— Gracias...

— Ni agradezcas, que recién empezamos... —se acercó para darle un beso.

En un día donde todo había salido tan mal... Lo conoció a él.

Y desde entonces, su vida se iluminó.

Quizá ya no tenía una calma constante, pero tenía a un Jungkook cantante rompedor de tímpanos. Y eso le gustaba aún más.

Sí... Viéndolo comer unas medialunas a su lado, definitivamente, eso le gustaba más.

Estaba feliz. Muy feliz.

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buenas espero les haya gustado lo escribí rapidísimo en pleno auge universitario ñakslskslwkd

corcali_ feliz cumpleaños miamor espero pases un día hermoso t amo 🥰❤💋🎈

FELIZ (CUMPLEAÑOS) - KOOKMIN DRABBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora