Era una tarde fría en Seúl, en un departamento ligeramente lujoso y grande, estaba sentada Lalisa Manoban o más conocida Lisa M, la gran violinista, rodeada de partituras e instrumentos musicales. Su violín descansaba sobre su regazo, y sus dedos acariciaban las cuerdas con suavidad. La música era su refugio, su pasión, su razón de ser.
Mientras tocaba una melodía triste y lenta, Lisa no podía evitar sentir una sensación de vacío en su corazón. Había estado sola durante mucho tiempo, su infancia fue dura, ya que solo tenía a su madre, y aunque su música la acompañaba siempre, no podía llenar el espacio que anhelaba llenar con alguien especial.
Lisa pensó en su vida, en su carrera como música, en sus amigos y familiares que la apoyaban, en qué trabajaba en una gran orquesta, la que siempre soño, que tenía dinero, lujos, incluso mujeres pero no podía evitar sentir que algo faltaba. Quería compartir su música, su alegría y su tristeza con alguien que la entendiera, alguien que la amara por quien era y no por lo aparenta ser.
Mientras el último acorde de la melodía se desvanecía en el aire, Lisa suspiró y dejó su violín a un lado. Se levantó y se acercó a la ventana, mirando la ciudad que se extendía ante ella. ¿Dónde estaba esa persona especial? ¿Existía siquiera?
Lisa sonrió tristemente y se volvió hacia su apartamento, sabiendo que la música siempre estaría allí para ella, pero anhelando algo más. Algo que solo el destino podría traerle.
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Mientras tanto, no tan lejos de Seúl, en Incheon se encontraba Jennie Kim, sentada en un pequeño café, rodeada de tazas de café vacías y papeles llenos de versos. Su pluma se movía con rapidez sobre el papel, dejando huellas de tinta que reflejaban sus pensamientos y emociones.
Escribía sobre la vida, el amor, la pérdida y la esperanza. Sus poemas eran un reflejo de su alma, y ella los escribía con la esperanza de que alguna vez miles de personas a las que les gusta la poesía, podrían leerlos e identificar.
Mientras escribía, Jennie pensó en su vida, en su pasión por la poesía y en su deseo de compartir sus palabras con el mundo. Quería que su poesía tocara el corazón de las personas, que les hiciera sentir que no estaban solas.
Pero a veces, Jennie se sentía sola, como si sus palabras se perdieran en el viento sin ser escuchadas. Anhelaba encontrar el amor, poder sentirlo y vivir, porque en el arte de los versos está vivirlo, no solo escribirlo. Quería poder escribir versos de amor, de una verdadera ruptura, había tenido relaciones anteriores pero ninguna le hizo sentir lo suficiente para dejar huella.
Dejó su pluma y miró al cielo observando las nubes moverse . ¿Dónde estaba esa persona que le haría sentir la poesía del amor más profundo, que la amaría por sus palabras?
Jennie sonrió tristemente y regresó a su escritura, sabiendo que sus palabras siempre estarían allí para ella, pero anhelando alguien que le hiciera vivir más.
___________________________________________Hola, decidí hacer esta historia que ya tenía ganas de publicar, les aseguro que les gustará, aún no sé si dejar a lisa como violinista, pero yo creo que sí es un buen Match, díganme ustedes, todos los poemas que leerán son hechos por mí, así que de verdad le estoy metiendo mucho corazón a esta historia, la hago Jenlisa porque sinceramente no sé si pegué como me gustaría con otros nombres, en fin estén atentos a los episodios, si puedo subiré dos por semana, denle mucho amor porfis 😔🙏🏻
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Armonía de almas
Fanfiction-Lisa Manoban, una joven música de 27 años que toca el violín en una orquesta sinfónica. -Jennie Kim, una poeta de 26 años que acaba de publicar su primer libro de poemas. Lisa y Jennie se conocen en un concierto de la orquesta donde Lisa toca. Jenn...