La semana continuó transcurriendo, Tzuyu había desarrollado cierto instinto protector hacia la coreana desde que descubrió lo que la menor vivía, ella quería cuidarla siempre y detestaba tener que dejarla en casa sola con ese monstruo que tenía por esposo, sin embargo no podía hacer mucho cuando la misma Nayeon le había pedido que no interviniera en su matrimonio, Tzuyu se sentía impotente, solo quería lo mejor para Nayeon, pero esta parecía no querer aceptar su ayuda.
Sin embargo no pudo negarse cuando Tzuyu llegó a su casa con una bolsa de comida en una mano y en la otra una cajita con cremas para sus heridas la cuál le obsequió.
Cada día Tzuyu había ido para encargarse ella misma de tratar las heridas de Nayeon, lo estuvo haciendo por un par de semanas hasta que las heridas en su rostro se volvieron casi imperceptibles a tal punto de que aún la misma Nayeon era incapaz de distinguirlas en su piel, ella se sentía feliz, adoraba lo bien que se sentían los dedos de Tzuyu sobre su piel cuando acariciaba su rostro con cremas calmantes o regenerativas.
Tzuyu estaba orgullosa de su trabajo, ahora el rostro de Nayeon lucía saludable y todo gracias a ella, no podía sentirse mejor al mirar a Nayeon curada y feliz, poco a poco se estaba enamorando de la hermosa sonrisa que la menor le regalaba, era la persona más feliz del planeta cuando recordaba que el bienestar en Nayeon se debía a ella, pero aún así temía dejarla por las tardes a solas con Minhyuk, ella había visto al coreano en fotos, solamente deseaba encontrárselo algún día en la calle y utilizar cualquier pretexto para golpearlo hasta dejarlo inconsciente.
La taiwanesa aún no sabía hasta donde llegaría todo esto, ella quería a Nayeon, desde el día uno ella había llamado su atención y ahora que conocía su historia no deseaba más que sacarla de ahí, quería salvarla de su esposo, cuidarla y asegurarse de que nada malo volviera a sucederle jamás.
Pero no podía hacer nada cuando Nayeon prácticamente se lo había prohibido.
No podía evitar que Minhyuk la lastimara, solo podía curar sus heridas después de que todo hubiera pasado y eso a Tzuyu le dolía.
Ella supo un poco después la razón inválida del maltrato que recibía su menor y le parecía algo muy cobarde el hecho de que Minhyuk desquitara su coraje con su esposa, ella no tenía la culpa de nada, después de todo Nayeon no había decidido no darle hijos, simplemente ella no había podido y eso no tenía porqué ser algo malo, tal vez la vida no quería que un bebé sufriera de maltrato como Nayeon lo hacía, ese hombre no merecía un hijo, no merecía ni siquiera una esposa, entonces él no podía exigirle nada a Nayeon cuando él era un hombre muy malo.
Además, Nayeon era una mujer demasiado hermosa como para estar con ese hombre tan insuficiente, ella no merecía ser usada como una máquina para procrear, una mujer como ella se merecía el mundo entero, ¿Acaso Minhyuk solamente la utilizaba para intentar tener un bebé? Eso era injusto, las mujeres no eran una fábrica de bebés ni nada por el estilo, una mujer como ella debía ser complacida y Tzuyu estaba totalmente segura de que alguien como Minhyuk era incapaz de conseguirlo.
—¿Entonces su único propósito es procrear?— Tzuyu preguntó incrédula.
—Así es, pero yo no he podido darle un hijo, entonces… Todo ese maltrato es mi culpa— La menor bajó la cabeza al decirlo.
—Oye, no digas eso— Tzuyu pidió tomando las manos de la contraria mientras buscaba su mirada —Tú no eres culpable de nada, no vuelvas a decir algo como eso.
—Pero, soy una mujer incompleta si no puedo embarazarme.
—Yah, Nayeon, ese hombre te ha lavado el cerebro, las mujeres no son una máquina de bebés.
—Pero Tzuyu…— Nayeon iba a empezar a llorar.
—¿Cuándo fue la última vez que Minhyuk te dio un orgasmo?
Nayeon abrió los ojos en grande.
—Tzuyu… ¿Qué dices?— Ella estaba muy sonrojada.
Demasiado sonrojada.
—Hablo en serio, ¿Hace cuanto no tienes un orgasmo?
—Yo…— Nayeon no sabía qué responder.
—Diablos, ¿Al menos alguna vez te ha dado uno?
Nayeon negó con las mejillas rojas.
Y Tzuyu abrió los ojos en grande.
—¿Me estás diciendo que llevas al menos cinco años sin un orgasmo?
Nayeon estaba muy avergonzada, llevaba cinco años de casada, pero antes de su esposo nunca tuvo relaciones sexuales con nadie, su familia le había enseñado que debía llegar virgen al matrimonio y ella lo hizo.
—Yo… Bueno… Antes de casarme… Yo no…
—Nayeon, tranquilízate— Tzuyu pidió con una risita al verla tan nerviosa.
—¡Nunca he tenido uno!— Ella soltó dejándose caer contra el pecho de Tzuyu, estaba muerta de la vergüenza —¿Podemos cambiar de tema?
—Diablos, entonces te acostaste con los menos aptos— Tzuyu razonó.
—Llegué virgen al matrimonio, ¿Podemos cambiar de tema?— Volvió a preguntar aún escondida en el pecho de Tzuyu.
—¿Nunca te tocaste?
—¿Podemos cambiar de tema?— Insistió.
—Relájate, estamos en confianza y este tema es importante.
—Pero me avergüenza— Ella se sinceró.
—Es algo natural Nayeon, pero no es nada natural que tu esposo no pueda complacerte, ¿Qué clase de hombre es entonces?
—¡Oye! Es solo que él está más enfocado en tener un hijo.
—Es solo que es egoísta, busca su propio placer y no le importa nada más que eso.
—Basta, pedí cambio de tema— Nayeon una vez más insistió avergonzada.
—Lo siento— Tzuyu pidió intentando levantar el rostro de Nayeon para mirarla, pero ella insistía en esconderse en su pecho.
—Déjame, estoy muy avergonzada— Pidió la menor abrazándose fuerte del torso de Tzuyu para que esta no pudiera alejarla de su escondite.
Y Tzuyu rió abrazándola también.
—Nunca me toqué porque me dijeron que eso era malo— Confesó aún escondida.
—¿Por qué sería malo?
—Mis papás eran religiosos y decían que m-masturbarse era malo— Ella ni siquiera podía decir la palabra sin avergonzarse nuevamente.
—No lo es, es peor entregarse a alguien sin amor.
—Pero aquí estoy, es la vida que me tocó—Nayeon se encogió de hombros restándole importancia.
—Eso podría ser diferente— La mayor soltó con total sinceridad.
—¿Cómo?— Ella quería saber, estaba realmente interesada.
—Pues…— Y Tzuyu también quería decirlo.
Sin embargo la alarma de Nayeon la interrumpió.
Tzuyu debía irse.
Debía dejarla en manos de ese bastardo con la inseguridad de poder encontrarla al día siguiente con nuevas heridas de maltrato. Y ella no quería eso, le había costado tanto quitarle esas marcas de violencia como para que de un día a otro su esposo le hicieran nuevas.
Pero no podía hacer nada más.
Nada más que irse.
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Estéril // Natzu [Adaptación]
RomanceDespués de cinco años de matrimonio, Nayeon comienza a ser víctima de violencia doméstica por parte de su marido, quien la acusa de ser incapaz de darle desendencia. En medio del caos y la tristeza conoce a Tzuyu quien se vuelve muy especial para el...