𝗕𝗋𝗂𝗇𝗀 𝗺𝖾 𝖺 𝗴𝗋𝖺𝗇𝖽𝗌𝗈𝗇 𝗕 𝘅 𝗞

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Blay x Kan
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Blay y Kan estaban en una playa paradisíaca, disfrutando del cálido sol y del relajante sonido de las olas rompiendo en la arena. Era la luna de miel perfecta, donde finalmente podrían disfrutar del tiempo juntos sin preocupaciones. Blay, con la piel ligeramente bronceada, jugaba con el agua, mientras Kan lo observaba con una sonrisa en el rostro, admirando a su marido.

Después de unas horas de diversión, decidieron regresar al hotel. En el camino, el celular de Blay sonó, y él contestó, pensando que podría ser algo trivial. Sin embargo, al escuchar la voz al otro lado de la línea, su rostro cambió drásticamente. Sus ojos se abrieron de par en par y sintió un nudo en el estómago.

—¿Qué pasó, amor? —preguntó Kan, preocupado al ver el cambio de expresión de Blay.

—Mi padre… —intentó hablar Blay, pero la voz le salió entrecortada. Respiró hondo y continuó—: Lo han internado. Está en el hospital.

El mundo de Blay pareció detenerse en ese momento. La alegría y la relajación que sentía momentos antes fueron reemplazadas por una angustia abrumadora. Kan rápidamente se acercó, envolviendo a Blay en un abrazo fuerte.

—Estoy aquí contigo, Blay. Vamos a resolver esto juntos, pase lo que pase —susurró Kan, sosteniendo el rostro de su esposo entre las manos.

Blay intentó mantener la compostura, pero la preocupación por su padre y la impotencia de estar lejos lo consumían. Apoyó la cabeza en el hombro de Kan, y las lágrimas comenzaron a correr. Kan acariciaba su cabello, ofreciendo todo el consuelo que podía.

—No sé qué hacer, Kan… —murmuró Blay, con la voz temblorosa.

—Vamos a casa, Blay. Vamos a estar a su lado —respondió Kan con firmeza, ya tomando el celular para organizar el regreso—. No te preocupes por nada ahora. Solo necesitamos estar allí.

Blay asintió, sintiéndose un poco más tranquilo con la presencia de Kan a su lado. Sabía que, independientemente de lo que sucediera, Kan estaría allí para apoyarlo, y eso era todo lo que necesitaba en ese momento difícil.

Blay todavía estaba en los brazos de Kan, tratando de procesar la noticia. Se apartó un poco para mirar a su esposo a los ojos, buscando fuerza en sus palabras.

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