Bajo luces de neón tenues, sumido en la oscuridad de una esquina con poca iluminación, sentado con las piernas abiertas y una chica sentada encima de ellas, mientras que con una mano apretaba suavemente su trasero, en la otra sostenía un cigarrillo que estaba por terminarse.
Y del otro lado, entre la multitud de gente pegándosele por todos lados mientras disfrutaban de la música, en su propio mundo, con una bebida en la mano y unas terribles ganas de vomitar, se encontraba Sunghoon.
La chica sobre las piernas de aquel tatuado era su novia, quién le había mentido diciendo que estaría con sus mejores amigas en una noche de chicas pues debían aconsejar a una de ellas sobre su relación.
Traicionado, devastado, humillado, enojado, harto, alcoholizado y lleno de rencor por lo que sus ojos estaban presenciando, se acercó a paso apresurado a aquella esquina y tiró sobre la mujer el líquido que contenía su botella, empapando y sorprendiendo a ambos, especialmente a ella.
―¿Debían aconsejarte sobre nuestra relación, perra? ― Preguntó el pelinegro, con voz grave y llena de ira, mirando a la chica como si la quisiera muerta. Aquello provocó que el acompañante se levantara de inmediato dispuesto a defenderle, entonces Sunghoon habló de nuevo. ―Tranquilo, Romeo. Puedes quedarte a la puta, no es una mujer por la que vale la pena pelear. Un gusto, por cierto. Soy su ahora exnovio. ― Tras aquello, no dudó en propiciarle un fuerte puñetazo en el rostro, para luego írsele encima, terminando ambos sobre la mesa, tirando las bebidas y llenando el piso de líquidos y vidrios, desatando una pelea.
Pronto, fueron separados y habiendo quedado victorioso, decidió alejarse hacía la barra para pedir algo de beber y algo para evitar que su labio ahora abierto se hinchase. ¿Qué haría con el anillo ahora? Había gastado una fortuna, ¿Y todo para qué? Se sentía tan avergonzado consigo mismo por haber confiado en esa mujer... Sus amigos le habían advertido.
―Golfa de mierda. ― Expresó lleno de cólera en sus palabras y tono. No podía creerlo, aún no lo asimilaba.
―¿Quién ganó? ― Preguntó el bartender, sonriente mientras lo miraba divertido a la vez que le servía otro trago.
―Claramente yo, el imbécil tenía la pinta pero no la actitud.
―Y tú tienes la actitud, pero no la pinta.
Sunghoon suspiró.
―Sí, supongo que por eso lo prefirió a él. ― Llevó a su boca el amargo líquido que quemó su garganta hasta llegar a su estómago y azotó el cristal contra la oscura madera.
―Bueno, las preferencias son variadas en este mundo, en lo personal prefiero la actitud a la pinta. ― Sunghoon levantó la mirada, confundido sin saber si era por el enojo, el alcohol o por algo más... O tal vez todo junto.
―¿Te conozco? Tu rostro me resulta familiar.
El chico amplió su sonrisa y asintió levemente, achinando sus ojos, ladeando un poco la cabeza provocando que su cabello bailara sobre su frente. Iluminado con las tenues luces de la barra y vestido con su elegante ropa negra ajustada, limpiando ahora un vaso de cristal con un trapillo. Lo miró con felicidad y se inclinó hacia él.
―En realidad si, soy Yang Jungwon. Estudié contigo en la universidad, no creo que lo recuerdes. ― Expresó lo último con una mueca triste que no pasó desapercibida para Sunghoon.
―¿Cómo no recordarte? Eres el loquito que hizo una huelga en los baños en la escuela porqué se robaban el papel sanitario y un día permaneciste 2 horas con el culo al aire por no podértelo limpiar debido a eso. Eres toda una leyenda en Kwangya... Por tu culpa tuve que golpear a varios.
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Mi Héroe - Sungwon
FanfictionEn dónde Sunghoon encuentra a su novia siéndole infiel en un bar... Alerta: Contenido sensible.