El sol apenas comenzaba a filtrarse a través de las cortinas cuando Peter se despertó, sintiendo el calor del cuerpo de Lali junto a él. La habitación estaba en un silencio absoluto, roto solo por el suave susurro de sus respiraciones. Abrió los ojos lentamente, ajustándose a la luz tenue, y lo primero que vio fue el rostro de Lali, que lo observaba con una expresión de ternura.Lali estaba recostada de lado, con la cabeza apoyada en una mano, sus ojos fijos en él con una mezcla de amor y admiración. Peter se sintió un poco sorprendido al verla despierta antes que él, sabiendo lo mucho que a ella le gustaba dormir hasta tarde. Sonrió, notando cómo una pequeña sonrisa se formaba en los labios de ella al ver que él ya estaba consciente.
-¿Qué hacés despierta tan temprano? -preguntó Peter, su voz ronca por el sueño, mientras la miraba con ojos entrecerrados-. Hoy llueve.
Lali sonrió, sus ojos brillando con un amor que solo podía ser para él. Se inclinó un poco más cerca, sus dedos jugueteando suavemente con su cabello desordenado.
-Solo estaba mirándote -respondió con una voz suave, casi susurrada-. Me desperté y no pude evitar pensar en lo lindo que sos.
Peter se rió suavemente, su pecho llenándose de calidez ante las palabras de Lali. Ella siempre sabía cómo hacer que se sintiera especial, y en momentos como este, todo lo que él había soñado y más se hacía realidad.
-No sabía que tenías tan buen gusto -bromeó Peter, tirando suavemente de ella hacia él para besarla.
Lali se rió, acomodándose más cerca de él, mientras Peter la abrazaba con fuerza, disfrutando del momento de tranquilidad antes de que el día comenzara.
-Bueno, me gusta pensar que sí -respondió Lali, su voz mezclando sinceridad y diversión-. Mirarte mientras dormías me hizo darme cuenta de lo feliz que soy.
Peter la miró con una sonrisa suave, sintiendo que su corazón latía con fuerza al escucharla.
-Yo también soy muy feliz con vos, Lali -dijo con sinceridad, sus ojos reflejando el mismo amor que ella le había mostrado momentos antes-. Y me encanta que lo podamos compartir juntos.
Se quedaron en silencio un momento, simplemente disfrutando de la compañía del otro, sin necesidad de decir más. En ese instante, el mundo exterior no importaba. Solo eran ellos dos, juntos, en la intimidad de esa habitación de hotel, donde el amor que compartían llenaba cada rincón.
Finalmente, Peter rompió el silencio.
-Creo que deberíamos aprovechar esta mañana antes de que nos llamen y tengamos que volver a la realidad -sugirió con una sonrisa pícara.
Lali se rió suavemente, asintiendo mientras se inclinaba hacia él para besarlo una vez más, sabiendo que, aunque el día les traería nuevas responsabilidades, siempre tendrían momentos como este para recordar lo importante que era estar juntos.
Desde que se habían reencontrado en esta nueva etapa de su relación, las cosas siempre habían sido intensas entre ellos. La conexión que compartían era tan fuerte que a veces parecía que no podían ni separarse. Todo el tiempo querían estar juntos, como si recuperar el tiempo perdido fuera una necesidad imperiosa.
Mientras ambos se preparaban para el día, Peter observaba a Lali con una mezcla de cariño y determinación. Aunque habían pasado por mucho y su relación había sido intensa desde el principio, ahora sentía que estaban en una etapa diferente, una etapa en la que necesitaban dar un paso más.
Peter, que no solía titubear, esta vez lo hizo un poco, buscando las palabras adecuadas. Finalmente, mientras Lali se arreglaba frente al espejo, Peter se acercó y la abrazó por detrás, apoyando su barbilla en su hombro.
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Vínculos Renacidos
Hayran KurguLali, una mujer de 30 años, regresa a su ciudad natal en Argentina después de varios años en Madrid. Ahora, como madre soltera de dos hijos, Bautista y Bruno, Lali busca comenzar una nueva etapa en su vida tras una serie de desafíos personales y pro...