Ochenta y uno

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No lo era, tú lanzaste una risita y agachaste la cabeza. Lo siguiente que dijiste está grabado en mi cabeza, es como si tu voz estuviera dando vueltas en mi mente, en mi pasado, mi presente y mi futuro.

Las palabras «te quiero» jamás habían valido tanto hasta que salieron de tus labios.


El príncipe que no tuvo su final feliz © ✔️ (M #0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora