Capítulo 14: 6AM☆

786 61 8
                                    

canción del capítulo: hell of a good time - Haiden Henderson

Dormía mal, con una nube de culpabilidad ahogándole y haciendo que su sueño fuera tan ligero que al mínimo sonido se levantaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dormía mal, con una nube de culpabilidad ahogándole y haciendo que su sueño fuera tan ligero que al mínimo sonido se levantaba., fue por eso que a los como mucho cinco minutos el maldito tecleo constante que Juanjo creía que a este paso tenía ya tatuado en el tímpano hizo que casi ahogara un grito en la almohada. Más cuando al abrir los ojos, los cuales casi se abrieron solos ante la falta de sueño, vio que eran las malditas seis de la mañana.

¿Quién coño se levantaba a las seis cuando no tenían ningún compromiso hasta mediodía? Pues aparentemente el loco de su diseñador gráfico.

Juanjo lo vio en el pequeño escritorio que tenía la habitación, dándole la espalda mientras una pequeña lámpara le alumbraba por detrás del ordenador portátil, puesto que la poca luz que se colaba por la ventana debido a que el sol hacía apenas minutos había empezado a salir no era suficiente.

Entonces, mientras veía como el chico tecleaba y deslizaba el ratón por toda la mesa sin cesar, fue que las palabras de Salma volvieron a ser escuchadas desde su mente

"—Juanjo, no has pensado que tal vez... Que ese aparente odio pueda ser... ¿Otra emoción? —"

Se le quedó mirando, quizás por demasiado rato, pero la falsa seguridad de saber con certeza que el otro no sabía que lo estaba mirando le incitaba a que su mirada se paseara por toda su silueta, pero sobre todo ojeaba lo que hacía en ese ordenador.

Porque algo muy bueno debía de estar haciendo si le impulsaba a levantarse a tales horas de la mañana, ¿No?

Cuando se cansó y tuvo ese cuerpo y esa imagen de su habitación con el chico escribiendo bajo la luz de la lámpara decidió que la mejor idea era volver a dormirse, de todas formas el trabajo del pequeño le daba más bien igual. Ya vería el resultado final cuando el menor buscara la aprobación de nacho y de la banda así que como si el proceso era extremadamente caótico, no le importaba.

Cerró los ojos y suspiró, con toda la tranquilidad del mundo de hacer ruido pues el contrario tenía unos cascos puestos los cuales seguramente rompían el silencio que había en la habitación con música que al menor le gustara. ¿Estaría ahora sonando su voz dentro de esas almohadillas?

— No puede ser a mi me están jodiendo — Suspiró de mala gana mientras se pasaba las manos por la cabeza. Nada. Por mucho que lo intentara él no conseguía volverse a dormir y los minutos desde las seis hasta las diez y media pasaron dolorosamente lentos.

Ni él mismo sabía cuantas veces había mirado el estúpido despertador después de dar otra vuelta más para ver cuanto tiempo había pasado. Y eso solo hacía que se pusiera aún más nervioso, siéndole imposible no escuchar el maldito tecleo del ordenador, sintiendo como si el ordenador se estuviera riendo en su cara.

Backstage | JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora