CAPÍTULO 23

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REBECA:

Erick me dijo que me tomara el tiempo que quisiera, pero no quería aprovecharme, así que solo me tomé una semana. Me sugirió hablar con un profesional para que estuviera mejor y que hablar de todo me haría bien. Le dije: "Erick, no estoy loca". Y me dijo: "Lo sé, no se trata de eso, es solo para que veas que no hay nada malo en ti, eres perfecta".

Así que acepté. Llevo semanas yendo al psicólogo y me he sentido mejor. Holden también ha estado muy atento, siendo un buen amigo y trabajando mucho para ganarse de nuevo mi confianza.

Me siento agradecida con Erick por haberme animado a buscar ayuda. Y con Holden, por estar allí para mí, sin presionarme, solo siendo un apoyo constante.

Empecé a darme cuenta de que mi miedo a confiar en Holden se debía a mis propias inseguridades y miedos. Pero él ha estado demostrando que es digno de confianza, y eso me hace sentir más segura.

Tal vez, solo tal vez, esté lista para darle otra oportunidad. Pero aún necesito tiempo para asegurarme de que estoy lista para abrir mi corazón de nuevo.

Al salir del trabajo, decidí visitar a mis padres. Me hacían falta y también extrañaba a mis sobrinos, Mateo y Víctor. Y por supuesto, a mis hermanos. Aunque mi hermano se había mudado hace un tiempo a un apartamento cerca de aquí, sabía que estaría allí para visitar a mis padres.

Llegué a la casa de mis padres y me recibieron con abrazos y sonrisas. Mi hermana estaba cocinando y mis sobrinos Mateo estaba jugando en el salón. Y victor durmiendo Me sentí como en casa, rodeada de amor y calidez.

Pasé la tarde jugando con Mateo, escuchando sus historias y risas. Mi hermana y yo nos pusimos al día, hablando de nuestras vidas y compartiendo secretos. Mis padres me miraban con orgullo y amor, contentos de tenerme allí.

Después de cenar, mi hermano llegó y nos sentamos todos juntos a charlar y reír. Fue una tarde perfecta, llena de amor y conexión familiar.

Al despedirme, mis padres me abrazaron fuerte y me dijeron: "Te queremos, Rebeca. Siempre estarás en nuestro corazón". Me sentí agradecida y bendecida por tener una familia tan amorosa y unida.

Al salir de la casa de mis padres, me sentí renovada y llena de energía. La visita había sido exactamente lo que necesitaba para distraerme de mis pensamientos sobre Holden y mi confianza en él.

Mientras caminaba hacia mi coche, recibí un mensaje de texto de Holden. "Hola, ¿cómo estás? ¿Te va bien?".

Sonreí al ver su mensaje. Me gustaba saber que se preocupaba por mí.

"Estoy bien, gracias", respondí. "Acabo de visitar a mis padres y mis sobrinos. Me hizo mucho bien".

"Me alegra", respondió Holden. "Te mereces momentos felices. ¿Quieres que nos veamos mañana? Quiero hablar contigo sobre algo".

Mi corazón latió un poco más rápido al leer su mensaje. ¿Qué quería hablar conmigo? ¿Sería algo importante?

"Acepto", respondí finalmente. "Mañana estaré lista para escucharte".

Colgué el teléfono y me subí al coche, sintiendo una mezcla de emociones.

Al día siguiente, me encontré con Holden en un café cercano. Llegué un poco temprano y él ya estaba allí, sentado en una mesa con una sonrisa en su rostro.

"Hey", dijo, levantándose para darme un abrazo.

"Hey", respondí, devolviéndole el abrazo.

Nos sentamos y pedimos nuestros cafés. Holden se inclinó hacia adelante, mirándome con seriedad.

"Rebeca, quiero hablar contigo de algo importante"me dice Holden. "Quiero que asistas a mi programa como mi invitada. Sé que ya fuiste una vez, pero eso era parte de tus pasantías.

Ahora quiero invitarte yo, una licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, tiene mucho que decir sobre la influencia que tiene en el deporte". "¿Qué dices?"

Me quedé sin palabras. ¿Asistir a su programa como invitada? ¿Por qué yo? Me sentí honrada y sorprendida al mismo tiempo.

"Holden, no sé qué decir", respondí finalmente. "Me siento halagada por la invitación, pero ¿por qué quieres que yo sea tu invitada?"

Holden sonrió y se inclinó hacia adelante.

"Rebeca, eres una licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, y tienes una perspectiva única sobre la influencia de los medios en el deporte. Quiero que compartas tus conocimientos con mi audiencia. Además, quiero que la gente vea la persona inteligente y apasionada que eres".

Me sentí conmovida por sus palabras. Nadie me había hablado de esa manera antes.

"Gracias, Holden", dije finalmente. "Me encantaría asistir a tu programa como invitada".

Holden sonrió y me extendió la mano.

"Excelente", dijo. "Estoy emocionado de tener-te en el programa. Te enviaré los detalles pronto".

Me levanté y le estreché la mano, sintiendo una mezcla de emociones. ¿Qué había pasado con el Holden que me había decepcionado en el pasado? ¿Era este el mismo hombre que ahora me trataba con tanto respeto y admiración?

"Hey, Holden, ¿quieres ir conmigo a comer helado?", le pregunté, sonriendo.

Holden se rió y me miró con una sonrisa.

"Claro, me encantaría", respondió. "¿Dónde quieres ir?"

"Pensé en ese lugar nuevo que abrió cerca de aquí", dije. "He oído que tienen sabores increíbles".

"Perfecto, vamos", dijo Holden, levantándose de su silla.

Caminamos juntos hacia el lugar de helados, disfrutando del sol y la brisa fresca. Mientras caminábamos, charlamos sobre nada en particular, solo disfrutando de la compañía del otro.

Al llegar al lugar, nos sorprendimos con la variedad de sabores y colores. Holden me preguntó qué sabor quería probar y le dije que estaba indecisa.

"Prueba el de fresa y crema", me sugirió. "Es mi favorito".

Probé un poco y me encantó. Holden sonrió al ver mi reacción.

"Te lo dije", dijo, riendo.

Comimos nuestros helados en silencio, disfrutando del momento y de la compañía del otro. Fue un momento perfecto, sin estrés ni preocupaciones, solo felicidad y alegría.

Después de comer nuestros helados, Holden me miró con una sonrisa traviesa.

"¿Quieres hacer algo más?", me preguntó.

"¿Como qué?", respondí, curiosa.

"Vamos al parque", dijo. "Hace un día perfecto para pasear".

Asentí y caminamos hacia el parque. El sol brillaba y las flores estaban en plena floración. Era un día ideal para disfrutar del aire libre.

Mientras paseábamos, Holden me tomó la mano. Me sentí un poco sorprendida, pero no me resistí. Era agradable sentir su mano en la mía.

Hablamos sobre nuestros sueños y aspiraciones, compartiendo nuestros miedos y esperanzas. Me sentí conectada con él de una manera que nunca había experimentado antes.

De repente, Holden se detuvo y me miró a los ojos.

"Rebeca, me encanta pasar tiempo contigo", me dijo. "Eres una persona increíble".

Sonreí, sintiendo mi corazón latir más rápido.

"Lo mismo digo de ti, Holden", respondí.

Y en ese momento, supe que algo había cambiado entre nosotros. Algo especial estaba naciendo.




LA MIRADA QUE LO CAMBIÓ TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora