Meteor ※ Stardust

Capítulo＊2『Zircón』

 «En el año 5967 de la Era Leriana, el rey de Asdytae murió después de una longeva vida y con ello la Flor de la Vida perdió una joya. Es en ese entonces cuando la magia surge, tan sólo los gobernantes pueden ser testigos de esta ancestral magia que selecciona al próximo monarca, lo llaman la "Elección". Las Nueve Joyas decidieron que el próximo rey de Asdytae fuera aquel con el corazón de Zircón.»

De los anales reales de Asdytae: La búsqueda de un nuevo Rey.

"¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?"

Se pregunta la capitana. La angustia es evidente, pero no se puede permitir perder el control de sus emociones. Debe tranquilizarse y pensar bien en su situación.

Haciendo un repaso de sus memorias lo último que recuerda es haber salido de su camarote y haber sido golpeada en la nuca fuertemente. Después de aquello perdió la consciencia, eso es todo.

La chica se levantó del suelo. Todo estaba cubierto por un manto de oscuridad. Ella se dio cuenta de que sus manos estaban esposadas.

"Así que te han atrapado Ellie... ojalá los demás hayan podido escapar." Fue lo único en lo que pudo pensar. Para ella cada uno de los hombres y mujeres a su servicio eran su familia.

"Espero que Shabot esté bien."

Sólo era un bebé y aunque eran una especie temida, Shabot era inofensivo, pero eso no significaba que fuera tonto.

De repente ella sintió una presencia, se dio cuenta de que no estaba sola.

―¿Quién está ahí? Muéstrate ante Ellie. ―Ella siempre usaba esa forma de hablar llena de arrogancia.

No es que fuera una mala persona, es sólo que su orgullo era demasiado grande.

Y nadie contestó, pero sin duda ahí había alguien... De repente un foco iluminó a la chica cegándole la vista.

"Menuda molestia..." Se quejó en sus pensamientos.

Era una chica menuda, sinceramente parecía una debilucha. No aparentaba más de quince años.

Media como un metro sesenta. Su piel era pálida, debido a que era albina. Su largo cabello, sus cejas e incluso sus pestañas eran completamente blancas. Una combinación genética extraña incluso en el espacio.

Sus ojos almendrados eran de un violeta penetrante, parecían dos joyas brillantes. Bajo su ojo izquierdo tres lunares seguidos pintaban su rostro, dándole un aire más misterioso.

Vestía galantes ropajes dignos de un noble y siempre iba de guante en blanco. Su aspecto le hacía verse como una muñeca de porcelana, menuda, frágil, dócil, ... Nadie sospecharía que se trata de una pirata, pero la realidad no era tan hermosa, ella era una persona engreída, astuta y cruel que solo actuaba en su propio beneficio y en el de sus camaradas.

―¿Sabes por qué estás aquí? ―Una voz venida de algún lugar preguntó.

―Si Ellie lo supiera no estaría aquí, idiotas... ―Susurró con ironía.

―Tus crímenes se han extendido por los Cinco Sistemas Solares. Ya no podemos ignorar tu existencia por más tiempo.

"¿Por fin te han reconocido? Deberías estar feliz." Se dijo a sí misma.

Pero no había forma de que estuviera feliz por completo. Después de todo su objetivo original aún estaba muy lejano.

Otro foco se encendió, esta vez iluminaba a un palco. Allí se encontraban dos personas ocultas tras una cortina.