Capítulo 11: Toca gym

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Ábracax, Carlos, Victoria, Silvain y Leire cruzaron el portal cristal. El primero se encontraba en desasosiego, como si estuviera estresado por algo.

Akim se encontraba durmiendo con una pistola en la mano junto con un chico rubio, muy flaco de ojos azules que vestía una camiseta blanca y pantalones de chándal azules cortos. Efectivamente, era Dani.

—¿¡Bro!? —Exclamó Carlos enfocando su mirada en Dani.

—¡Bro! —Respondió Dani con la misma energía que Carlos.

Ambos corrieron en la dirección del otro para darse un fuerte abrazo, sin embargo, Dani salió disparado dejando un rastro eléctrico a su paso a una elevada velocidad que obligó a Carlos a salirse de su camino si no quería ser arrollado y a su vez, despertó a Akim provocando que soltase un disparo al aire. Afortunadamente, Ábracax lo detuvo agarrándolo fuertemente de su brazo frenándole.

—Pero bueno, ¿A quién tenemos aquí? —Ábracax lo fulminaba con su sangrienta mirada.

—¡Ostias, Satanás! —Brincó Dani del susto separándose de Ábracax.

Carlos se quedó atónito ante la increíble velocidad que Dani alcanzó. Casi no lo pudo ver, como si se hubiese teletransportado.

—¿Qué ha sido eso? —Carlos se acercó a Dani para así ambos chocar las manos y darse un fuerte abrazo.

—¡Perdón, co, han sido mis poderes! —Dani mostró un dibujo de un relámpago en su muñeca derecha.

Ábracax puso los ojos como platos sumado a una apretada sonrisa acercándose a Dani con cierta agresividad.

—Perdona pero, ¿De dónde has sacado ese sello mágico? —Ábracax tenía un tono bastante agresivo.

—Un pavo con... — Dani dudaba en su respuesta—. Ah sí, de una tipa vestida de monja.

—Con que una monja... —Ábracax se colocó los dedos de su mano derecha en la barbilla mientras sonreía.

—¿¡Estás de coña!? ¡Eres tipo eléctrico! Bua, pues yo también tengo poderes —dijo Carlos con orgullo materializando un cuchillo ante Dani.

—¿Eso sale de tu muñeca? —Preguntó Dani atónito ante la demostración.

—Claro, tuve que cortarme las venas para tenerlo.

Ambos se miraron con los ojos bien abiertos sin responder pero a la vez sonriendo.

—¡Bro, lo hiciste!

—¡Sí, lo hice! —Ambos saltaron y gritaron de emoción.

Todos los demás en la sala los miraron confundidos y con cierta incomodez al ver como celebraban que uno se cortase las venas. Silas se acercó a Ábracax y le susurró al oído.

—¿Acaso son retrasados?

—Retrasado te dejaré como eches un solo soplido más a mi oído. —Ábracax le respondió con una forzada sonrisa centrando su vista en sus ojos. Silas lo miró con cierto miedo y decepción.

Todos los del equipo excepto Ábracax se miraron los unos a los otros. No estaba claro el origen de que Dani se encontrase en una dimensión distinta a la suya. Silas y Akim comunicaron al equipo que el joven simplemente cayó desde el techo sumado a un brillo resplandeciente del que apareció, pero no era hostil y estaba igual de confuso que ellos. Dani les explicó que se encontraba volviendo hacia su casa hasta que en un instante apareció en un mundo de fantasía lleno de magia y criaturas mágicas. Añadió que se resguardó en una iglesia donde la monja que anteriormente mencionó le otorgó el sello mágico que le otorgó aquellos poderes. Días después, él fue teletransportado hasta el castillo.

Carlos Sánchez y el trozo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora