Sicilia, Italia
—Hermanos todos estamos aquí reunidos para honrar a quién en vida fue un buen amigo a quién se le conoció por sus buenas obras para la comunidad, Don Dante Catalano. Buen hijo, esposo y padre. Todos los aquí presentes ...
El sacerdote que oficializa la misa del Don de la mafia italiana hace una pausa en su discurso cuando ve entrar a una mujer de cabello negro cubierto por una pamela negra con velo. Su esbelta figura se marca en el hermoso vestido que ostentaba dejando ver sus estilizadas piernas. Su sola presencia llenaba el lugar de temor. Todos se preguntan ¿Quién es?
La mujer llega hasta el féretro cerrado del Don, se pone de rodillas frente al ataúd. Mira al sacerdote — Continúe padre. — ordena en un perfecto italiano, Marena Catalano sin soltar una lágrima, con rosario en mano y de rodilla frente al féretro del que en vida fuera su padre.
El sacerdote prosigue su mensaje, orando y pidiendo por el alma de Don Dante Catalano, este era el padre de la mafia italiana. Había muerto por un paro cardiorrespiratorio en una de las cabañas donde tenía una fiesta con prostitutas y amigos.
Por la mente de Marena pasaban muchas cosas. No sabe a lo que se enfrentará, pero sí tenía claro que no era nada bueno conociendo los negocios sucios de su padre. Su madre había muerto de una maldita enfermedad cuando ella tan solo tenía cinco años y su padre la educó en los mejores internados, lejos de su mundo.
Los veranos él se dedicaba a su hija, según paso del tiempo le enseñó a defenderse, la enseñó a desarmar y armar armas, tenía un club de tiros dónde practicaba a diario los dos meses de receso del verano. Es cinta negra, desde pequeña aprendió los deportes de artes marciales, llegando a ser de las mejores en su categoría. Es buenísima con los números al grado que su padre le dejaba jugar a la contable con sus cuentas. Haciendo el trabajo en tiempo récord.
Sin ella darse cuenta la preparaba para un mundo donde solo ganaba el más fuerte. Ella tenía una coraza impenetrable que la hacía fuerte al dolor. Desde pequeña conoció de primera mano ese sentimiento y aprendió a vivir sin importarle nada tan solo ella misma. Su padre se sentía orgulloso de la mujer en la que se convirtió y se lo dejaba saber todo el tiempo. No muchos en su mundo la conocían, otros no sabían de su existencia. Su padre la protegió hasta su último momento.
El sacerdote termina la ceremonia y ella se levanta, hace reverencias al altar y sale de la iglesia sin decir una sola palabra. Se monta en la limusina de su padre donde la esperaba su mejor amigo, amante y mano derecha, Alessandro Esposito. Desde allí ve como baja a la carroza fúnebre el ataúd con el cuerpo sin vida de su padre y se permite liberar una lágrima. La seca con su pañuelo. Una vez el ataúd está en la carroza da la orden de moverse. Lo esperaría en el cementerio donde estaría dándole sepultura junto al ataúd de su madre.
Por el camino todo fue tranquilo, vio cómo las personas se aglomeraban en las orillas para esperar el carro fúnebre y poder tirar flores a la carroza de su padre. Mientras veían el pasar de los autos lujosos que iban tras el féretro. Al llegar al cementerio donde estaba todo preparado, el abogado y representante legal de la familia Catalano se dirige a los presentes agradeciendo su buena voluntad para con la familia.
Marena, que ya se encontraba en el lugar sentada como lo que era, la heredera del imperio Catalano, se levanta sin decir palabra, todos estaban murmurando, solo Alessandro y su padre saben quien es. Los presentes se miran unos a los otros preguntándose quién es esa misteriosa mujer que ha irrumpido sin que nadie interfiera en el velatorio.
Se acerca al ataúd, levanta el velo dejando ver sus hermosos ojos azules. Deja un beso y una rosa blanca encima del ataúd y da la orden de comenzar a bajarlo. Espera que este baje sin permitir que nadie más se acerque. Cuándo al fin está abajo el ataúd, Alessandro la toma de la mano para ayudarla a salir del lugar.
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la heredera
عاطفيةMarena Catalano tiene que demostrar que puede dirigir la organización criminal qué su padre, el gran Dante Catalano le dejó a su cargo. A sus 24 años Marena tiene que tomar decisiones difíciles y contundentes para dejar claro qué ella merece el pues...