única parte

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la noche era tranquila, hacía un buen clima, no abundaban los insectos y la paz se sentía al contemplar la luna.

roier miro el cielo por millonésima vez, pensando que tan buena idea seria hacer todo esto, como si no lo estuviera planeando desde hace semanas, como si no hubiera gastado dinero y materiales al hacer esto.

no dudaba por no estar seguro, dudaba por el miedo y la ansiedad que lo comían desde dentro. pero ya estaba aquí, y no podía volver atrás.

mientras la hora programada se acercaba, su corazón aceleró y en un suspiro, pidió a la luna y las estrellas que todo saliera bien esa noche.

tomo aire mientras sentía su corazón detenerse, pues escucho como un glider y alguien cayendo detrás de él, era ahora o nunca, había estado planeando esto por días, era hora de hacerlo de una vez.

“¡roieeer! ¡mi buen amigo!” roier volteo, recibiendo a quackity con una gran sonrisa y los brazos abiertos. quackity no dudo ni un segundo para darle de regreso el abrazo.

“¡mi quackitysss! ¡me alegro de que viniste!” se soltaron un momento del abrazo, pero sin romper el contacto, sosteniendo sus manos con suavidad y delicadez.

“¿cómo iba a faltar? ¡tu sabes que yo no me rajo cuando se trata de ti!” el corazón de roier dio un brinco y algunas vueltas, iba a ser un milagro si su corazón llegaba vivo al final de la noche.

“bueno, ven para acá, tengo algo preparado para nosotros aquí”, dejó una de sus manos para poder guiar a su amigo a la zona que había estado haciendo con anticipación, “¡y tapate los ojos! ¡eh! ¡no quiero que veas la sorpresa hasta que lleguemos!”

“¡okay, okay! ¡no te me alteres cabron! ya me tapo los ojos jeje… ¡no vaya a ser que me quieras coger en medio del bosque!”, ambos rieron estrepitosamente por la broma, tal vez quackity esperaba eso, pero estaba bastante alejado de la realidad, y roier era consciente.

ambos siguieron caminando un par de minutos más, roier quería que fuera una zona alejada donde ambos tuvieran la suficiente y necesaria soledad.

cuando por fin llegaron, roier tomó aire de nuevo, sin saber cuándo había dejado de respirar, preparándose para hablar con claridad.

“puedes… puedes abrir los ojos…”

quackity siguió las instrucciones de roier, abriendo ambos ojos con emoción, quedando con la boca abierta al ver lo que tenía frente a sus ojos.
si, se habían metido bastante en el bosque, era un espacio no muy grande, con un piso de roca lisa, luces y faroles adornaban desde los árboles para dar una iluminación cálida a toda la escena, en un lado de encontraba una pequeña mesita con dos sillas, en ambos platos se encontraban unas enchiladas suizas. todo decorado con distintas flores y demás plantas.

“¿...que?” dijo, mientras unas leves risas salían de su boca, estaba asombrado por decir lo menos.

“¿te gusta?” había estado bastantes horas quitando y colocando cosas, comprando y consiguiendo materiales e ingredientes para este momento, mínimo esperaba que fuera del agrado de quackity.

“es… es hermoso, la verdad…”, hizo contacto visual con roier, con una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos cristalizados, “nunca habian hecho esto por mi…”, no estaba seguro de los recuerdos de sus vidas pasadas, pero estaba seguro de que esto jamas le habia pasado en ninguna de ellas.

“mereces esto y más, la verdad” quackity desvió la mirada mientras sus mejillas se teñían de rosado, no estaba seguro de merecer esto, “bueno, ¿cenamos?”, preguntó roier, recibiendo una afirmación por parte de quackity.

ambos estaban nerviosos, pero la cena fue con bastante tranquilidad, ambos disfrutaron de la comida, pues roier cocinaban bastante bien. en algún momento, también sacó una botella de vino, los dos bebiendo tan solo un poco para relajarse y entrar en el ambiente.

quackity ni siquiera sabía que estaba pasando, roier lo había invitado a pasar la noche juntos, pensó que solo sería un encuentro de amigos para pasar el rato, como hacer una dungeon o algo por el estilo, jamás imaginó una cena así de romántica.

cuando terminaron su comida platicaron un poco más, aunque roier solo estaba haciendo al,go de tiempo para lo que venía.

cuando una buena porción de minutos pasaron, roier se levantó de su silla, sacando de onda a quackity, que detuvo repentinamente la conversación.

iba a preguntar qué estaba pasando pero roier respondió a su pregunta sin ni siquiera escucharla, sacando un estéreo y un disco de un cofre detrás de él.

“¡aquí está otra sorpresa, mi quackitys!” quitó todos los cubiertos de la mesa, colocando estéreo e insertando el disco, poniendo la música a un volúmen decente y dándole play a la música.

quackity reconoció inmediatamente la canción, ¿era tan obvio con sus gustos?

“¿es vicente fernández?”

“tal vez…” roier sonrió con cariño, ahora colocándose frente a su amigo para mostrar su palma vacía, “alex quackity, licenciado… ¿me concedes esta pieza?”

quackity casi vuelve a llorar al oír la invitación, asintiendo rápidamente mientras se levantaba y para acomodarse a bailar.

ambos se posicionaron sobre la pista, bailando juntos la canción, de vez en cuando cantando la letra de la canción.

«estoy contando que tu y yo
contemos un montón de atardeceres»

bailando al compás de la música, se relajaron y dejaron que sus corazones se fusionarán, pues no tenían que decir alguna palabra en este momento, no era necesario.

«no tomo en cuenta si te soy indiferente
o si me quieres»

ambos sabían que este era un viaje inesperado y lleno de temores, pues ninguno había pasado por las mejores experiencias y eso los atormentaba.

era riesgoso y sus corazones habían pasado por mucho solo por querer ser felices.

pero tal vez merecían ser felices después de todo.

«podrás pensar que estoy
safado y bien perdido de remate»

¿qué pasaba si todo salía mal? ¿si el corazón de quackity quedaba otra vez roto y roier quedaba completamente solo? ¿a quién acudirían para no sentirse tan vacíos con la perdida?

cualquiera lo pensaría un millón de veces y pediría un millón de consejos antes de arriesgarse, pero quackity era el tipo de ir al riego y luego pedir el consejo.

roier si lo llegó a pensar como nunca, dió vueltas en la cama una y otra vez, hizo llamadas nocturnas a su padre sin saber que hacer con su tonto corazón, pero todo le apuntaba al mismo lugar.

lanzarse a lo desconocido.

«pero contando estoy
en que tu corazón
un día se empate.
con este iluso corazón
donde tu vives y sin renta
por que eres ya mi ultimo amor
o mejor dicho
eres mi amor sin cuenta»

un inesperado beso silenció a sus cerebros, tal vez era momento de llevarse dejar por el corazón una vez más, pues a pesar de que era peligroso y espontáneo, parecía un paseo hermoso que valía la pena cruzar.

¿me concedes este baile? ;; spiderduckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora