I'm just playing daddy

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Su vida había sido caótica desde un inicio, como cuando su madre decidió abandonarlos.

Sergio había crecido rodeado de lujos, no podía quejarse de su padre, jamás le faltó algo, Daniel siempre trató de que nunca le faltara algo y Sergio siempre fue alguien dedicado a lo que hacía, y si en su mente tenía un objetivo, no pararía hasta obtenerlo.

Estaban festejando su cumpleaños número 20, cuando vio llegar a su padre con alguien al lado.

Daniel le presento a su novio, Max, y también le anuncio que desde ahora viviría con ellos.

Checo no pudo evitar pensar que era el sueño de todo hombre, estaba hipnotizado.

Alto, esa cabellera rubia que brillaba bajos los rayos del sol, ojos azules que podías perderte horas en ellos, ¿Sus brazos? Si era honesto, quería lanzarse a ellos y que lo manejaran a su antojo.

—Hijo, ¿Oíste lo que dije?.—Decía Daniel, mientras intentaba llamar su atención.

—¿Qué? Me distraje un poco.—Le respondió Sergio sin dejar de ver a su nuevo padrastro.

—Un gusto, Sergio.—El rubio extendió su mano hasta el.—Espero que podamos llevarnos bien, y estaré para ayudarte en lo que necesites.

—Igualmente Max.—Decía sin poder quitarle la mirada de encima.

Los días pasaban y Max trataba de acercarse a Sergio, al principio pensó que sería difícil debido a que podría ser un extraño para el.

Pero para su sorpresa fue todo lo contrario, el joven se adaptó rápidamente a él, siempre le decía los buenos días, dejaba su desayuno listo.

Sergio inclusive un día le preguntó que cómo podría o debería llamarlo.

El rubio le dijo que como el quisiera, el no se molestaría por su decisión.

Y el joven sin pensarlo le dijo que le llamaría "papi" y sin decir más, dio la vuelta y se dirigió a su cuarto.

Dejando a Max con una sensación en la parte baja, un cosquilleo que no podía detener, más bien si podía, pero no lo haría. En ese momento.

Daniel había avisado que llegaría tarde del trabajo, por lo cual le dijo a Max que no lo esperara para la cena.

Y Sergio llego directamente hasta su cuarto, no se molesto en decir buenas noches, estaba muy concentrado en ocupar su tiempo en algo más.

Al llegar a su recámara, tomó su tableta y busco páginas porno, tenía curiosidad y después de todo, jamás había buscado una.

Había diversos videos, tamaños, situaciones, y la curiosidad fue muy grande que decidió bajar su ropa y centrarse en disfrutar.

Ajeno a todo esto, Max le preparo un sándwich, sabía todo lo que Sergio trabajaba y estudiaba, pensó que sería considerado de su parte si le subía la cena hasta su recámara.

Al llegar noto que la puerta estaba mal cerrada y debido a la confianza que habían generado no se molestó en tocar la puerta, solamente la abrió.

Dejando a la vista a un joven Sergio, sentado sobre una pequeña silla tratando de darse placer en su polla pero a la vez tratando de penetrar su entrada, mientras tenía frente a él, su pantalla.

Max sabía que no era correcto, era el hijo de su novio, pero no pudo evitarlo.

Dejó a un lado la comida, y cerró la puerta sin que el se diera cuenta o provocar algún ruido.

Lentamente bajo la bragueta de su pantalón y dejó expuesto su miembro, que para este punto ya estaba duro.

Paso su mano sobre su boca derramando un poco de saliva sobre ella y comenzó a darse placer el mismo.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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