Shadow y los demás siguieron su camino en la mina, sus pasos resonando en las paredes de piedra. La oscuridad tan profunda que parecía tragarse la luz, solo iluminada por las débiles luces de las antorchas que llevaban consigo. El aire era pesado y húmedo, lleno del olor a tierra y mineral.
- ¿Cuánto más tenemos que caminar? - preguntó Silver.
- No mucho. - respondió Shadow, su mirada fija en el camino adelante.
De repente, se escuchó un ruido extraño, como un susurro. Los chicos se detuvieron, alertos.
- ¿Qué fue eso? - susurró Silver.
A medida que avanzaban, el ruido se hizo más fuerte y comenzó a sonar como un canto suave y melódico. Los chicos se miraron entre sí, confundidos.
- ¿Qué es eso? - preguntó Valtor.
De repente, la oscuridad se iluminó con una luz suave y azulada. Los chicos se encontraron en una gran cámara subterránea, llena de cristales brillantes y estalactitas que reflejaban la luz. En el centro de la cámara, había un pedestal de piedra, y sobre él, un polvo brillante y luminoso.
- Es el polvo de estrellas. - susurró Valtor.
Pero, justo cuando estaban a punto de alcanzarlo, una figura emergió de las sombras. Era una dragona antropomorfica imponente, con una estatura que superaba los dos metros de altura.
- Soy Astrid, la guardiana del polvo de estrellas. ¿Por qué han venido aquí?
Shadow se adelantó.
- Hemos venido a buscar el polvo de estrellas. - respondió. - Necesitamos su poder para salvar nuestro mundo.
Astrid los miró fijamente.
- El polvo de estrellas no es algo que se pueda tomar sin dar nada a cambio. Deben demostrar su valentía y determinación para obtenerlo.
- Aceptamos. - dijo Shadow.
Astrid asintió.
- Muy bien. La Prueba del Valor comenzará ahora. Entren en la niebla y enfrenten sus miedos.
La niebla se espesó aún más, y Shadow se miró nerviosamente. Luego, tomaron una profunda respiración y entraron en la niebla.
Al principio, no podían ver nada. La niebla era tan espesa que parecía una pared blanca. Pero luego, comenzaron a distinguir figuras en la distancia.
A medida que se acercaban, las figuras se volvían más claras. Eran sombras oscuras que parecían moverse por sí solas.
La sombra que se cernía frente a Shadow comenzó a tomar forma, adoptando la apariencia de un reflejo oscuro de sí mismo.
- ¿Qué se siente haber fallado a alguien que te importaba como una hermana? - preguntó con una sonrisa burlona.
La sombra oscura de Shadow habló con una voz que era una versión distorsionada de la suya.
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Mi querido demonio | Sonamy
De TodoAmy es consumida por visiones aterradoras de Sonic, quien se le aparece con un aspecto siniestro. Mientras tanto, un ser controla el cuerpo de Sonic, alimentando una obsesión enfermiza por la eriza. ¿Podrá Amy distinguir el amor? ¿O sucumbirá al dem...