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Dan y Jaekyung estaban en la sala de fisioterapia, que era cercana a la oficina de Dan, la atmósfera era relajante, con luces suaves y el movimiento del agua de las otras piscinas eran la música de fondo.

Jaekyung estaba boca abajo en la camilla, y Dan trabajaba meticulosamente en su hombro y espalda, aplicando presión en los puntos clave para aliviar la tensión acumulada durante la sesión, esto aseguraba que Jaekyung cumplió con la.

Al masajear el hombro izquierdo, Dan notó algo que le llamó la atención. Bajo la tinta del tatuaje que cubría el hombro y una pequeña parte del brazo izquierdo del peleador, había una cicatriz. Era una que se mezclaba con las de las cirugías recientes, pero esta en particular parecía más antigua, como si hubiera sido el recuerdo de una herida pasada.

Sin embargo, Dan no planeaba preguntar ni decir nada. Sabía que algunas cicatrices llevaban historias que tal vez no estaban listas para ser compartidas.

En silencio, continuó aplicando el masaje, sus manos moviéndose de manera firme pero cuidadosa por el hombro y bajando por la espalda de Jaekyung.

Contrólate Kim Dan... No cedas tan fácil — pensó el fisioterapeuta, para él, la espalda de Jaekyung era una de las cosas que más se le hacían atractivas de él, más allá de su rostro y su tan bien trabajado físico. Era ancha, sus músculos parecían haber sido tallados por algún escultor griego o del Renacimiento, le gustaba sentirla cuando lo llegaba a abrazar, o aferrarse a ella cuando llegaban a... ¿Kim Dan, qué rayos piensas, calenturiento?

— Bien Jaekyung, ahora voltéate — dijo Dan.

Ahora, Dan estaría aplicando masaje en su torso, por el pecho y el abdomen de Jaekyung, que no pudo evitar fijar su mirada en él. La posición en la que estaba le permitía observar más de cerca el rostro de Dan mientras trabajaba concentrado. A pesar de sus facciones marcadamente masculinas, había algo delicado y armonioso en ellas. Parecía un ángel.

Los rasgos de Dan eran finos y equilibrados, una mandíbula definida pero sutil, unos pómulos que resaltaban bajo la tenue luz de la sala. Su expresión era serena, con la mirada enfocada en cada movimiento que hacía, lo cual solo aumentaba la sensación de calma y seguridad que transmitía.

Jaekyung se encontró admirando los pequeños detalles: la forma en que algunos pequeños mechones de cabello castaño claro caían ligeramente sobre su frente, el arqueo de sus cejas mientras se concentraba, y la manera en que sus labios tan pomposos y adictivos se fruncían en un gesto de determinación.

Había algo increíblemente atractivo en la dedicación que Dan mostraba, en la forma en que su rostro reflejaba no solo profesionalismo, sino también una preocupación genuina por su bienestar.

Por un momento, Jaekyung dejó de pensar en cosas como la sensación de dolor en su hombro resultante de la pesadilla de la noche pasada, en las cicatrices o en el largo camino de recuperación que tenía por delante. Todo lo que importaba en ese instante era la presencia de Dan, la suavidad de sus manos y la inexplicable atracción que sentía al ver esa mezcla de fortaleza y delicadeza en su rostro.

— La próxima etapa de tu recuperación — empezó a hablar Dan, mientras sus dedos trabajaban en los músculos abdominales de Jaekyung, sacadno a este de su trance — Implicará empezar a recuperar fuerza... Afortunadamente, estamos a mitad de camino del plan, así que en los próximos seis meses tendremos que centrarnos en eso.

Jaekyung asintió, su cuerpo se sentía completamente relajado bajo las manos de Dan.

— ¿Cuánto tiempo durará esa etapa? — preguntó Jaekyung con voz calmada, pero poniendo atención a lo que decía Dan.

— Primero, nos enfocaremos en tres meses dedicados exclusivamente a recuperar tu fuerza —continuó Dan — Pero no puedes entrenar como lo hacías antes, tu cuerpo ha pasado por mucho, y no podemos arriesgarnos a que sufras otra lesión.

Jaekyung frunció ligeramente el ceño, sus entrenamientos anteriores que incluían horas... HORAS de crossfit y pesas, seguidas de otras de combate y artes marciales.

— Entonces, ¿cómo lo hacemos? — preguntó, sin poder evitar un toque de frustración en su voz.

Dan sonrió ligeramente, comprendiendo lo difícil que debía ser para alguien como Jaekyung, acostumbrado a los entrenamientos intensos, tener que moderarse.

— Lo haremos de manera gradual — dijo Dan — En lugar de largas sesiones en el agua, vamos a dividir tu entrenamiento en bloques más pequeños, centrados en ejercicios específicos que no solo te ayudarán a ganar fuerza, sino también a mejorar la estabilidad y prevenir futuras lesiones...

Jaekyung asintió, aunque no sin cierta reticencia. Sabía que Dan tenía razón, pero la idea de no poder entrenar al máximo como antes le resultaba difícil de aceptar.

— Y después de esos tres meses, ¿qué sigue? — preguntó.

— Después de eso — continuó Dan, mientras seguía masajeando —Nos centraremos en recuperar tu acondicionamiento y resistencia. Otros tres meses dedicados a eso. Será un proceso largo, pero necesario para asegurarnos de que vuelvas más fuerte y mejor preparado para cualquier desafío... Quedaría justo con el término del año de no peleas.

Jaekyung cerró los ojos, pensando en lo que significaba. Volver al nivel de entrenamiento que solía tener, y aún más, a la posibilidad de enfrentarse a Junmin y tumbarle los dientes que le faltaron tumbarle ese día incluyendo las posibles prótesis, requeriría paciencia, algo que no siempre le resultaba fácil.

— Entiendo — dijo finalmente, su tono más calmado — Haré lo que sea necesario.

Dan asintió, satisfecho con la respuesta de Jaekyung.

—Lo haremos... juntos — dijo Dan, sus manos aún trabajando con firmeza en los músculos de Jaekyung — Paso a paso, y antes de que te des cuenta, estarás listo para lo que venga.

La sesión continuó en silencio, ambos inmersos en sus pensamientos. Jaekyung, más que nunca, comprendía la importancia de la paciencia y la disciplina en su camino hacia la recuperación. Y Dan, dejando de lado el otro asunto respecto a lo de su situación sentimental, sentía que no solo estaba ayudando a Jaekyung a sanar físicamente, sino que también, de alguna manera, estaban sanando las heridas invisibles que ambos llevaban dentro.

Al terminar la sesión, Dan se preparaba para ir a su oficina y escribir el informe sobre el progreso de Jaekyung, pero antes de que pudiera alejarse, sintió una mano firme que tomaba la suya. Jaekyung lo jaló suavemente hacia él, deteniéndolo en seco.

— Quédate un rato, así — dijo Jaekyung en un tono bajo, sus ojos miraban fijamente los de Dan.

Dan, sorprendido, dejó que Jaekyung lo acercara hasta que quedaron frente a frente. Podía sentir el calor de la piel de Jaekyung a través de su mano. El corazón de Dan comenzó a latir más rápido, nervios y anticipación llenaban el aire entre ellos.

Jaekyung, sin romper el contacto visual, levantó una mano y acunó el rostro de Dan entre sus dedos, acariciando suavemente su mejilla. Dan no pudo evitar sentir el calor subir a su rostro, sonrojándose intensamente ante el gesto inesperado.

— Así está bien — murmuró Jaekyung, haciendo su voz un poco más grave a próposito, con una suave sonrisa, inclinándose hacia Dan.

Antes de que Dan pudiera reaccionar, Jaekyung le robó un beso corto, un roce apenas perceptible pero cargado de significado. El contacto fue breve, pero lo suficientemente intenso como para que el sonrojo en las mejillas de Dan se profundizara aún más, dejándolo con una cara de tonto. Sentía como si el aire alrededor de ellos se hubiera detenido, como si el mundo entero se hubiera reducido a ese momento compartido.

Jaekyung se separó lentamente, dejando que su mano se deslizara del rostro de Dan. Observó con una expresión suave mientras Dan trataba de recuperar la compostura, su rostro todavía teñido de rojo.

— Nos vemos en la próxima sesión, Dan — dijo Jaekyung con un tono más tranquilo, pero con una chispa en sus ojos que mostraba cuánto valoraba ese momento.

Dan, todavía un poco aturdido, asintió, para finalmente salir de la habitación, su corazón latía con fuerza mientras se dirigía a su oficina, con la sensación del breve pero intenso beso aún presente en sus labios.

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO II (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora